sábado, 30 de julio de 2016

La lucha por el estado de México y los posibles aspirantes.


Militantes del PRD ven con buenos ojos la alianza Sol Azteca – Morena; sin embargo, los “lideres” eternos de la Revolución Democrática, mantienen una posición inflexible en cuanto a ceder espacios de poder y mayor participación a sus militantes.
La división entre militantes y líderes empieza a causar graves fracturas y sobre todo la emigración a las filas de morena, donde lo fundamental radica en Transformar a México con Cambio Verdadero, sin simulaciones, sin corrupción, sin nepotismo y sobre todo sin compadrazgos mal entendidos que provoquen inconsistencias en la labor loable que se realiza al interior de morena.
Las señales que se han dado de una posible alianza entre Morena y el PRD para competir por la gubernatura del Estado de México y la Presidencia de la República, entusiasma a los militantes del PRD y simpatizantes, que ven con buenos ojos esta acción de unidad y respaldo.
Pero en altas alturas del perredismo en el Estado de México, las pugnas siguen, donde la moneda de cambio para ir juntos radica en las posiciones políticas y administrativas que puedan surgir de dicha alianza electoral.
La movilización de las estructuras de ambos partidos se esta llevando a cabo con vigor ante las eminentes decisiones que pueden darse en el Sol Azteca y regeneración nacional.
Por lo que respecta al movimiento regeneración nacional, ya se dispone de la Promotora de la Soberanía Nacional que encabeza Delfina Gómez Álvarez.
La diputada federal originaria de Texcoco, tiene el gran compromiso de aglutinar a los morenistas en un Proyecto Alternativo del Estado de México e impulsar un gran movimiento que incida favorablemente en lograr obtener la victoria.
Mientras que el perredismo, sigue esperando línea para definir si mantiene su posición de “izquierda a modo” para el sistema actual o asume una posición “histórica” de emprender un camino con la ciudadanía, que exige cambios sustanciales en la política económica, financiera y monetaria del país; así como mayores acciones que incidan positivamente en mejorar las condiciones de bienestar social de la población.
Las declaraciones coincidentes en torno a la unidad de la izquierda tanto de Andrés Manuel López Obrador como de la lideresa del PRD, Alejandra Barrales, presagian que la alianza Morena-PRD, esta en camino de poder llevarse a cabo, pero hace falta un pronunciamiento concreto no solo de la dirigencia perredista sino de su militancia, que sigue sin ser escuchada por sus “líderes” históricos.
En cuanto al partido Acción Nacional, siguen evaluando las condiciones actuales del Estado de México, saben a ciencia cierta que esta entidad la más poblada de México, su fortaleza es incipiente derivado de los graves errores cometidos en materia de seguridad pública, desarrollo social y generación de empleos, las promesas incumplidas son su carta de presentación.
Se manejan nombres, algunos de ellos ya conocidos por la población mexiquense y otros que fueron cartas fuertes cuando disponían del Gobierno Federal.
Se escucha el nombre de Josefina Vázquez Mota, quién deberá tener en cuenta que si vuelve a competir deberá ser con un respaldo real y no ficticio como aconteció en el 2012.
Otro de los posibles puede ser el ex alcalde de Toluca Juan Rodolfo Sánchez Gómez, que no dispone con la plena confianza del electorado.
Otros personajes son: Ulises Ramírez, el olvidado alcalde de Tlalnepantla que desean regresar por sus fueros, así como, el siempre suspirante y aspirante José Luis Durán Reveles.
Mientras que en el seno del PRI, dos mujeres encabezan la lista de precandidatos de ese partido.
En primer término está la senadora con licencia y actual Secretaria de Educación de Eruviel Villegas, que recientemente recibió la invitación para asumir las riendas de esa dependencia estatal, Ana Lilia Herrera; la cual, rápidamente se ha colocado como una de las favoritas para contender por la Gubernatura del Estado de México.
En segundo lugar, se encuentra Carolina Monroy, secretaria general del CEN del PRI y diputada federal, que recientemente dio a conocer que Peña Nieto es comparable a Benito Juárez, por las Reformas Estructurales emprendidas en su actual gobierno. Carolina es coparticipe de la debacle del PRI en las elecciones pasadas de Junio.
En cuanto al género masculino, se encuentra suspirando el secretario de Gobierno José Manzur, su amplia experiencia política y administrativa lo colocan como viable para ser elegido.
Los demás, suspirantes son: Alfredo del Mazo Maza, Ernesto Nemer, Enrique Jacob, Carlos Uriarte e Indalecio Ríos que hace todo lo posible por ser considerado por Eruviel Avila, ya que Ecatepec es la Joya de la Corona de la entidad mexiquense.
Con los resultados obtenidos por parte del PRI en el pasado mes de Junio, la corrupción prevaleciente en sus filas y las promesas incumplidas, por parte, del Inquilino de los Pinos, el Estado de México, no tiene otra que ganar o ganar, si no desea observar como su historia se desvanece de manera dramática en el 2018.
El PAN desea mantener ese leve crecimiento que le permitió acceder a las gubernaturas en las pasadas elecciones, pero que ellos bien saben, que es un logro ficticio que podría venirse abajo en el Estado de México, que es la antesala a la Presidencia de la República.

En cuanto al PRD, su margen de acción es limitada, ya no depende de sí mismo, ahora depende de otro partido político para poder seguir estando en las competencias electorales, lo cual, no es tan agradable para la militancia, ni mucho menos para los dirigentes del PRD que observan con preocupación que el Partido se encuentra endeudado, existe fuga de militantes, han perdido su registro en cuatro estados  y los espacios de cargos de representación popular y administrativos se disminuyen rápidamente.

jueves, 21 de julio de 2016

Morena ante una gran definición, aliarse con el PRD y las izquierdas o mantenerse solo en busca de la Transformación del país con Cambio Verdadero.

