No cabe duda, que la historia, es un ciclo
que se repite en un determinado tiempo, quizá bajo ciertas formas, ciertos
matices, ciertas condiciones, que no generan esa igualdad en tiempo y
circunstancia, pero se presenta esa sensación de que eso ya lo habíamos pasado.
Será el principio de una nueva “guerra de pasteles”, donde el pretexto
sea el adeudo que se tiene en torno aun pastelero. Quizá en este caso, de
aquellas empresas españolas, que simplemente habían hecho contratos jugosos con
la administración pasada, donde era una ventajosa forma de saquear los bienes
de la nación.
Algo esta ocurriendo en las grandes esferas
de la Iniciativa Privada, las cuales había dominado gracias al contubernio con gobiernos
corruptos y agachones, que solamente buscaron sus intereses personales poniendo
en riesgo a la nación.
Acostumbrados a que les dieran dinero a manos
llenas, hoy ante la Austeridad Republicana y en medio de una crisis sanitaria y
económica, piden y exigen con vehemencia esos apoyos que en ataño, les llenaba
las bolsas de dinero y cómodamente les evitaba afrontar las dificultades
económicas, aunque el país se convulsionará y generara mayor numero de pobres y
pobreza extrema.
Esa clase empresarial acostumbrada a que las
puertas de las dependencias gubernamentales los recibieran con alfombra roja, esos
tiempos donde conocían a detalle los jardines de los pinos y el propio palacio
nacional. Esos tiempos donde el país se endeudaba a un ritmo acelerado y un
puñado sacaban ganancias exorbitantes. Donde empresas no cubrían sus
responsabilidades fiscales y la evasión era un deporte nacional, donde el contubernio
de autoridades, jueces y empresarios, daba lugar a un México empobrecido por
unos cuantos.
Sin lugar a dudas, nos dieron gato por
liebre.
Pero los tiempos cambian, la gente se harta y
la democracia impone un cambio y mandata una transformación, que se esta
llevando a pie de letra, dando lugar a que el país tenga el control de sus
empresas estratégicas que estaban a punto de la extinción y abandono absoluto.
Hay mucho que quejarse, sin lugar a dudas y
hay mucho que decir cuando te cambia la vida, y como lo ha dicho el Presidente Andrés
Manuel López Obrador en
la mañanera, que los líderes “políticos” del
empresariado no
sólo “me acusaron” con el rey de España, sino también con el Papa
Francisco.
De acuerdo con López Obrador, el Papa aseguró que no cree
en los señalamientos. El Papa dijo “aquí vienen a decirme cosas, pero yo no
creo”, según con el mandatario.
Sin lugar a dudas, coincidimos con AMLO, en el sentido de
la oposición es legítima, pero lo que no es correcto y es inmoral “es la
hipocresía, que tiren la piedra y escondan la mano”.
Ayer fue con el Rey de España la acusación, ahora es con
el Papa y ¿mañana con quien será?.
Hay que recordar, que recientemente, López
Obrador calificó de caricaturesca la denuncia de Gustavo de Hoyos, presidente
de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), hizo ante
Felipe de Borbón, rey de España, sobre la política económica de su
administración.
De que se acusa al nuevo gobierno encabezado
por López Obrador, de “irracional” y “populista”, ya que no se endeuda ni
brinda el apoyo a los empresarios en esta crisis sanitaria y económica.
La verdad de las cosas, es que urge una iniciativa
privada creativa, innovadora, transformadora que a través de trabajo,
dedicación y esfuerzo genere el cambio verdadero que merecemos. Ahí esta el
detalle, pero sabemos que están pisando fuerte el acelerador y prontamente
estarán en escena, sin lugar a dudas.
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