viernes, 4 de septiembre de 2015

El Paquete Económico que se prevé para el 2016 será débil para enfrentar las necesidades básicas de la población.

El complicado panorama que vive el país en estos momentos por los bajos precios del petróleo y por factores externos como la desaceleración de China y la baja producción industrial de Estados Unidos; así como, la devaluación del peso y la baja inversión que se presenta en los principales sectores del país, podría verse reflejado en recortes en el presupuesto de varios programas sociales, universidades públicas, infraestructura y en el sector rural.
Diversos organismos civiles han dado a conocer que se estima que el presupuesto del 2016 podría sufrir un recorte de hasta de 400,000 millones de pesos con relación al presente ejercicio y este hecho preocupa a los especialistas.
El presupuesto que reciben los programas sociales y las universidades, representa un alto costo político para el gobierno federal, un recorte en dichos programas significará un alto costo político para el Gobierno.
La clase empresarial pretende, que los recortes se realicen en los rubros que no les afecten los negocios en puerta, pretenden que la población continúen asumiendo el costo de los factores externos y los errores internos del manejo deficiente de las finanzas públicas.
Aunado a los recortes que se prevén en los programas sociales y en las Universidades públicas, el sector rural, también deberá pasar por ese trago amargo, con el fin de que los recursos que se obtengan como “ahorros” se dirijan a pequeños productores.
En el caso de la infraestructura, el sector empresarial espera que no se toque aquellos proyectos que se encuentran en marcha y los que son realmente estratégicos en cuanto al impacto económico y social, como el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Pero que significa que el gasto en términos reales pueda ser menor en comparación al ejercicio actual, pues la respuesta para los especialistas en la materia es que impactará sobre todo en la generación de empleo.
Por ello, la importancia de no pensar bajo ninguna circunstancia aumentar o adicionar mayores cargas impositivas fiscales, porque lo que se tiene que alentar es la actividad económica, principalmente la industrial.
Y un factor que debe tenerse en cuenta es el probable incremento en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, ya que el Banxico tendría que hacerlo y ello impactará en los precios y el consumo interno.
En pocas palabras el escenario financiero y económico sería seriamente complicado. Ante tales circunstancias la política social del país debe encaminarse en favorecer la parte más sensible y la parte industrial, con el fin de fortalecer el empleo a pesar del panorama desalentador que se prevé para el 2016.
El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) debe contener medidas adicionales de “ahorro”, que no afecten a la población ni a los trabajadores, debe fomentarse el empleo y generar las condiciones para que la inversión pública y privada, realmente contribuya en fortalecer el empleo y las pequeñas empresas.
El gasto debe adaptarse a los ingresos que se esperan sean limitados y se prevé que se mantenga esa tendencia en los próximos años.
En este sentido, el Grupo Parlamentario de Morena deberá analizar con mucho cuidado el Paquete Económico 2016 que habrá de presentarse en la Cámara de Diputados el próximo 8 de Septiembre y asumir el papel que le corresponde en la defensa de los que menos tienen y al mismo tiempo en coadyuvar a que México no entre en un espiral de crisis económica más profunda.

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