Amigas y amigos;
Compañeros, compañeras;
Hermanas y hermanos:
Hoy, con fundada alegría, celebramos el quinto aniversario del triunfo en la elección presidencial del 1º. de julio de 2018.
Siempre hemos reconocido que antes de nosotros muchos mexicanos, mujeres y hombres, libres y conscientes, abrieron el camino para impulsar un verdadero cambio que ahora estamos haciendo realidad con la participación alegre, entusiasta, consciente, activa y protectora de nuestro pueblo.
Es un timbre de orgullo poder decir a los cuatro vientos, desde la principal plaza de la República, que nuestro movimiento está más fuerte que nunca, que existe una amplia mayoría apoyando la Cuarta Transformación de la vida pública de México.
El pacto funcionó, el pacto entre el pueblo y su gobierno se ha sellado bajo el principio de atender y respetar a todos, pero dar atención especial, privilegiar siempre la ayuda a los pobres y necesitados. Es oportuno repetir que este fraterno ideal lo hemos podido convertir en realidad como es público y notorio.
Actualmente llega de manera directa a 30 millones de hogares, cuando menos, un programa de Bienestar o una porción, por pequeña que sea, del presupuesto nacional; y los cinco millones de hogares restantes, que viven en mejores condiciones, también se han beneficiado porque nuestra política económica ha mejorado el poder adquisitivo de las familias y ha fortalecido el mercado interno; se han podido hacer negocios lícitos con ganancias razonables; no se ha aumentado el precio de las gasolinas en términos reales, ni el precio diésel ni del gas –no saben cuánto celebro que un cilindro de gas de los que más consumen los pobres, de 20 kilos, cuesta alrededor de ahora 400 pesos, eso no se veía– tampoco en el tiempo que llevamos ha aumentado en término real el precio de la luz ni se han incrementado los impuestos, ni se han creado impuestos nuevos; y algo que es muy valioso, hay justicia y tranquilidad social y se avanza hacia la erradicación de la violencia. Lo vamos a lograr entre todos, ¡me canso, ganso!
En el México de hoy, como nunca había sucedido, hay 21 millones 887 mil 307 trabajadores, empleados inscritos en el Seguro Social que reciben en promedio, como no había sucedido nunca, 16 mil 243 pesos mensuales; hay obreros de la construcción porque echamos a andar la economía, los tecnócratas neoliberales no creían en la importancia de la inversión pública, en fomentar la industria de la construcción para crear empleos, y ahora como hay muchas obras que se están construyendo a lo largo y lo ancho del país por la inversión pública y por la inversión extranjera, ahora hay obreros que hoy están ganando hasta 60 mil pesos al mes, eso está sucediendo; cuando llegamos a la Presidencia, el salario mínimo era de 88 pesos al día, ahora es de 207 pesos y en la frontera es de 312 pesos; es decir, un aumento en términos reales del 89 por ciento, algo que no se veía en los últimos 40 años; somos el tercer país del mundo con menos desempleo; gracias a la reforma laboral entre otros beneficios para los trabajadores, el reparto de utilidades en 2020 fue de 87 mil millones de pesos; en 2021, de 183 mil millones y el año pasado, 2022, de 214 mil millones de pesos.
Luego de la pandemia, nuestra economía ha crecido en más de 3 por ciento anual; el peso es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo con relación al dólar; está llegando inversión extranjera como nunca; las remesas o el dinero que mandan nuestros paisanos migrantes a sus familias este año superarán los 60 mil millones de dólares, cifra récord que alivia a 12 millones de familias, sobre todo de las comunidades más pobres y marginadas del país.
Por eso, abro un paréntesis para agradecer a nuestros paisanos por su enorme ayuda en los momentos más difíciles de la pandemia; como me decía un migrante con mucho orgullo: “no olvide presidente que nosotros nos fuimos de México, pero México nunca se ha ido de nosotros”.
Durante los primeros tres meses de este año fuimos el principal socio comercial de Estados Unidos; el índice de la Bolsa de Valores ha crecido en 28 por ciento; las reservas del Banco de México suman 203 mil millones de dólares; la deuda pública, a pesar de la crisis mundial por la pandemia y la guerra en Ucrania, prácticamente no ha crecido en relación con el Producto Interno Bruto: la recibimos en el 2018, en 44.9 y hoy está en 45.4, porque sencillamente no hemos contratado créditos adicionales. No se ha endeudado al país.