Sumas y restas del PRD
Existe una gran confusión por parte de los eternos “lideres de las corrientes” del PRD, en cuanto a que ahora, se consideran de facto que el Sol Azteca será en las futuras elecciones del 2017, el factor de la balanza para que morena o el PAN logren obtener la victoria en el Estado de México y derroten al Revolucionario Institucional.
Y este hecho da lugar a que el PRD ahora se encuentra en una disyuntiva entre ser “Aventurera” como lo dijo en su momento el Flaco de Oro, Agustín Lara, o ser “El Aventurero” como lo expreso Paco Michel.
Para el PRD en el Estado de México la prioridad será formar una gran alianza de las izquierdas, incluida Morena, para lograr el triunfo en el 2017 en la entidad mexiquense y conservarla para llegar a Los Pinos en el 2018; sin embargo, ahora los lideres de las corrientes del Sol Azteca no solo son necios y cínicos, ahora se han convertido en mercenarios declarados de la política y se van al mejor postor.
Y para demostrar que el PRD aún cuenta, el presidente de Comité Estatal del PRD en el edomex, Omar Ortega, explicó que una alianza de las izquierdas, representa el 37% de la votación total para el 2017, lo que les permitiría arrebatarle la gubernatura al PRI.
Según sus cuentas, la tendencia es que la votación obtenida en el 2915 se habrá de mantener en el 2017. Sin embargo, hay que avisarle a Omar Ortega, que el nivel de votación que obtuvieron, por ejemplo en Veracruz, en comparación al 2015, disminuyo considerablemente; mientras que morena logro alcanzar 750 mil votos, tres veces más que en el 2015.
Otro ejemplo donde el PRD se desinflo fue en Oaxaca, donde morena logro sobresalir de manera importante y que decir de Zacatecas, simplemente el PRD ni pinto.
Ante la actitud que están asumiendo los dirigentes del PRD de jactarse como el fiel de la balanza, en el caso del Estado de México, la situación puede presentarse como en Oaxaca, donde el PRD simplemente vendría a la baja y ni con los votos del PAN lograrían poner fuera de combate al PRI. Mientras que con morena y una alianza con las izquierdas puede significar una mayor posibilidad de derrotar al Revolucionario institucional.
Pero hay otro escenario que no podemos olvidar, ese escenario que el PRI y el PAN utilizaron en las elecciones del 2006 y 2012, donde ambos partidos políticos hicieron mancuerna con tal de que Andrés Manuel López Obrador sucumbiera y con ello la esperanza de millones de mexicanos.
El PRI sacrifico en el 2006 a Roberto Madrazo Pintado, mientras que el PAN cedió la Presidencia al dejar sola a Josefina Vázquez Mota. Por tal motivo, no sería nada engañoso pensar que el PRI asuma una posición de negociar el Estado de México con el PAN y evitar la caída del Revolucionario institucional en una entidad fundamental para el inquilino de los Pinos.
El PRD esta jugando un juego muy peligroso, y eso se deriva a que su capacidad como partido político esta a la baja, lo único que le queda es aliarse con quién pueda otorgarle a sus dirigentes cargos de elección o puestos administrativos, en cuanto a identidad, ideología y principios, eso ha quedado en el recuerdo.

Morena y Andrés Manuel López Obrador, tendrán que reflexionar con plenitud lo que viene para el 2017 y 2018, el panorama no pinta claro, ya que los partidos políticos como el PRI, PAN y PRD han perdido identidad y pertenencia, ya no disponen de una ideología definida, son vividores y no cuentan con principios, lo que determina que no son de aquí , ni de allá y de ningún lugar, solamente desean continuar gozando del poder sea con quien sea.   

miércoles, 20 de julio de 2016

Los Comités de Base de morena ya deben de asumir el papel que les corresponde en la vida interna del partido y en su propia comunidad.

Ha llegado la hora de que los Comités de Base de Morena sean parte de la Transformación de cada una de las comunidades del Municipio
Los tiempos son claros en la política y cualquier tardanza puede significar la derrota electoral. En los últimos años, los protagonistas del Cambio Verdadero se dieron a la tarea de conformar en todo el territorio nacional la labor de generar los Comités de Base, columna vertebral del movimiento regeneración nacional en cada sección electoral. Existen pendientes, pero ya es necesario que los comités que se disponen inicien la verdadera labor que les corresponde hacer, que es estar muy cerca de la gente.
Para logra desactivar cualquier intento del secuestro de una institución política es  indispensable que la estructura electoral que se genera en cada sección, se consolide y avance generando las condiciones de acercamiento, contacto, identificación y conocimiento de las principales necesidades y requerimientos que demanda la ciudadanía.
Para los liderazgos de antaño, ese hecho puede significar perder el control, pero para los liderazgos vanguardistas, es de vital importancia, ya que la presencia y el funcionamiento de los comités, significará un trabajo de equipo que logrará que el movimiento regeneración nacional se despliegue con firmeza e intensidad.
Para muchos seudolideres, la participación de un mayor número de ciudadanos dentro de las actividades cotidianas del partido, significa un mayor riesgo en cuanto a comunicación, orden y estabilidad; sin embargo, para lideres que son natos y sobre todo innovadores, significa un gran reto no solo en cuanto a sumar esfuerzos y voluntades hacia proyectos y programas comunes, sino que además, en cuanto a participación, propuestas, sugerencias y trabajo en conjunto.
No es cuestión de generar condiciones de gestoría social, ese planteamiento son para comités partidistas obsoletos, sin visión ni organización. Morena requiere poner en marcha la conformación y preparación de Comités de Base creativos, innovadores, vanguardistas que participen activamente no solo para coadyuvar en las soluciones que requiere su comunidad; sino que además, se establezcan condiciones de mejoramiento urbano, social, económico y sobre todo cultural, deportivo y de valores.
Los Comités de Base deben cumplir dos características fundamentales:
En lo político: Coadyuvar con las instancias partidistas para generar condiciones de respaldo y apoyo ciudadano a los proyectos y programas de la institución política que representan.
En lo social: Ser parte integrante de un modelo de ciudadanos que sean capaces de organizar, generar y crear condiciones de modernización y desarrollo en las comunidades y su entorno de referencia.
Un equipo de trabajo, por lo general se caracteriza por la existencia de una organización sólida y eficiente, que enriquece y fortalece la labor cotidiana encaminada hacia objetivos comunes y metas. Estructura equipos sólidos de ciudadanos que estén conscientes de la necesidad de participar activamente para el bienestar de su familia, su comunidad y su entorno, será el elemento básico que permita que una comunidad pueda responder rápidamente a las necesidades y requerimientos de la población.
Hace poco, varios compañeros integrantes de los Comités de Base se expresaban en el sentido de que es necesario iniciar un trabajo conjunto para informar, gestionar y emprender acciones que permita atender de manera veraz y oportuna las necesidades y requerimientos de la población en materia de servicios básicos municipales; así como, incidir positivamente en la solución de problemáticas como: falta de empleo, seguridad pública, educación, salud, atención de adultos mayores, madres solteras y personas con capacidades diferentes, niños y adultos en condiciones de calle, entre otras necesidades urgentes y prioritarias.
Para poder abordar con plenitud cada uno de los problemas que se tienen en las comunidades, es indispensable que la población se organice, conozca e identifique sus necesidades urgentes y coadyuve activamente a promover acciones y mecanismos que les permita que los diversos niveles de gobierno y a nivel internacional, no solo conozcan la problemática, sino que además lo atiendan con la participación plena de la gente.
Ante tal reto, es preciso construir una Agenda de Transformación Ciudadana, el cual tenga como objetivo general, fomenta la participación activa de la sociedad y su interacción con el gobierno municipal en un esquema de corresponsabilidad, ágil, abierto, amigable y de rápida respuesta que incida favorablemente en la solución de las múltiples necesidades y requerimientos de la población en materia de Infraestructura, Servicios Públicos, Salud, Educación, Desarrollo Social, Económico y Productivo; sin olvidar en lo concerniente a Investigación y Desarrollo del Emprendedor, con el fin de que fortalezca la gobernabilidad y la toma de decisiones, a través de la instrumentación de mecanismos y estrategias municipales de vinculación y cooperación institucional basados en plataformas digitales y seguimiento y evaluación personalizada de los responsables de cada área participante de la administración pública municipal. 
El uso de las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC’s), en el municipio, que debe instrumentarse facilitará la integración de mecanismos y reorganización de las áreas para dar respuesta y atención inmediata a las necesidades y requerimientos de la población, permitiendo con ello que los responsables de la administración pública municipal conozcan de manera veraz y oportuna el nivel de respuesta y posibles soluciones municipales, intermunicipales, Estatal y Federal que se brinda a la sociedad en tiempo real.
El aprovechamiento de servicios digitales, debe encaminarse a incrementan la eficiencia en las gestiones municipales y concretar resultados, incorporándose a la sociedad del conocimiento para fomentar el desarrollo personal de sus ciudadanos y al mismo tiempo para coadyuvar de manera coordinada en la solución y respuestas que demanda la gente en su comunidad.

