miércoles, 28 de octubre de 2020

El pacto federal en riesgo por capricho y cuestión de dinero, por quienes lo cuestionan y critican.

 


Los gobernadores que integran la Alianza Federalista, todos de la oposición se pronunciaron en contra de los recortes a sus entidades previstos en el Presupuesto 2021, así como por la eliminación de los 109 fideicomisos, en donde aseguraron que si no hay respuesta por parte del presidente, Andrés Manuel López Obrador, recurrirán a instancias internacionales.

Sin lugar a dudas, los gobernadores de diversos estados de la República, donde habrá el próximo año elecciones, están tan preocupados de perder el poder, que ven moros con tranchete y desean obtener mayores recursos para concluir sus mandatos, sin que se hayan apretado el cinturón.

Eso nos recuerda, aquella frase que tanto se mencionaba en décadas pasadas y años anteriores: “El año de Hidalgo, y c#!=gue su madre quien deje algo”.

Hay que recordar, que dicha frase, surgió durante los gobiernos de los 70 y 80 y se refiere a que durante el último año de gestión (o meses), los funcionarios públicos o políticos de las altas esferas del poder deben gastarse (o llevarse) todo lo que más puedan... o al menos eso es lo que cuenta la leyenda.

Si no hay dinero, pues no hay Año de Hidalgo, si hay transparencia, rendición de cuentas y fiscalización, mucho menos, si no hay espacios propicios que permita disponer recursos de manera opaca, la corrupción se desvanece.

Por tales motivos, al no haber espacios donde el dinero pueda fluir sin control y fiscalización, da lugar a protestas, ya que no se podrá disponer de manera plena, quizá esto sea lo que los gobernantes estatales, municipales y representantes populares, protestan, ya que desean que los recursos sigan fluyendo sin trasparencia, fiscalización y sin control.

Pero en esta ocasión, ante la pandemia y el parón económico, derivado por el Covid 19, así como, por la Austeridad Republicana, que lleva el Gobierno Federal de manera férrea, los recursos que el Presupuesto 2021 otorgará a los estados es menor en apariencia, ya que recibirán lo que legalmente les corresponde en tiempo y forma, y este hecho ha puesto de cabeza a los gobernantes, tanto estatales como municipales. El 2021 será un año de recuperación económica y en consecuencia, es necesario evitar el despilfarro, el derroche y que los recursos que se disponen se apliquen de manera eficiente, honesta, trasparente a la población.

Sin embargo, los gobernadores de Aguascalientes, Martín Orozco; de Chihuahua, Javier Corral; de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme; de Colima, José Ignacio Peralta; de Durango, José Rosas; de Guanajuato, Diego Sinhue; de Jalisco, Enrique Alfaro; de Nuevo León, Jaime Rodríguez; de Michoacán, Silvano Aureoles, y de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, se pronunciaron en contra de que exista esa austeridad Republicana y desean mayores recursos, dando a conocer pretextos tan absurdos como el defender su soberanía y dignidad, así como que no desaparezcan los fideicomisos.

La figura de fideicomisos desaparece, por su gran opacidad, pero los apoyos continuarán de manera directa, buscando ante todo que esos recursos sean fiscalizados y se apliquen en conformidad a las necesidades y requerimientos que demanda la nación.

Que los gobernadores de 10 estados, pretendan presionar al Gobierno Federal buscando dar la batalla con instrumentos establecidos en la constitución, así como en instancias internacionales, están en su derecho, pero el derecho del Gobierno Federal es que exista transparencia, rendición de cuentas y fiscalización y si los fideicomisos no cumplían con esos requisitos, es valido su desaparición y los recursos se etiqueten en el propio presupuesto para que se conozca con mayor exactitud el origen y destino de los recursos.

Los gobernadores “rebeldes”, señalan, de que rechazan las arbitrarias decisiones del gobierno de México que atentan contra los principios del federalismo y el equilibro de los poderes que sustentan el Estado mexicano.

Mencionan, que sí se hizo mal uso de cualquier fideicomiso se castigue a los culpables y que se pongan nuevas reglas para su transparencia y operación, pero no es justificable su desaparición porque no hay una definición clara de los fideicomisos.

Vaya con los gobernadores, la transformación, la transparencia, la rendición de cuentas, la fiscalización y sobre todo la austeridad, representan un dolor de cabeza, para quienes estaban acostumbrados a gastar a manos llenas y sus protestas van encaminadas a que todo siga igual a pesar de la crisis económica y la propia pandemia.

No señores gobernadores, hay que apretarse los cinturones ante momentos de crisis económica y saber enfrentar los retos que todos estamos padeciendo. Sin olvidar que la batalla contra la corrupción es total, todo aquello que no cuente con un marco de transparencia, rendición de cuentas y fiscalización acorde a los principios de la cuarta transformación, debe revisarse, analizarse y en su caso eliminarse.

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