En los próximos días se
habrá de definir que instituciones políticas entran en escena y cumplen con cabalidad
para ser nuevos partidos políticos y estar presentes en el proceso electoral
del 2021.
Se habla de que
posiblemente, podrían ser cuatro los nuevos partidos que cumplirían con los
requisitos para ser partido político y puedan participar en el proceso
electoral del 2021, junto con los actuales siete que por ahora funcionan (PAN,
PRI, PRD, PT, PVEM, MC y Morena). Esto puede significar la perdida de los
partidos tradicionales de votos y en consecuencia un duro golpe a las
intensiones de derrotar a morena y mantener sus registros.
Los nuevos partidos que
buscan su registro son: Redes Sociales Progresistas, de la maestra Elba
Esther Gordillo; Partido Encuentro Solidario, la versión nueva del PES,
que perdiera el registro en la elección de 2018; Grupo Social Promotor de
México, que sustituye a Nueva Alianza, con toda la fuerza del SNTE; Fuerza
Social por México, de Pedro Haces; Fundación Alternativa, de César
Augusto Santiago e Isidro Pastor; y Súmate a Nosotros, de Manuel Espino,
y México Libre, del ex presidente Felipe Calderón.
Se habla de que los primeros
cuatro instituciones políticas ya tienen un pie adentro para participar en el
2021, pero hay que esperar a que se de a conocer de manera oficial.
Desde este momento, se
perfila una batalla de liderazgo entre Redes Sociales Progresistas que comanda
la maestra Elba Esther Gordillo y la nueva versión del PANAL, Grupo Social
Promotor por México, por los votos y las preferencias de los maestros.
Cabe mencionar, que los nuevos
partidos políticos, ninguno podrá hacer alianzas en su primera elección, de
acuerdo al artículo 85 de la Ley de Partidos Políticos, por lo que deberán
rascarse con sus propias uñas y demostrar en los hechos de que tienen la
organización y estructura suficiente para ir en busca de grandes retos.
No podrán hacer pactos y
negociaciones con el resto de los partidos, tanto para buscar compartir votos
en lo local como para que los apoyen en la elección de diputados federales, que
es la que más interesa a los de nueva creación, porque de ahí se contabilizará
“al menos el 3 % del total de la votación válida emitida”, para conservar el
registro; conforme el artículo 41 de la CPEUM.
El tiempo de emigraciones de
militantes y simpatizantes de un partido a otro, podría presentarse en los
próximos meses.
La oposición actual, por
ello esta en plena locura electoral, ya que el escenario político que se
vislumbra en el 2021 se presenta aterrador para los partidos tradicionales. Podría
surgir un “nuevo morena”, pero también podría ocurrir que el reparto de los
votos del electorado fuera tan amplio que muchos de los nuevos partidos que
entren en escena no logren mantener el registro en su primera contienda
electoral y que los partidos de la oposición pierdan tantas posiciones que
resulte difícil poder mantenerse con vida en esta contienda electoral.
En cuanto a morena, tampoco
debe echar las campanas al vuelo, debe confirmar su capacidad y calidad como
institución política para pasar por esta etapa de reajustes y posicionamiento,
lograr la victoria de manera contundente, sería tanto como estar en caballo de
hacienda Rumbo al 2024 y dar continuidad al Proyecto Alternativo de Nación y la
4T.
Todo puede ocurrir
en los próximos meses y todos los partidos son susceptibles a reacomodos en su
base militante.
Los partidos deberán buscar
además representantes para las más de 166 mil casillas que se instalarán para
el proceso del próximo año y tratar de convencer también a casi 6 millones de
votantes adicionales —del 2018 a la fecha—a la lista nominal (al pasar de 89 a
95 millones de votantes).
Y no es poca la
cantidad de votos que deberán reclutar los nuevos partidos. En caso de
alcanzarse un nivel de participación cercano al 60% de los ciudadanos inscritos
en la lista nacional, serían 55 millones de votos los emitidos, de los cuáles
el 3 % significaría una cantidad cercana a 1.6 millones de votos.
Por otra parte, los
altos mandos partidistas deberán estar conscientes de que las precampañas de
enero próximo y las campañas formales de marzo deberán ser muy diferentes hasta
lo ahora acostumbrado. El Covid 19 y sus estragos impactará en el ámbito
político, se prevé que los actos masivos, saludos de mano, acercamiento con los
electores y demás linduras que se hacían con anterioridad deberán ser
modificados y quizá descartado. Asimismo, hay que esperar la nueva reglamentación
política electoral que se acuerde por las autoridades de salud y los organismos
electorales.
