Las alarmas empiezan sonar en diversos estados de la República y en la Ciudad de México y el Estado de México, derivado de las imposiciones, falta de transparencia en la designación de las candidaturas y el gran número de candidatos que no cuentan con afiliación o apenas se afiliaron a morena, buscando un espacio de representación.
Los amarres políticos se empiezan a desvanecer, la militancia de base, consejeros estatales, aspirantes a un cargo de representación popular y hasta los mismos aspirantes que lograron por la vía plurinominal un espacio a través de la “tómbola” y los han colocado en posición secundarias, denunciando al Tribunal Electoral, para que se recompongan las listas y se cumpla con cabalidad lo que establece los estatutos y se respeto sus derechos políticos.
Tampoco podemos olvidar, que las instituciones electorales, continúan cancelando candidaturas derivadas a errores y falta de un proceso adecuado para inscribir a los candidatos y por no reportar los gastos de precampaña.
El caos persiste y las denuncias han llegado hasta Palacio Nacional, esperando que sean vistos y escuchados los militantes de base y respetado no solo sus derechos partidistas, sino el proceso interno que prácticamente se encuentra opaco ante los ojos de los aspirantes y la opinión pública.
Han quedado relegados en posiciones líderes y fundadores comprometidos con el movimiento regeneración nacional, los cuales levantan la voz, el puño y se rebelan ante el reparto de las candidaturas que diversos grupos del partido tienen secuestrado al movimiento - partido.
En el caso del estado de México, las movilizaciones se anuncian, así como la convocatoria a un Consejo Estatal Extrordinario, con el afán de que exista piso parejo y la militancia de base, no quede fuera una vez más en la distribución de los espacios a las candidaturas.
La rebelión, se acrecienta, la simulación se incrementa, por quienes desean ser considerados con eventos “patito” y simulados de que existe representabilidad, donde lambiscones, busca chambas, servilistas y golpeadores, están atentos a que su jefe o líder no caiga en desgracia, en razón de que pueden perder su puesto o cargo.
Los llamados de unidad se están perdiendo en un mar de confusión, lo que esta provocando el desanimo y el revanchismo político que puede aflorar en las próximas elecciones.
La cúpula partidista, ya empieza a ocultarse en los “baños”, pretendiendo evitar dar la cara, ante las denuncias de la venta de candidaturas, imposición, falta de transparencia y falta de Democracia Interna.
Morena no ha sabido ser partido hegemónico, no ha logrado avanzar en la profesionalización de su base militante, en promover y fomentar una Revolución de las Consciencias afín a la Cuarta Transformación, no ha logrado estructurar a una institución política que se mantuvo inmóvil, esperando que la inmovilidad fuera el detonante del continuismo y la reelección de los que ahora no quieren dejar el cargo.
Morena se encuentra en una encrucijada a unas semanas de la elección del 6 de Junio, no hay organización, no hay estructura, no hay liderazgo y no existe cohesión entre los diferentes actores. La simulación se acrecienta, el divisionismo se percibe y que decir el hartazgo esta llegando a la militancia de base que no acepta más sacrificios de quienes fueron los principales precursores de lo que es hoy por hoy morena.
Los tiempos se agotan, los mensajes de unidad se multiplican y se acrecientan, los connatos de deserción e inmovilidad, se empiezan a gestar, ante los ojos de propios y extraños, el caos, la desilusión y la desesperanza.
El partido en el poder, ha sido secuestrado por grupos, corrientes, tribus, corporativistas y sindicalistas, los cuales buscan un pedazo del poder para subsistir.
Los reeleccionistas, están apáticos, paralizados, soberbios y arrogantes, creyendo que con solo la imagen de AMLO y su gran nivel de preferencia, bastará para continuar, tres años más agazapados en el poder.
La ciudadanía, ve con tristeza lo que esta sucediendo al interior de morena, el Presidente no puede solo y menos con gente ocupando una curul, una presidencia municipal, regidurías y sindicaturas, dependientes de grupos de intereses o personajes, la barbarie política esta dando cuenta al desanimo, frustración, malestar y hastió, de quienes contribuyeron de manera honesta, sincera, convencida y leal a impulsar un Proyecto Alternativo de Nación.
Muchos son los damnificados de los diversos partidos políticos, de “izquierda”, “centro” y de “derecha”, que reclaman espacios de representación a costa de quienes han sido los principales arquitectos de la Transformación y el Cambio verdadero.
Las amenazas vienen de los obradoristas y morensitas de corazón, así como de todos aquellos que se sienten con el derecho de continuar con el poder, si no hay cargos, habrá rebelión, algo parecido a lo que aconteció en el seno del PRI en los años 60’s, en los 80´s y en el 2000, cuando el partido hegemónico no tenia idea de cómo generar consenso, unidad, partido y distribución de los espacios en los congresos locales y federales, cuando los controles internos fallaron, cuando el presidencialismo claudico.
La confrontación se ve inevitable, tanto para unos como para otros, dejando en entre dicho un Proyecto de Nación que empieza a desquebrajarse por tanto oportunista, arribista y políticos fantoches que solo busca desestabilizar a una institución política, sino hay espacios de poder.
Que nadie se equivoque, el pueblo es el que decide, el pueblo ya no es tonto y el pueblo, pone y el pueblo quita. Los subordinados, los lambiscones, los busca chambas, los sumisos, están al acecho, esperando que sus privilegios continúen, se mantengan, si sus propios jefes y “lideres de caricatura”, llegan, todos ellos llegan a ocupar espacios, aunque ello signifique la parálisis de una nación.
La historia nos indica que esas escenas eran de esperarse, sucedió en la época de la Independencia, en la Reforma, en la propia Revolución, así pasará en la Cuarta Transformación, el país no podrá transformarse ante el cúmulo de intereses ajenos al cambio verdadero y los deseos de poder de grupos y personajes que no alcanzan a entender que la Cuarta Transformación llego para quedarse.
Las traiciones y el caos, será un ambiente que habrá de prevalecer en los próximos meses y años, pero en estos momentos, la oposición espera que la bomba estalle al interior de morena, sus infiltrados y sus negociadores saben a ciencia cierta que más tarde que nunca regresarán para seguir saqueando al país; sin embargo, hay la esperanza, que la militancia comprometida con la Cuarta Transformación salga al quite y evite que morena le suceda lo mismo que le ocurrió al PRD ante la ausencia de sus máximos liderazgos Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
Y hay que tener presente que Obrador, ha dicho con plenitud, que al concluir su mandato no se va a reelegir y que tampoco se va a meter en cuestiones políticas, ni siquiera del propio partido morena, que el se retira.
Ante tal escenario, es en este momento cuando, es necesario redefinir y reorganizar al movimiento regeneración nacional y cerrar filas en torno a un proyecto común, la Cuarta Transformación.
No hay cabida para grupos, corrientes, tribus, ni seudolideres, hay la necesidad de avanzar de manera contundente en la Democracia Interna de Morena.
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