lunes, 22 de junio de 2020

Un Tsunami puede provocar la participación de los nuevos partidos políticos, ya que restarán votos a los partidos tradicionales en el 2021.

En los próximos días se habrá de definir que instituciones políticas entran en escena y cumplen con cabalidad para ser nuevos partidos políticos y estar presentes en el proceso electoral del 2021.
Se habla de que posiblemente, podrían ser cuatro los nuevos partidos que cumplirían con los requisitos para ser partido político y puedan participar en el proceso electoral del 2021, junto con los actuales siete que por ahora funcionan (PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, MC y Morena). Esto puede significar la perdida de los partidos tradicionales de votos y en consecuencia un duro golpe a las intensiones de derrotar a morena y mantener sus registros.
Los nuevos partidos que buscan su registro son: Redes Sociales Progresistas, de la maestra Elba Esther Gordillo; Partido Encuentro Solidario, la versión nueva del PES, que perdiera el registro en la elección de 2018; Grupo Social Promotor de México, que sustituye a Nueva Alianza, con toda la fuerza del SNTE; Fuerza Social por México, de Pedro Haces; Fundación Alternativa, de César Augusto Santiago e Isidro Pastor; y Súmate a Nosotros, de Manuel Espino, y México Libre, del ex presidente Felipe Calderón.
Se habla de que los primeros cuatro instituciones políticas ya tienen un pie adentro para participar en el 2021, pero hay que esperar a que se de a conocer de manera oficial.
Desde este momento, se perfila una batalla de liderazgo entre Redes Sociales Progresistas que comanda la maestra Elba Esther Gordillo y la nueva versión del PANAL, Grupo Social Promotor por México, por los votos y las preferencias de los maestros.
Cabe mencionar, que los nuevos partidos políticos, ninguno podrá hacer alianzas en su primera elección, de acuerdo al artículo 85 de la Ley de Partidos Políticos, por lo que deberán rascarse con sus propias uñas y demostrar en los hechos de que tienen la organización y estructura suficiente para ir en busca de grandes retos.
No podrán hacer pactos y negociaciones con el resto de los partidos, tanto para buscar compartir votos en lo local como para que los apoyen en la elección de diputados federales, que es la que más interesa a los de nueva creación, porque de ahí se contabilizará “al menos el 3 % del total de la votación válida emitida”, para conservar el registro; conforme el artículo 41 de la CPEUM.
El tiempo de emigraciones de militantes y simpatizantes de un partido a otro, podría presentarse en los próximos meses.
La oposición actual, por ello esta en plena locura electoral, ya que el escenario político que se vislumbra en el 2021 se presenta aterrador para los partidos tradicionales. Podría surgir un “nuevo morena”, pero también podría ocurrir que el reparto de los votos del electorado fuera tan amplio que muchos de los nuevos partidos que entren en escena no logren mantener el registro en su primera contienda electoral y que los partidos de la oposición pierdan tantas posiciones que resulte difícil poder mantenerse con vida en esta contienda electoral.
En cuanto a morena, tampoco debe echar las campanas al vuelo, debe confirmar su capacidad y calidad como institución política para pasar por esta etapa de reajustes y posicionamiento, lograr la victoria de manera contundente, sería tanto como estar en caballo de hacienda Rumbo al 2024 y dar continuidad al Proyecto Alternativo de Nación y la 4T.  
Todo puede ocurrir en los próximos meses y todos los partidos son susceptibles a reacomodos en su base militante.
Los partidos deberán buscar además representantes para las más de 166 mil casillas que se instalarán para el proceso del próximo año y tratar de convencer también a casi 6 millones de votantes adicionales —del 2018 a la fecha—a la lista nominal (al pasar de 89 a 95 millones de votantes).
Y no es poca la cantidad de votos que deberán reclutar los nuevos partidos. En caso de alcanzarse un nivel de participación cercano al 60% de los ciudadanos inscritos en la lista nacional, serían 55 millones de votos los emitidos, de los cuáles el 3 % significaría una cantidad cercana a 1.6 millones de votos.
Por otra parte, los altos mandos partidistas deberán estar conscientes de que las precampañas de enero próximo y las campañas formales de marzo deberán ser muy diferentes hasta lo ahora acostumbrado. El Covid 19 y sus estragos impactará en el ámbito político, se prevé que los actos masivos, saludos de mano, acercamiento con los electores y demás linduras que se hacían con anterioridad deberán ser modificados y quizá descartado. Asimismo, hay que esperar la nueva reglamentación política electoral que se acuerde por las autoridades de salud y los organismos electorales.