En una próxima entrega hablaremos sobre la propuesta de Agenda de Transformación Ciudadana “Ecatepec Ciudad del Futuro”

martes, 19 de julio de 2016

Morena ante la responsabilidad de romper con los esquemas de nepotismo, corrupción y simulación que prevalece al interior del partido.


Si en verdad deseamos transformar al país con cambio verdadero, es indispensable avanzar con pleno compromiso en romper los esquemas políticos y de gobierno que tanto daño hacen la labor de entendimiento y comunicación entre la propia ciudadanía, militancia y simpatizantes de una institución política.
Hay ejemplos claros y concretos que son condenables y que han sido la causa concreta de grandes divisiones y excesos de poder. Si en verdad deseamos transformar a México, debemos de romper con todo aquello que incida de manera negativa en la percepción de la ciudadanía y que condena de manera reiterada.
Enrique Peña Nieto, ya se dio cuenta de su grave error, de que  “no hagas cosas buenas que parezcan malas, ni hagas cosas malas que parezcan buenas”, la percepción y la condena de la ciudadanía sobre lo que hagas o dejes de hacer esta estrechamente ligada a los resultados.
En morena un mal que esta causando estragos es el nepotismo, donde familiares y amigos de los llamados “lideres”, están causando graves consecuencia en la percepción de los militantes y simpatizantes; quienes desean que esas costumbre y hábitos se terminen en el movimiento regeneración nacional, saben muy bien que el nepotismo va de la mano de la corrupción y la simulación provocando un exceso de poder, mal habido que daña y afecta la armonía de una institución política o de gobierno.
Quienes aún no entiendan que el nepotismo es la causa fundamental de los desencuentros y la falta de unidad, es que no entienden lo que en verdad ocurre en nuestro país.
El nepotismo al igual que la corrupción, se generan cuando una familia o grupo de intereses personales, se aferran en obtener el poder, dejando afuera a los verdaderos protagonistas del cambio verdadero y olvidando principios, valores y honestidad.
El nepotismo y la corrupción son males de nuestro tiempo que debemos erradicar de manera plena, quienes sean los hombres y mujeres que asuman el compromiso de hacer avanzar el proyecto alternativo de nación deben tener siempre en cuenta que su compromiso debe estar estrechamente ligado en los principios de morena: no robar, no mentir y no traicionar.
Hoy más que nunca es importante limpiar la casa y arreglar lo que sea necesario arreglar, ya que lo que viene en el 2017 y 2018 serán contiendas electorales en donde no será justificable cometer errores y que esos errores sean consecuencia de no haber logrado limpiar la casa.
Morena esta llamado a ser la institución política que habrá de Transformar al país con cambio verdadero, por tal motivo, es indispensable, que el nepotismo, la corrupción y la simulación sea desterrada de este instituto político. Hay hombres y mujeres capaces de generar condiciones propicias de desarrollo y bienestar social, es necesario que esas personas puedan emerger de manera espontanea y que brinden al país de su capacidad técnica y creativa para promover e impulsar la modernización y el crecimiento económico, que demanda la ciudadanía.
Rompamos esos esquemas de nepotismo y corrupción que aún prevalecen y avancemos en conformar una institución política de vanguardia en donde esos viejos esquemas de nepotismo, corrupción y simulación no sean causa de desencuentros y divisiones.

Morena esta por encima de intereses particulares, familiares y de grupo, dejemos que hombres y mujeres libres de consciencia asuman una posición estratégica que les permita sumar esfuerzos y voluntades para que el movimiento regeneración nacional logre Transformar al país con Cambio Verdadero.

miércoles, 13 de julio de 2016

La Reforma del PRI de Luis Donaldo Colosio que nunca llego a causa del Nuevo PRI de Salinas de Gortari y los neoliberales.

