miércoles, 21 de septiembre de 2016

"Defendamos nuestro peso"... el Fantasma de los 80’s, se cierne una vez más en México.

Hace 36 años, México padeció los efectos de una crisis que derrumbo los sueños de gloria y optimismo que en esa época, José López Portillo tenía en torno a su Política Económica y proyecto de modernización. Los días de abundancia o por lo menos de estabilidad económica seguían alimentando el animo de millones de mexicanos; sin embargo, las condiciones a la baja que empezaban a darse en torno al precio de petróleo y la inmensa deuda externa que se tenia, así como, inflación incontrolable, peso sobrevaluado, abultados déficit fiscal y comercial, actividad agropecuaria estancada, estructura industrial débil y certeza de que la moneda se depreciaría, al tiempo que en el extranjero se pagaban altas tasas de interés, daba como resultado la fuga de capital y en consecuencia la debacle de la economía mexicana.
Nadie hizo nada en aquellos momentos, tanto el sector público como el privado se mantuvieron agazapados esperando que la tormenta cruzará por territorio nacional con la esperanza que sus efectos fueran mínimos, pero la realidad que se vivió en esos momentos, despertó a la ciudadanía que veían como se derrumbaba su presente y el futuro de sus hijos, ante la negligencia y falta de efectividad de sus gobernantes y clase empresarial.  
En 1981, los precios del petróleo cayeron drásticamente e inició la debacle económica del país y con el sueño de López Portillo se convertía en una pesadilla para millones de mexicanos, en gran medida por la ceguera de su gobierno, al apostar el futuro del país tan solo al petróleo y haber dejado fuera sectores básicos de la economía mexicana. La crisis fue más profunda que la del inicio del sexenio. En tan solo un mes, 9 mil millones de dólares salieron del país. Sobre la República aparecían los fantasmas de la devaluación, la inflación y la deuda exterior.
El presidente López Portillo, en aquella ocasión quiso sacar fuerza de flaqueza ante la situación prevaleciente del país y en conferencia de prensa en julio de 1981, acusó a los especuladores de atentar contra la moneda mexicana, prometiendo que  “defendería el peso como perro”.
A partir de ese momento se darían una serie de errores, tanto del sector público como empresarial, quienes contribuyeron a que México cayera en una profunda crisis, sin olvidar la participación de intereses del exterior que fueron parte importante de la crisis del país.
México, una vez más había sido saqueado por intereses extranjeros, la clase empresarial había contribuido a la debacle y los errores políticos y económicos del gobierno, generando que millones de mexicanos conocieran los efectos de una crisis económica.
Y para cerrar con broche de oro, por radio y televisión, la población escuchó la voz del presidente anunciando el control de cambios y nacionalización de la Banca y rematando con una más de sus frases histriónicas: “ya nos saquearon. México no se ha acabado. Ya no nos saquearán”, mientras secaba sus lágrimas frente a la nación.
Hoy México, se encuentra en situación similar, la deuda que prevalece en el país y que sobrepasa el 50 por ciento del Producto Interno Bruto, podría incrementarse ante los efectos de la devaluación del peso, la débil economía mexicana que no ha logrado apuntalar a sus principales sectores productivos y la perdida de una industria eléctrica y petrolera ante las Reformas Estructurales realizadas por el Pacto por México, sin olvidar la disminución de las reservas internacionales que han sido utilizadas para contener la devaluación de la moneda ante el dólar, pueden desembocar en una profunda crisis, rompiendo de tajo con las esperanzas y expectativas de millones de mexicanos por un futuro mejor.

Se había dicho con insistencia que el dólar llegaría a 20 pesos por dólar y nadie hizo nada. Ahora que esa predicción se ha cumplido, el nerviosismo de los tecnócratas del gobierno federal y del sector privado, se observa con plenitud.
Por cortesía de Youtube.

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