Agrego que, durante nuestro gobierno y hay que seguir de esa manera, por el manejo responsable de las gobernadoras y gobernadores, y por el ambiente de disciplina financiera que prevalece, la deuda de los estados ha disminuido; en 2018 debían, en promedio, el 71.3 por ciento de sus participaciones federales anuales, al cierre de 2022, sólo adeudaban el 64.4 por ciento; es decir, 9.6 por ciento menos en términos reales.
Según un dicho campesino choco-jarocho que escuché hace muchos años: cuando la milpa se da bien, alcanza hasta para el pájaro; digo esto porque no sólo han mejorado los ingresos de los de abajo: el año pasado los banqueros obtuvieron utilidades por 237 mil millones de pesos, cifra récord en la historia del país.
¿Cuál ha sido la clave para lograr todos estos resultados? Contesto de inmediato y en breve: el no permitir la corrupción. Cuando andábamos en campaña y me pedían: “¿cuál es el proyecto?”, porque era muy exigentes con nosotros, “pero qué van a hacer, cuál el es proyecto, dígalo”, y algunos me decían, “dígalo rápido, usted que ni siquiera habla de corrido, dígalo en lo que tarde parado en un solo pie” y contestaba: el plan nuestro es acabar con la corrupción. En eso fundamentalmente ha consistido el éxito del gobierno de la transformación. A diferencia de antes, ahora no hay privilegios fiscales para las grandes corporaciones económicas y financieras que no pagaban impuestos; ahora se combate el huachicol; no se entrega dinero a manos llenas a líderes de organizaciones sociales o de la llamada sociedad civil; no se otorgan contratos leoninos a traficantes de influencias; la austeridad republicana es una realidad; no se derrocha el presupuesto, que es dinero del pueblo.
En el Poder Ejecutivo no hay sueldos elevadísimos para servidores públicos, como era antes, ya no hay pensiones millonarias a expresidentes, ni servicio médico privado ni cajas de ahorro especial ni viáticos ni turismo político al extranjero; ya desapareció el Estado Mayor Presidencial, los 8 mil elementos del Ejército y la Marina que cuidaban al presidente, ahora están asignados a labores de seguridad pública, al presidente lo cuida el pueblo, lo cuida la gente; ya se vendió, por fin, el ostentoso avión presidencial y nueve aviones más, así como cinco helicópteros de uso supuestamente ejecutivo.
Desde que llegamos al gobierno no hemos comprado ni un vehículo nuevo para funcionarios; en fin, nos apegamos a lo que siempre dijimos: no debe haber gobierno rico con pueblo pobre.
Por eso el presupuesto nos alcanza, rinde y se destina a la construcción de obras para impulsar el desarrollo del país: hemos terminado, están en proceso o estamos por concluir, 53 caminos rurales con mil 752 kilómetros y 416 caminos artesanales con una extensión total de 4 mil 175 kilómetros, construidos con las manos de mujeres y hombres de las comunidades y de los pueblos del México profundo; hemos construido y estamos por terminar, sin cobrar al usuario, como era antes, carreteras libres de peaje, que suman mil 038 kilómetros. Desde el año pasado se inauguró el magno aeropuerto Felipe Ángeles; rehabilitamos el de Chetumal, el de Tuxtla, y se da mantenimiento permanente al aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México.
Estamos construyendo el nuevo aeropuerto internacional de Tulum, Quintana Roo; vamos a inaugurar en diciembre el Tren Maya con 20 estaciones y 14 paraderos; se comunicarán pueblos, se transportarán con rapidez y seguridad pasajeros y turistas del mundo por cinco estados del sureste, en una espléndida y mística región de bellas playas, selva tropical, flora y fauna nativa y de majestuosas ciudades del México antiguo, del México prehispánico. Hoy por hoy, esta obra de mil 554 kilómetros es la más importante del mundo, no sólo en lo constructivo, sino también por su dimensión ecológica, turística y cultural. Asimismo, estamos rehabilitando las líneas férreas de Palenque a Coatzacoalcos, de este puerto al de Salina Cruz y de Ixtepec a Ciudad Hidalgo, Chiapas, en los límites con Guatemala. Se están modernizando los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz; Salina Cruz, Oaxaca y Puerto, Chiapas ; también el de Guaymas, Sonora; en el Istmo estamos por licitar diez parques industriales de 300 hectáreas cada uno, con facilidades fiscales y suministro de agua, luz y gas para la instalación de empresas y creación de empleos.