Luis Donaldo Colosio, más vigente que nunca. 
La realidad política ha llegado al Nuevo PRI, el cual emprendió sus primeros pasos a finales de los 80´s, cuando Carlos Salinas de Gortari, el flamante Secretario de Programación y Presupuesto, disponía de las simpatías y el respaldo de las altas esferas empresariales y de organismos internacionales, que buscaban afanosamente crear un México a modo para poder derribar esa economía cerrada que mantuvo los intereses extranjeros y empresariales fuera de los bienes nacionales de la nación.
No podemos olvidar, que México a partir de 1970 paso por una serie de dificultades económicas, derivadas por la baja de los precios del petróleo, principal recurso natural que permitía a la Nación mantener una estabilidad y crecimiento económico a pesar de los desencuentros de la clase empresarial y el Gobierno, desencuentros que subieron de tono por parte de los empresarios quienes han pretendido obtener privilegios para poder explotar las riquezas del país, olvidando a la población y generando pobreza, una clase empresarial sin visión social, sin identidad y pertenencia.
El PRI en aquellos momentos, vivía uno de sus peores momentos de inestabilidad política derivado a los malos resultados en materia económica, las presiones financieras y monetarias; así como la imposición de organismos internacionales que buscaban romper el modelo económico que en esos momentos prevalecía en el país.
Carlos Salinas de Gortari, lograba acceder a la Presidencia de la República con el fantasma del fraude electoral, la sociedad mexicana se había volcado a las calles exigiendo democracia y el respeto a la decisión de la población, pero la clase política dominada por el Priismo y en contubernio con Acción Nacional, este último logra obtener Baja California a través de una política de Concentración que permite el arribo de Ernesto Ruffo a la Gubernatura de Baja California y a raíz de ello los acuerdos para dar inicio a los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canada, manejándolos como la panacea del éxito.
Sin embargo, el PRI de la Revolucionario Institucional se encontraba en la deriva, los tecnócratas asumían posiciones en la vida ejecutiva y política del país y con ello iniciaba un proceso de descomposición al interior del PRI que fue alertado por Luis Donaldo Colosio en la Decimo Cuarta Asamblea Nacional del Comité Ejecutivo Nacional, donde se llamaba al priismo a Reformarse, Transformarse y no perder su esencial Revolucionaria ni Institucional.
Sin embargo, a 24 años del Discurso de Luis Donaldo Colosio en el Consejo Nacional, la realidad alcanza al PRI, quien en estos momentos padece una crisis de identidad y pertenencia, al igual que el PRD y Acción Nacional, lo que puede desembocar en desquebrajarse de manera significativa y definitiva.
Y ponemos para su reflexión lo que Luis Donaldo expreso en su discurso aquel 25 de Noviembre de 1989.
Discurso de Luis Donaldo Colosio. Ante el Consejo Nacional del PRI: retos, criterios y líneas estratégicas de la reforma del partido.
Decimo Cuarta Asamblea Nacional
Presidente del CEN del PRI
México, D.F., 25 de noviembre de 1989.
Auditorio Plutarco Elías Calles
"En nuestra decisión de cambio hay y habrá rupturas con los mitos y las fórmulas que bloquean las transformaciones, con los liderazgos sin representatividad e iniciativa, con las prácticas antidemocráticas, con las decisiones cupulares, con las formas abyectas de ascenso político, la simulación ideológica y la componenda mercantil que tuerce la voluntad".
México protagonizó una de las más grandes revoluciones de nuestro siglo: lucha de raíces liberales contra el despotismo, movilización de enormes masas campesinas por la tierra y la defensa de sus comunidades, batalla común por la libertad y la justicia.
Su sentido social y progresista habría de quedar plasmado en la Constitución Política de 1917, que recogió los ideales de democracia, justicia, libertad y soberanía.
El PNR es el primer partido en el sentido contemporáneo del término que aparece en la historia política del país. Su estructura, federación nacional de partidos locales y regionales y de corrientes de opinión política revolucionaria, respondió al momento político y social de México.
Hasta 1929, parecía que México se perdía en los caminos de conflictos interminables; los residuos de la violencia revolucionaria y la permanencia de feudos de poder eran barreras infranqueables para realizar los principios de justicia, libertad y desarrollo social.
Para lograr la unidad, paz y civilidad del país surgió el Partido Nacional Revolucionario. Su rasgo y logro más importante fue la forja de las instituciones republicanas. La regulación de los conflictos conforme al derecho y la creación de espacios de acuerdo y compromiso, que hicieran del partido el instrumento de la política revolucionaria y de la unidad nacional.
El acuerdo institucional de las fuerzas políticas creó las condiciones históricas para elevar las condiciones de vida de una sociedad con profundos desequilibrios, acosada por intereses externos y rezagada en lo material.
La entrega de tierras a los campesinos, el respaldo a los derechos de los trabajadores, las nacionalizaciones, la defensa de la soberanía y de los recursos estratégicos, fueron los resultados del nuevo pacto social.
Con el fin de acelerar, ahondar y canalizar las reformas de la Revolución, el PNR se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana. Las organizaciones civiles y políticas de la sociedad se encuadraron en el partido, y el partido fue respaldo activo de la acción popular del Estado.
Las reformas sociales colocaron al país en el umbral de la industrialización. Ante el nuevo reto, las fuerzas del partido tuvieron la visión de consolidar las instituciones, transformándolo. El Partido Revolucionario Institucional nació para asentar las bases de la democracia mexicana y articular el consenso nacional en torno a la gran tarea del desarrollo.
Hoy los priístas iniciamos la gran jornada hacia la Décimo Cuarta Asamblea Nacional.
Llegaremos a ella después de una movilización nacional que recogerá las razones y las propuestas en los sindicatos, en las fábricas, en los ejidos, en las escuelas, en las comunidades, en los talleres, en los centros de trabajo de nuestros sectores, comités estatales y municipales, y de los seccionales surgirán las voces que definirán la transformación del partido.
Llegamos aquí, luego de un año de intensa vida partidaria; hemos enfrentado con una nueva voluntad los procesos electorales, la reestructuración democrática, la Reforma Electoral y hemos refrendado nuestra condición de partido político mayoritario de la nación.
Los protagonistas de este esfuerzo han sido los legisladores, los asambleístas, los dirigentes regionales, los dirigentes sindicales, los líderes campesinos y populares, nuestros militantes y votantes:
Lo conseguido es obra de todos:
Hoy somos un partido combativo, más abierto, más incorporado a las circunstancias políticas, más cohesionado, más involucrado socialmente. Más consciente de su responsabilidad política nacional.
Iniciamos este Consejo con el aval de tres reuniones nacionales previas con los sectores y después de cinco reuniones regionales, constatamos que existe conciencia colectiva en favor de la reforma.
Esta conciencia está animada por el mismo espíritu que presidió las grandes transformaciones históricas de nuestra Organización.
