miércoles, 30 de junio de 2021

Indudablemente que AMLO tiene toda la razón de que la clase media debe humanizarse y ser más fraternal, no solo la que se gesto en décadas anteriores y la actual, sino la que se esta formando en su mandato.

 


No puede descalificarse lo dicho por el presidente Andrés Manuel que busca formar un nuevo estrato social para sacar de la pobreza a millones de mexicanos. Sin embargo, no solo es cuestionar a esa clase social que carece de principios, valores, ética y moral que han hecho sus fortunas o logrado sus espacios laborales o productivos a través de la corrupción y la deshonestidad.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, sostuvo que no está en contra de la clase media; sin embargo, señaló que esta se debe humanizar y ser más fraterna.

Sin lugar a dudas, es lo correcto, la clase media que en años anteriores se genero, simplemente tenía una visión individualista, bajo ninguna circunstancia emprendió acciones para generar condiciones viables a favor de los que menos tienen, ignoro a la población y generaron una visión contraria a la fraternidad, solidaridad, apoyo y sobre todo más humanizada.

El pretender formar un nuevo estrato social para sacar de la pobreza a millones de mexicanos y formarlos con principios humanistas, no es incorrecto, al contrario sería lo más viable hacer de México, un espacio donde la esperanza de Transformación y Cambio Verdadero sea toda una realidad.

Tampoco podemos ignorar, que la clase media, que actualmente existe, su desarrollo y formación, viene de una cultura del agandalle, del que no transa, no avanza; el primero yo, después yo y hasta el último yo. Una cultura en donde ve a sus semejantes de reojo y con desprecio, temerosos de que vayan a pretender desplazarlo de su zona de confort.

Quién piense que estamos en contra de los ricos, es que están completamente equivocados, estamos en contra de los que abusan del poder, de los corruptos, inmorales, perversos y que han generado su riqueza a través de prácticas poco éticas y morales, que rayan en la ilegalidad.

Quienes han logrado labrar su porvenir, su riqueza de manera honesta y a través de una cultura del esfuerzo, nuestros aplausos fraternos, pero a quienes lo han hecho de manera desleal, sin valores y principios, a esos personajes nuestro repudio constante, ya que han sido los principales promotores de que México y su población no logren salir adelante de manera plena.

Por ello, como lo menciona López Obrador, quienes han creado su fortuna en conformidad con la ley merecen respeto, esto debido a que generan empleos y contribuyen de manera honesta al crecimiento y desarrollo de México.

México, en estos momentos, requiere de la unión y participación de trabajadores, campesinos y el sector público y privado, para poder edificar una nación más solidaria, creativa, innovadora, honesta y fraternal.

Debemos reconocer que el país necesita de la participación conjunta de los empresarios del sector privado y del sector público, es indispensable mayor inversión y la generación de empleos, tanto en el sector público como privado, con salarios dignos y suficientes que permita un mejor nivel de vida de la población y genere consumo y bienestar para que todos salgan beneficiados.

Si logramos avanzar de manera comprometida y se abren las oportunidades de empleo y existen condiciones propicias para la generación de nuevas micro, medianas y grandes empresas, lograremos impulsar un país con prosperidad.

Pero hay que tener en cuenta, que no solo es cuestionar a la clase media, sobre todo aquella, que se resiste a perder sus privilegios y buscan a toda costa que sus intereses inmorales no sean afectados, sino también, se debe tener en cuenta que hay una clase media que se esta formando a partir del nuevo gobierno que debe predicar con el ejemplo, que debe contribuir de manera positiva a fortalecer la actividad económica y generar empleos. Debe constituirse una nueva clase media con visión de cambio y transformación, más solidaria, fraternal y que coadyuve a cerrar las brechas de desigualdad social y de entendimiento, bajo principios básicos de trabajo en equipo, donde la unidad y la participación se realicen, siempre, siempre con la plena convicción de generar resultados a favor de todos.

Hay señalamientos muy claros de que los que ahora ocupan los cargos de poder en el gobierno, a nivel federal, estatal y municipal, ya sea un espacio de la alta jerarquía o de menor jerarquía, no tienen la sensibilidad, la armonía, la empatía necesaria que les permita tener el contacto armónico con su propio personal que se encuentra a su mando, ni con la propia sociedad que acude a las oficinas de gobierno.

Hombre o mujer, sea cual fuera el caso, tienen comportamientos de revanchismo, de indiferencia, de indolencia y apatía. Hoy quienes ocupan espacios de poder, ya sea máximo o mínimo, ejercen el poder de manera a rajatabla con sus propios trabajadores de manera grotesca y estos a su vez actúan de la misma forma con sus compañeros y la propia ciudadanía. Todos están mareados por el néctar del poder, soberbios y altaneros, llegaron a espacios de autoridad sin estar preparados moralmente, éticamente y profesionalmente.

Hay mucho descontento, al interior de la administración pública federal, estatal y municipal por el actuar de los nuevos servidores públicos y funcionarios públicos que arribaron con la Cuarta Transformación, por la forma de actuar, por la poca experiencia y conocimiento que tienen en la responsabilidad encomendada, por las ocurrencias, por la indolencia, la falta de armonía con el personal, más no con el personal que arribaron con ellos, los cuales les aplauden como focas, esperando mantenerse en la nómina solo por ser lambiscones, servilista y rastrero.

La Cuarta Transformación debe ser el modelo donde exista armonía, empatía, solidaridad y respeto. Desde las propias oficinas gubernamentales con sus trabajadores hasta con la propia ciudadanía debe generarse el cambio verdadero.  

Esperamos que esa clase media que esta en gestación en el gobierno actual, actué en consecuencia, predicando con el ejemplo y sirva como gran detonador de un bienestar sin precedentes que favorezca a los que menos tienen.

La Cuarta Transformación es transformación y no más de lo mismo, es apoyar, solidarizarse y estar cercana a la gente, de todos los niveles sociales y sin ninguna distinción partidista.

Hagamos de México un país donde el Bienestar y el Progreso Social con Justicia arriben a todos los rincones del país. Que nadie quede fuera, que nadie se quede atrás y para lograrlo hay que avanzar de manera conjunta, sin individualismos solo de manera conjunta.

Y esperamos que los que se resisten a la nueva realidad del país, reflexionen que el pueblo pone y el pueblo quita, que ni grupos, corrientes, asociaciones, organizaciones, fundaciones o corporativos tienen ya injerencia en las decisiones de la colectividad.

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