Tampoco se debe olvidar, lo
referente al número de asistentes a cada uno de los eventos de campaña, lo que
obligará a una mayor coordinación entre candidatos y una mejor selección de los
públicos a los que aspiren convencer, los medios y las herramientas que
utilicen para un acercamiento propicio al electorado y los diversos sectores.
Sin lugar a dudas, las
estrategias que ponga en marcha cada institución política serán vitales en su
estilo y forma de hacer campaña.
Y que decir en cuanto a los
debates, si son virtuales o presenciales, contando con los elementos básicos de
protección de salud.
Los candidatos a la
gubernatura del estado de acuerdo a la legislación tendrán 93 días de campaña.
Los candidatos a diputados federales tendrán 60 y aquellos que aspiren a
presidencias municipales y diputaciones locales de mayoría en Sonora,
solo 43 días. Por ahora no hay encuestas que revelen con mucha precisión lo que
va a suceder en junio del próximo año, solo tendencias y aproximaciones. Nada
definitivo, pura escaramuza de datos y tendencias que no permiten visualizar
los posibles resultados de preferencia electoral.
Por lo que se
refiere a la imagen que se haya logrado generar de aquellos aspirantes a cargos
de elección popular, capitalizando estos momentos de pandemia, podrían tener un
avance no tan significativo.
La pasividad que ha
demostrado la clase política en medio de la pandemia, es un indicador
contundente que en momentos de presión, se quedarán en casa, lo cual sería un
golpe muy duro para la imagen de los aspirantes.
La ciudadanía, lo ha dicho
una y otra veza, que desea ver nuevos rostros en la política, con proyectos que
se encaminen en beneficiar a la población en su conjunto y desterrar los
privilegios y la corrupción. Ese es el camino que habrá de emprenderse si se
desea posicionar de manera significativa en la memoria del electorado.
Un elemento que debe
contemplarse, dentro de la estrategia político - electoral es el relativo al incremento que presentan las
encuestas en cuanto a los indecisos. Porque se trata de gente que no esta de
acuerdo con el actuar de los partidos políticos existentes. Las expectativas
generadas no se ha logrado cumplir debido a la politiquería que los partidos de
la oposición han realizado en más de 18 meses del nuevo Gobierno Federal, bloquean,
desvirtúan, agreden, calumnian y generan un ambiente inadecuado, que la ciudadanía
ya no desea que se siga presentando.
Quienes aún piensen que el
electorado dará un voto de confianza a más de lo mismo, están completamente
equivocados. El votante, va a privilegiar el conocimiento de la persona, su
capacidad, su honradez, el nuevo sentido de hacer política, la solidaridad, el
respeto y sobre todo la capacidad de comunicarse con la ciudadanía bajo
diferentes vías y mecanismos.
En el 2018, no podemos
ignorar ni poner en saco roto, que el hartazgo por la corrupción y los
problemas sin resolverse dieron lugar a un voto generalizado y de coraje
sin evaluar los perfiles, lo que ha dado lugar a que se colaran muchos
improvisados de la política, legisladores ajenos y distantes de la población,
así como pésimos representantes en los gobiernos municipales.
Asimismo, las principales exigencias
que habrá de ponerse en la mesa de discusión será sin lugar a dudas, la salud,
la economía, el empleo, la solidaridad y la unidad en torno a un Proyecto
Alternativo Nación. La oposición ha estado perdiendo su oportunidad de
recuperar terreno ante la sociedad ante sus incitantes golpeteos en contra de
la labor que realiza el Gobierno de la República, ha seguido una línea de
confrontación motivado por aquellos que no desean perder sus privilegios y
pretenden mantenerse cerca del poder, deberán pagar su falta de tacto político
y el hecho de depender de sectores que solo visualizan su situación personal y
no de la población.
Hay quienes todavía creen
que se va a repetir el fenómeno político del 2018, de manera automática, la
realidad que no va a ser así, se va a tener que cambiar estrategias de
selección y nominación que permita que la ciudadanía retome la confianza y por
ello la necesidad de ir con nuevos valores que tengan un mayor arraigo a la
vida institucional del movimiento regeneración nacional.
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