Cualquier semejanza a la realidad es pura coincidencia
Cuando no se aprende y no se quiere aprender, lo único que resta es que la propia vida les habrá los ojos a esos que quieren mantener los ojos cerrados ante la realidad. Hay que recordar, que desde la época de la República Restaurada hasta la segunda década del siglo XX, el principio de no reelección fue la bandera de los levantamientos armados más importantes en México.
El primero, que tuvo lugar en el último cuarto del siglo XIX, fue avalado por el Plan de Tuxtepec y desembocó en un régimen de gran estabilidad y duración; el segundo, que tuvo lugar en nuestro siglo, se apoyó en el Plan "de San Luis Potosí” y desató un proceso de profundas transformaciones políticas y sociales que se consolidaron hasta después de más de una década de guerra civil.
La no reelección, como condición para la existencia de la democracia en México, ha sido una idea de gran continuidad en nuestra historia política desde la época de Benito Juárez, pues el continuismo o la perpetuación en el poder se percibe como una amenaza mayor que la anulación del derecho de reelegir a un gobernante si es ésa la voluntad del pueblo.
Recordando la permanencia dé Porfirio Díaz en la silla presidencial parecían demostrar inequívocamente que las condiciones de México se prestaban para que la reelección se convirtiera en un instrumento antidemocrático por excelencia.
Y más aún cuando en nuestros días la reelección o la continuidad de los personajes, se presenta por la omisión, por el regreso a nefastas leyes de conveniencia política, por la decadencia de un régimen sin escrúpulos, que no tiene ni ética, ni valores; o por la asignación a través del dedazo, recomendaciones y palancas, buscando justificar que los procesos de selección se realiza bajo el consentimiento de la población a través de la encuesta, “!Vergüenza”¡ deberían de tener aquellos que atentan contra la democracia y el pueblo, aquellos que se hacen llamar los paladines de las causa justas y solidarias de la población.
Hoy, todos los reeleccionistas, se parecen mucho más aquel personaje que se creyó como el "hombre necesario", encarnado en Porfirio Díaz, es comprensible en el contexto de las guerras civiles y las intervenciones extranjeras del siglo XIX mexicano. El de que Díaz era el único hombre capaz de gobernar un país tan inestable se convertiría en el argumento más importante para justificar su reelección.
Este concepto se resucitó en el siglo pasado para legitimar la reforma constitucional que permitió la reelección en su época del presidente Plutarco Elías Calles.
Y una vez más en este siglo, se vuelve a reeditar el modelo de reelección y se mantiene a pesar de que al país, ahora lo gobierna personajes que tienen una visión ampliamente democrática, la contradicción de la contradicción.
El 6 de Junio veremos, la verdadera encuesta que surgirá de las urnas electorales y sabremos si la reelección, los dedazos, recomendaciones y compra de candidaturas, son el modelo ideal para morena, o el CEN se equivo una vez más y pone en peligro la consolidación del Proyecto Alternativo de Nación y la Cuarta Transformación.
Y recordemos, la expresión de Porfirio Díaz, cuando denuncio la reelección:
“La reelección indefinida, forzosa y violenta, del Ejecutivo Federal, ha puesto en peligro las instituciones nacionales [...]. En el curso de mi vida política he dado suficientes pruebas de que no aspiro al poder, a cargo, ni empleo de ninguna clase; pero he contraído también graves compromisos para con el país por su libertad e independencia, [...]“menos gobierno y más libertades” nuestro programa [...] Que la elección de Presidente sea directa, personal, y que no pueda ser elegido ningún ciudadano que en el año anterior haya ejercido por un solo día autoridad o encargo cuyas funciones se extiendan a todo el Territorio Nacional [...] Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder, y ésta será la última revolución”.
Porfirio Díaz
Y no hay que olvidar que es causa de Revoluciones, lo que un día dijo Porfirio Díaz y se le olvido por cerca de 33 años “Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder, y ésta será la última revolución”.
Efectivamente, Porfirio Díaz, no solo predijo lo que acontecería si la democracia fuera sujeta a la reelección, el mismo no entendió su propio mensaje o simplemente, creyó que México necesitaba la figura del “hombre necesario” toda una eternidad.
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