Tampoco se debe olvidar, lo referente al número de asistentes a cada uno de los eventos de campaña, lo que obligará a una mayor coordinación entre candidatos y una mejor selección de los públicos a los que aspiren convencer, los medios y las herramientas que utilicen para un acercamiento propicio al electorado y los diversos sectores.
Sin lugar a dudas, las estrategias que ponga en marcha cada institución política serán vitales en su estilo y forma de hacer campaña.
Y que decir en cuanto a los debates, si son virtuales o presenciales, contando con los elementos básicos de protección de salud.
Los candidatos a la gubernatura del estado de acuerdo a la legislación tendrán 93 días de campaña. Los candidatos a diputados federales tendrán 60 y aquellos que aspiren a presidencias municipales y diputaciones locales de mayoría en Sonora,  solo 43 días. Por ahora no hay encuestas que revelen con mucha precisión lo que va a suceder en junio del próximo año, solo tendencias y aproximaciones. Nada definitivo, pura escaramuza de datos y tendencias que no permiten visualizar los posibles resultados de preferencia electoral.
Por lo que se refiere a la imagen que se haya logrado generar de aquellos aspirantes a cargos de elección popular, capitalizando estos momentos de pandemia, podrían tener un avance no tan significativo.
La pasividad que ha demostrado la clase política en medio de la pandemia, es un indicador contundente que en momentos de presión, se quedarán en casa, lo cual sería un golpe muy duro para la imagen de los aspirantes.
La ciudadanía, lo ha dicho una y otra veza, que desea ver nuevos rostros en la política, con proyectos que se encaminen en beneficiar a la población en su conjunto y desterrar los privilegios y la corrupción. Ese es el camino que habrá de emprenderse si se desea posicionar de manera significativa en la memoria del electorado.
Un elemento que debe contemplarse, dentro de la estrategia político - electoral  es el relativo al incremento que presentan las encuestas en cuanto a los indecisos. Porque se trata de gente que no esta de acuerdo con el actuar de los partidos políticos existentes. Las expectativas generadas no se ha logrado cumplir debido a la politiquería que los partidos de la oposición han realizado en más de 18 meses del nuevo Gobierno Federal, bloquean, desvirtúan, agreden, calumnian y generan un ambiente inadecuado, que la ciudadanía ya no desea que se siga presentando.
Quienes aún piensen que el electorado dará un voto de confianza a más de lo mismo, están completamente equivocados. El votante, va a privilegiar el conocimiento de la persona, su capacidad, su honradez, el nuevo sentido de hacer política, la solidaridad, el respeto y sobre todo la capacidad de comunicarse con la ciudadanía bajo diferentes vías y mecanismos.
En el 2018, no podemos ignorar ni poner en saco roto, que el hartazgo por la corrupción y los problemas sin resolverse dieron lugar a un voto generalizado y  de coraje sin evaluar los perfiles, lo que ha dado lugar a que se colaran muchos improvisados de la política, legisladores ajenos y distantes de la población, así como pésimos representantes en los gobiernos municipales.
Asimismo, las principales exigencias que habrá de ponerse en la mesa de discusión será sin lugar a dudas, la salud, la economía, el empleo, la solidaridad y la unidad en torno a un Proyecto Alternativo Nación. La oposición ha estado perdiendo su oportunidad de recuperar terreno ante la sociedad ante sus incitantes golpeteos en contra de la labor que realiza el Gobierno de la República, ha seguido una línea de confrontación motivado por aquellos que no desean perder sus privilegios y pretenden mantenerse cerca del poder, deberán pagar su falta de tacto político y el hecho de depender de sectores que solo visualizan su situación personal y no de la población.

Hay quienes todavía creen que se va a repetir el fenómeno político del 2018, de manera automática, la realidad que no va a ser así, se va a tener que cambiar estrategias de selección y nominación que permita que la ciudadanía retome la confianza y por ello la necesidad de ir con nuevos valores que tengan un mayor arraigo a la vida institucional del movimiento regeneración nacional.

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