Como en 1929, 1938 y 1946, la motivación de fondo hoy es la fidelidad al significado político, social y moral de la Revolución Mexicana. La reivindicación permanente de los valores populares y nacionales de la revolución.
Nuestro partido heredó la naturaleza transformadora de la Revolución, su vocación por la justicia y su pasión por la libertad.
El PRI está indisolublemente asociado a la Revolución Mexicana, porta sus insignias democráticas y cumple su proyecto social. Todo podrá cambiar menos nuestra identidad con la Revolución Mexicana.
Para el priísmo los principios revolucionarios están vivos, en los principios ha radicado nuestra fuerza, unidad nacional, justicia y legalidad democrática, independencia y soberanía; aquellos nos permiten enfrentar los desafíos con la seguridad de que somos un partido con arraigo en la sociedad, con respaldo de nuestros compatriotas.
En nuestra decisión de cambio hay y habrá rupturas con los mitos y las fórmulas que bloquean las transformaciones, con los liderazgos sin representatividad e iniciativa, con las prácticas antidemocráticas, con las decisiones cupulares, con las formas abyectas de ascenso político, la simulación ideológica y la componenda mercantil que tuerce la voluntad.
Pero también hay y habrá continuidades con el pasado, continuidades de lealtad, unidad y cohesión en nuestras filas, con el espíritu combativo y la vocación progresista de las anteriores generaciones, con el compromiso popular irrestricto de democracia, justicia y libertad: éste es nuestro patrimonio para el cambio.
Cuántas veces hemos cambiado. Los cambios han dejado un saldo positivo para el país y para el partido, hoy estamos en el umbral de una nueva etapa. El país vive nuevas situaciones y encara nuevos retos.
Una vez más el PRI con la misma capacidad y voluntad de transformación, deberá renovarse para estar a la altura de las nuevas condiciones históricas con todas sus fuerzas, con sus sectores, con sus militantes de todo el país.
Ustedes serán los protagonistas de la nueva etapa del partido de la Revolución Mexicana.
El país ha vivido grandes transformaciones en las últimas décadas. México dejó de ser un país predominantemente agrícola y extractivo para entrar en un proceso de acelerada industrialización y un desarrollo de los servicios, actividades que ocupan ya un lugar central en la economía.
El capital y el trabajo han mejorado su capacidad productiva y se revelan como factores de modernización social.
La economía orientada a la situación de importaciones y hacia el mercado interno, cerrada y con una presencia estatal, enfrentó la crisis que hizo indispensable la apertura al exterior, trajo una reorganización de las actividades productivas y obligó a redefinir la intervención estatal; la crisis no sólo modificó las relaciones económicas sino alteró las relaciones sociales y políticas.
El entorno mundial del país también se ha transformado.
La globalización de la economía, la creciente interdependencia, la formación de bloques, la rápida distensión, los movimientos en el mundo socialista, los vientos de democracia en América Latina, han configurado una situación inédita a la que México responde con su propio proceso de transformación.
Rápidas y profundas han sido también las modificaciones en la magnitud, composición y distribución de la población mexicana.
Hoy, el 70 por ciento de la población es menor de 30 años; somos también, un país más escolarizado, más informado y comunicado con mayor acceso a servicios de salud y con mayores expectativas de vida, y a pesar del fuerte crecimiento demográfico y de las desigualdades sociales, que aún persisten, hemos alcanzado niveles más altos de bienestar que en el pasado.
El desplazamiento hacia una sociedad urbana, la mayor especialización técnica del trabajo, la creciente participación de las mujeres en las actividades económicas, las necesidades de una población activa mayoritariamente joven, la expansión y diversificación de las clases medias, la emergencia de regiones con una dinámica propia, han dado origen a una sociedad de intereses más diferenciados y, con frecuencia, contrapuestos, hoy México es una sociedad plural, compleja y diferenciada.
Una nueva cultura política se desprende de estos hechos fundamentales. La revolución urbana, a pesar de sus deformaciones; la revolución escolar, a pesar de sus carencias; la revolución económica, a pesar de sus crisis, han generado ciudadanos más críticos, más exigentes, más autónomos y más participativos; pero aún existen consensos inducidos, disidencias no expresadas y grandes espacios sociales en que predominan la indiferencia.
Los cambios han hecho variar los escenarios para la participación de los mexicanos: surgió un nuevo sindicalismo, con nuevas fuerzas y nuevas exigencias.
En el campo, han aparecido formas de organización y acción distintas, han irrumpido los movimientos sociales con demandas concretas: los intelectuales, universitarios, periodistas de opinión, han encabezado y argumentado la validez de numerosas reivindicaciones de grupos sociales.
A estos cambios sociales y políticos hay que sumar la configuración de un sistema de partidos con opciones cada día más diferenciadas, crecientemente competitivas. Inmersos en el duro aprendizaje del manejo de la pluralidad y la negociación.
El reclamo democrático, la creciente independencia de la opinión pública, la demanda de la participación en la definición y tratamiento de los problemas sociales, la irrupción de la sociedad civil y la idea ciudadana, la exigencia de honestidad en la administración pública, la democratización interna de las organizaciones sindicales y empresariales, la reivindicación de las autonomías locales y regionales han sido los formidables signos de la transformación política de la sociedad.
Las profundas y extensas transformaciones de la sociedad mexicana no podían dejar inalterada la política, las relaciones entre la sociedad y el Estado.
En las últimas décadas han aparecido irresistiblemente nuevas formas de organización civil y política, formas alternativas de representación y conciliación de intereses. Nuevas formas de presentar, argumentar y desahogar conflictos.
En sincronía con la sociedad, el Estado procede a evaluar sus patrones tradicionales de conducción política y administrativa. Las relaciones entre sus poderes y niveles de gobierno, sus relaciones con la densidad organizativa de la sociedad, planeación nacional, modernización del sector público, reforma democrática electoral, son la avanzada promisoria de una serie de modificaciones en el trato del Estado con la sociedad.
Un Estado soberano, que gobierne y legisle imparcialmente para todos los mexicanos: un Estado que exprese y realice todas las potencialidades del pueblo de México.
Un Estado no inhibido ni atemorizado por fuerza alguna. Un Estado capaz de incorporar con éxito al país en las transformaciones mundiales de nuestro tiempo.
Un Estado democrático que mantenga el Estado de derecho y asegure un gobierno de leyes firme y vigilante. Un Estado fundado en la voluntad popular, no autoritario, que, lejos de toda concepción patrimonialista, ejercite el poder como responsabilidad pública: en suma, un Estado de la libertad y de la democracia.
El PRI quiere también, un Estado justo que promueve la solidaridad: un gobierno desatento a la cuestión social no será nunca un gobierno del PRI
Las tareas de justicia social han de estar orientadas por el principio de solidaridad, este principio exige un compromiso del conjunto de la sociedad con los que menos tienen.
Un Estado redistributivo sin paternalismo autoritario y que impulse la participación de beneficiarios y su corresponsabilidad en la reforma; el Estado no ha de abandonar sus responsabilidades constitucionales estratégicas, sin por ello inhibir la autonomía y las iniciativas de individuos y de grupos.
Finalmente, queremos un Estado de calidad. Un Estado que integre armónicamente democracia, solidaridad y eficiencia en la gestión pública, que guarde una actitud crítica permanente en el ejercicio del poder, que sepa tomar decisiones y jerarquizar demandas; que concilie los intereses particulares con el interés general, ésa es la reforma del Estado que quiere el PRI: quiere un Estado para la nación, no una nación para el Estado.
Llegó también para el Partido Revolucionario Institucional el momento de su reforma. Es el tiempo y así lo han decidido los priístas.
No será una reforma burocrática ni de cúpula. Será una reforma democrática y nacional. Será democrática por la participación de todos los priístas: por la crítica y discusión abiertas y en toda libertad; por las propuestas audaces e imaginativas; por la pasión que en ella pone nuestra militancia; será una reforma nacional porque la llevará a cabo todo el partido en todo el país y porque lo haremos de cara a la nación.
Nuestra permanencia en el poder conlleva el riesgo de olvidar a la sociedad; en ocasiones, no estimulamos sus iniciativas. En los últimos años, en tiempos de crisis que exigieron grandes sacrificios a la mayoría de los mexicanos, no estuvimos a la altura de sus exigencias.
Ahora volveremos a la sociedad, no pretendemos suplantarla, no aspiramos a ser único portavoz, pero sí su mejor representante, seremos el partido de la sociedad, para eso nos reformaremos.
Queremos constituir una nueva mediación política.
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Para ser el partido de la sociedad hemos de encontrar solución a cuatro grandes retos.
Primero, el de la posición política del partido. Ante las nuevas condiciones, se ha vuelto indefinida e insegura nuestra posición en las relaciones con los gobiernos, administración, los partidos y la ciudadanía.
Como partido en el poder nos convertimos, por momentos, en voz del Gobierno; ahora la sociedad quiere conocer la posición del partido frente a sus problemas. Por eso, desde hoy, nuestro reto es convertir la voz de la sociedad en acciones de Gobierno, para ello es decisivo tener voz propia.
El segundo reto es el de la representación política. Se ha debilitado nuestra capacidad para representar con eficacia y nitidez los intereses de los trabajadores y campesinos, de los integrantes de los sectores populares y de las clases medias; de los jóvenes y de las mujeres, e incorporar sus intereses en el interés general de la nación.
El tercer reto es superar la inercia de nuestra Organización, nuestra militancia y nuestra acción política. Las necesidades mínimas que nos imponía nuestro carácter de partido en el poder y la baja competencia política nos aletargaron.
Apenas ahora comenzamos a recuperar nuestra capacidad de movilización, al hacerlo aumentan nuestros problemas de organización para integrar en las actividades partidistas a nuestra militancia, para superar el centralismo y la burocratización para la selección democrática y postulación de candidatos, para cubrir nuestras necesidades de financiamiento, para formar nuevos cuadros.
El Cuarto reto es fortalecer la imagen del partido que se ha deteriorado con el tiempo. Reconozcamos los errores y debilidades del propio partido y la obsolescencia de nuestros patrones de comunicación política. No habrán de pesar más en nuestra contra actitudes de imposición, arrogancia, manipulación y corrupción partidista.
El Primero, el criterio de la modernización: el partido se reforma para impulsar la modernización nacionalista y popular de México.
Nuestro programa para la modernización de México consiguió el voto ciudadano mayoritario y está siendo aplicado por el Gobierno de la República.
El programa requiere un esfuerzo permanente de la sociedad y del Gobierno en todos sus niveles, ésta es una razón suficiente para que el partido proceda a su propia modernización y busque por ese medio mantenerse en el poder.
La reforma exige la modernización organizativa de los sectores, la estructura territorial y la militancia ciudadana. Una forma superior de articulación entre los órganos deliberativos, consultivos y de operación del partido. Una más clara precisión en las funciones y responsabilidades de los diversos niveles deberá ser capaz de llevar a la representación nacional las aspiraciones regionales.
Exige la modernización de nuestra lucha ideológica, actualización de conocimientos, formación sólida de cuadros, diálogo y razones entre las corrientes internas, lealtad a los principios, sensibilidad ante los procesos sociales y políticos de nuestro tiempo: capacidad de autocrítica.
Exige modernización la política como acción razonadora y constructiva; como oferta que tiende puentes para el acuerdo, como ejercicio de la libertad, como diálogo permanente a partir de las diferencias, como ejercicio responsable del poder público.
Esto es la política moderna para el militante priísta: ejercicio de responsabilidad, iniciativa de la razón, compromiso ético, ciudadanía cabal, así seremos el partido de la modernidad en México.
El segundo criterio que ha de orientar la Reforma del Partido es el de la democracia: el Partido deberá ser en las nuevas condiciones políticas nacionales, la organización que garantice el Gobierno democrático de México.
El partido asume la responsabilidad de defender el estado de derecho. Ha sido y seguirá siendo el partido de la legalidad. Dentro de la ley mantendrá la continuidad de las instituciones y velará por la renovación democrática del Gobierno.
La democracia implica pasar de la política como negación de adversarios a la política como acuerdo y respeto a las diferencias. La violencia y la intolerancia revelan la existencia de grupos sociales desarticulados y manipulables, el abuso de minorías agresivas que intimidan a la ciudadanía.
Nos proponemos impulsar una nueva cultura política democrática que, por vía del debate, el diálogo, la tolerancia y la explicación, profundice y explore soluciones negociadas.
El tercer criterio es el de la solidaridad: el partido se reforma para encontrar nuevas vías de satisfacción al programa de reivindicaciones sociales de la Revolución.
Sus propósitos y compromisos se fundan en la lucha por una mayor justicia. Hoy el reto de los pobres y desiguales es nuestro reto. Nos reformamos para responder a él.
Hemos de lograr una sociedad más solidaria. El problema de la pobreza requiere de soluciones urgentes que el gobierno de la República ya enfrenta. Estas soluciones debemos proponerlas y llevarlas a la realidad, en ellas se deben vincular los apoyos institucionales y las iniciativas individuales y colectivas.
Al cumplir con las tareas exigidas por la justicia y la solidaridad, el partido convierte la pluralidad de intereses de la sociedad en beneficios para todos, principalmente, para los que menos tienen. La justicia da sentido a la convivencia democrática. La lucha por la justicia da sentido a la reforma del partido. Seremos el partido de la solidaridad.
Plan de Acción para el debate nacional sobre la reforma del partido.
Hemos señalado los retos a los que el partido se habrá de enfrentar y también aquellos criterios que se consideran válidos para lograr la modernización, como vía para la reforma. Nuestro método de discusión y análisis nos conduce a proponer líneas estratégicas centrales del proceso de reforma.
Producto del nivel de conciencia política del priísmo, he de señalar que el punto de primer orden en la discusión de la XIV Asamblea Nacional, será la revisión exhaustiva, reflexiva y crítica de nuestros Documentos Básicos.
La esencia, el valor y vigencia de nuestros principios no están a discusión, modificaremos anacronismos.
A este honorable Consejo propongo las siguientes líneas estratégicas.
Para fortalecer nuestra condición de partido nacional, habremos de llevar a cabo una profunda reorganización democrática interna.
La reorganización democrática se inscribe en el marco de los reclamos de una mayor participación de nuestros militantes, en la definición de las políticas partidarias.
Hemos de definir la nueva organización del partido, que nos permita erradicar burocratismos y evitar la reproducción de estructuras inoperantes.
La militancia exige una organización moderna, racional, eficiente en la que predominen las relaciones políticas abiertas, donde el conocimiento y la información sean las bases de nuestra creatividad política.
La elección democrática será la norma general para la elección de dirigentes, candidatos y representantes del partido. Atendiendo las condiciones políticas sociales de cada región, en la elección privará el respeto a la carrera del partido, que significa revisión objetiva de méritos, capacidad, lealtad y esfuerzos del militante.
No permitiremos que existan divergencias entre el proyecto social y político del gobierno y del partido en las cuestiones fundamentales de la democracia, justicia social y soberanía. Tenemos un proyecto de futuro subordinado a las causas del pueblo mexicano.
El partido reivindicará su autonomía e independencia en su quehacer político concreto.
Precisemos, bajo estos principios, nuestra relación con el Gobierno, para recuperar sus espacios de iniciativa política con los gobiernos locales, ayuntamientos y los relativos a la administración pública; que quede claro, somos partido nacional, no 32 partidos locales.
Habremos de definir la posición del PRI ante otros partidos, de nuestra discusión surgirá nuestra política de alianzas.
Los sectores del partido habrán de llevar a cabo su propia reforma. Pilares de nuestra organización, habrán de fortalecerse en el análisis autocrítico, y en su visión de futuro.
Habrá de surgir un movimiento campesino moderno con capacidad e iniciativa para recuperar las mejores tradiciones democráticas en la toma de decisiones y en la elección de todos sus dirigentes.
Para fortalecer la solidaridad como mecanismo de democracia y justicia; y para incorporar el progreso, al bienestar, a la seguridad social, el trabajo y a la educación. A los indígenas, jornaleros agrícolas y los demandantes de tierra.
El movimiento campesino ha de reafirmar su convicción social e histórica en el ejido y habrá de confirmarse la compatibilidad de los derechos históricos del campesino con el desarrollo social y la eficiencia productiva.
El movimiento campesino moderno vinculará a su actividad política con la producción, transformación y comercialización. Los excedentes de las organizaciones económicas deberán beneficiar al conjunto de la sociedad rural.
El sector obrero habrá de continuar desarrollando nuevas formas de relación política con los trabajadores y los sindicatos, reforzando los mecanismos democráticos, esto permitirá un movimiento obrero moderno capaz de preservar su condición de pilar de la estabilidad y el progreso de México.
Sin menoscabo de sus reivindicaciones sociales y derechos laborales, el movimiento obrero es pieza fundamental para la modernización económica del país, al impulsar las nuevas tareas productivas, afianzar su alianza histórica con el Estado y contribuir a la solidaridad social.
El movimiento popular moderno de nuestro sector habrá de resolver el tránsito de una política fundada en las organizaciones y los gremios a una que ponga en primer lugar el trabajo con las organizaciones territoriales, en las colonias populares y con los ciudadanos, estableciendo a la colonia como cédula básica y al municipio como ámbito de concertación política.
La creación de consejos municipales, donde participen los grupos populares, podrán concebirse como la superación cualitativa de nuestra forma de organización tradicional, que también deberán ser renovadas.
Habremos de interpretar y participar en los movimientos emergentes, en las expresiones políticas más diversas, para que el partido se proponga orientar sus demandas.
Digámoslo con precisión: la reforma del partido presupone la reforma de sus sectores, sin embargo, el partido camina hacia su propia reforma abandonando los caducos mecanismos que suponen la discusión sobre parcelas de poder; los espacios políticos del partido habrán de ser ocupados por sus militantes con carrera, vocación y lealtad a sus causas.
Ellos habrán de ser los protagonistas del cambio y la renovación democrática. En ella habrán protagonistas del cambio y la renovación democrática. En ella habrán de tener cabida los dirigentes naturales más capaces y honestos.
Habremos de fomentar la creación de una estructura nacional más dinámica y representativa de las regiones y de sus sectores, dotada de la capacidad y la flexibilidad suficientes para discutir y aprobar líneas de acción política de interés general.
La estrategia democrática ha de adquirir toda su concreción en el municipio. Los comités municipales del partido deberán ser la instancia que aliente el quehacer partidario.
En una sociedad de jóvenes, el partido habrá de lanzar una nueva política atractiva, que encuentre formas imaginativas de organización, y audaz: que permitan la expresión libre y espontánea de los intereses de la juventud mexicana.
La mujer deberá fortalecer su participación en el partido y en la sociedad. Para ello, habrá de convocarse a la creación de un amplio y moderno movimiento de las mujeres que luchan por la solidaridad.
El partido ha de recuperar la iniciativa en la lucha por las reivindicaciones sociales y políticas.
Recuperar la iniciativa es la estrategia del partido en su papel de vanguardia en la representación de los intereses de las mayorías del país. Es, también, la definición y toma de posición clara y firme ante los grandes problemas nacionales.
Nuestro partido deberá firmar una oferta política que responda al interés de nuestros militantes y que sea convincente para el electorado nacional.
Habremos de luchar para que se establezcan con sentido de solidaridad, políticas sociales que vinculen mas y mejor las masas populares con el Gobierno revolucionario de Carlos Salinas de Gortari.
Así, lo habrá de hacer la atención a los problemas que más apremian al conjunto de la sociedad: salarios y precios, distribución y producción, servicios básicos y captación de recursos; empleo, educación y capacitación.
El partido frente a organismos representativos de la sociedad como el sindicalismo y las universidades, abandonará actitudes de aparente indiferencia. En ningún espacio social ni político estará ausente.
Ante los movimientos sindicales que enfrentan abiertamente las posiciones del PRI, habremos de considerar y orientar una política más activa, decidida y de disposición a preservar y ampliar nuestros espacios de influencia.
El PRI no dejará a la irracionalidad ni a la intolerancia los organismos nacidos de la Revolución Mexicana.
Un partido más activo en la defensa de la soberanía y en las relaciones internacionales.
En las nuevas condiciones internacionales, el PRI tendrá que diseñar una política internacional en defensa de la soberanía y la autodeterminación nacional, llevando a cabo una más activa e intensa relación con organizaciones políticas de todo mundo.
Nuestro espacio natural para la colaboración y la solidaridad es América Latina y el Caribe; razones históricas, políticas, culturales y económicas nos impulsan a desarrollar más los estrechos vínculos con los países hermanos.
En las relaciones con Estados Unidos hemos de considerar siempre la mejor satisfacción del interés nacional, sin mitos ni complejos, pero también sin concesiones.
En aquellos lugares donde la población de origen mexicano es numerosa y por ende también nuestros simpatizantes, hemos de incrementar nuestra presencia ofreciendo información permanente sobre la actualidad política de México.
Europa es ámbito propicio para desarrollar nuestra actividad internacional. Hemos de incrementar los intercambios con los partidos socialdemócratas y socialistas, reafirmando relaciones y coincidencias.
Con los partidos políticos afines de Japón y Asia hemos de desarrollar una estrecha relación, que favorezca el intercambio de experiencias y puntos de vista sobre causas comunes.
Una nueva comunicación para la cultura política.
Ante una sociedad más informada y consciente de las nuevas realidades, el partido deberá elaborar formas de comunicación política más idóneas y persuasivas.
Habremos de establecer mecanismos de comunicación entre los propios militantes, y entre estos y los dirigentes implementemos una comunicación específica que permita fortalecer las políticas del partido en las regiones y comunidades del país.
El partido habrá de modificar su discurso político. La sociedad reclama un discurso sólido y comprometido pero sobre todo veraz; serán necesarias políticas de divulgación ideológica que permitan afirmar el compromiso de la militancia y su capacidad para enfrentar el debate con los adversarios.
Nuestras campañas habrán de ser cada vez más austeras sin ostentaciones ni dispendios, campañas de diálogo con los ciudadanos y los grupos sociales, directas, que revelen las nuevas formas de hacer política del partido.
En las condiciones actuales, el partido deberá formular una estrategia de comunicación de cara a la sociedad, a través de acciones que revelen creatividad, sencillez y autenticidad, que nos permitan recuperar credibilidad y confianza.
Nueva organización para la lucha electoral.
Nuestro partido, ha propiciado la mayor competitividad electoral: vamos a prepararnos para participar con mayor eficacia en los procesos electorales del futuro.
Ahora, las ofertas políticas son más diversas; en consecuencia, requerimos definir con claridad la nuestra, para evitar las confusiones, necesitamos que los electores conozcan a plenitud la opción que les ofrecemos.
Habremos de profundizar en el mejoramiento de nuestra organización y de nuestros mecanismos electorales, rescatando el valor que estos tienen en nuestra lucha por alcanzar y mantener el poder. Las prioridades electorales deberán de ser definidas por la dirigencia del partido.
La coordinación debe hacerse permanente y sobre la base de programas de acción concretos. Las expectativas y compromisos deberán establecerse siempre con claridad, para ello habremos de considerar la creación de un Consejo Nacional Electoral del Partido.
Planeación para la acción política.
La planeación política habrá de ser la herramienta que nos permita prever metas y ordenar conforme a programas de acción, el uso de los recursos.
Los procedimientos tácticos, los tiempos y las actividades. Su uso nos ayudará a poner fin a la improvisación y tomar decisiones adecuadas.
La planeación política ha de extenderse a los municipios, las entidades federativas y los sectores, una gestión cada vez más descentralizada habrá de fortalecer la actividad del partido que se realiza junto con la ciudadanía.
Cuarta etapa del partido.
Nuestro partido se ha involucrado en las grandes transformaciones históricas de la sociedad mexicana. Hoy, ante nuevas exigencias, nuestro partido va a reformarse una vez más.
En 1929 estuvimos en la concertación de las fuerzas revolucionarias, en 1938 en el programa social de la Revolución Mexicana y el refrendo de la soberanía. En 1946 en el impulso del desarrollo. En 1990 seremos el partido de la sociedad que se define por la democracia, por la soberanía y por la solidaridad.
En el México de hoy se recrea el espíritu del cambio, en el Partido Revolucionario Institucional, se hace presente el espíritu en 1929, 1938 y 1946. La voluntad es por las transformaciones, el consenso es por la decisión de que sea ahora.
Supremacía política.
El partido se reforma para mantener la supremacía política, ese propósito no está animado por la obsesión del poder. Responde a los mandatos de la Revolución Mexicana. Nacimos de la Revolución. Hoy tenemos la responsabilidad de actualizar sus exigencias y hacerlas avanzar.
Así lo demandan los millones de mexicanos que todavía sufren la pobreza extrema así lo demandan todos los que padecen alguna forma de desigualdad: los trabajadores del campo y la ciudad, los productores pobres, los grupos populares urbanos.
Así lo demandan las clases medias que piden seguridad para el fruto de sus esfuerzos. Así lo demandan todos los ciudadanos que quieren libertad y respeto a su dignidad.
En nombre de ellos, los militantes priístas optamos por la reforma. Por eso no es una reforma oportunista, nuestra decisión tiene unan profunda raíz histórica y una honesta razón social.
El partido se reforma para desplegar las libertades políticas y las potencialidades de la democracia, para enfrentar la nueva competencia política.
Por ello, transformaremos nuestra organización, encontraremos mejores argumentos para convocar el consenso ciudadano, seremos militantes más comprometidos; queremos enriquecer la contienda política, convertirla en diálogo entre iguales, fortalecerla como tribunal ciudadano que juzga las acciones de los gobiernos y los programas de los partidos.
El partido se reforma para ganar el voto. Queremos ganar el voto de la racionalidad, el de la iniciativa ciudadana, el de todos aquellos que en la pluralidad quieren participar en las grandes tareas nacionales.
El PRI se reforma para convertir la supremacía política en proyecto de justicia.
El PRI se reforma para traducir la supremacía política en práctica de democracia.
El PRI se reforma para hacer de la supremacía política un ejercicio de solidaridad.
Enfrentemos, así el reto de ser la organización política, con la visión, el talento y el coraje, capaz de encabezar la nueva cultura y el nuevo quehacer político.
Estamos ya en el camino de la reforma.
En la modernización, avanzamos.
En la democracia, avanzamos.

Y en la solidaridad, avanzamos.