Durante mi gobierno y esto es un orgullo compartido con ustedes, no sólo rescataremos a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad, sino también regresarán los trenes de pasajeros. Al final de mi mandato dejaremos cerca de 3 mil kilómetros de líneas férreas funcionando. En marzo del año próximo terminaremos el Tren Suburbano del Aeropuerto Felipe Ángeles hacia la estación de Buenavista del centro de la Ciudad de México.
También, en esa fecha, entrará en operación el de Toluca a Observatorio; se puso a funcionar la Línea 3 de Guadalajara; se trabaja en el de Tlajomulco, Jalisco y está por iniciar el proyecto del Tren Metropolitano de Monterrey, Nuevo León. Estas acciones se realizan con aportaciones del presupuesto federal y de los gobiernos de esos estados.
Antes de irnos vamos a lograr la autosuficiencia energética; ya paramos la caída de 15 años consecutivos en la producción de petróleo, iba en picada la producción de petróleo.
Cuando llegamos sólo se extraían un millón 700 mil barriles diarios y de haber continuado esa tendencia estaríamos hoy importando, comprando en el extranjero petróleo crudo; ahora es distinto, ya se está produciendo un millón 900 barriles diarios; las seis refinerías que heredamos han sido reparadas y han recibido mantenimiento con una inversión de 69 mil millones de pesos; por ello, han aumentado su producción de 38 a 60 por ciento; la refinería Deer Park que compramos en Texas, ya se pagó y procesa 340 mil barriles diarios; antier empezó a cargarse con petróleo crudo la nueva refinería de Dos Bocas y a finales del año estará produciendo 290 mil barriles diarios de combustibles.
También en diciembre estará terminada la planta coquizadora de Tula y en julio del año próximo, la de Salina Cruz, ambas con una inversión de 6 mil 500 millones de dólares y con una capacidad de convertir combustóleo en 160 mil barriles diarios de otros petrolíferos de mejor calidad y menos contaminantes. Es decir, el plan es que el año próximo no compremos gasolinas ni diésel en el extranjero y que se procese aquí todo el petróleo crudo para darle valor agregado a nuestra materia prima, mantener precios bajos en los combustibles en beneficio de los consumidores y algo que es también muy importante: ser cada vez más libres, más independientes, más soberanos.
Informo también que el programa de ampliación de la Comisión Federal de Electricidad incluye la construcción de 12 plantas de ciclo combinado, una central solar y la modernización de 20 hidroeléctricas, con una inversión de 9 mil 500 millones de dólares; así, este año, la Comisión Federal pasará de producir 38 a 51 por ciento de la demanda nacional, porque compramos 13 plantas de generación de energía eléctrica a la empresa española Iberdrola en 6 mil millones de dólares, con lo cual se llevó a cabo una nueva nacionalización de la industria eléctrica; esto nos permitirá asegurar que el año próximo la Comisión Federal de Electricidad, empresa pública, que se oiga bien, que se oiga lejos, que los neoliberales, neoporfiristas corruptos estaban empeñados en destruir, va a quedar fortalecida con una capacidad de generación de energía eléctrica del 60 por ciento del total del consumo nacional, garantizando este servicio a todos los hogares de México sin que ello signifique un incremento en las tarifas de luz, en términos reales.
También hemos avanzado para alcanzar la autosuficiencia alimentaria con el propósito de producir en México lo que consumimos, en especial, los alimentos básicos. Con este objetivo estamos construyendo la presa de Santa María, en el municipio del Rosario, Sinaloa, así como cuatro distritos de riego, en los estados de Sonora, Sinaloa y Nayarit, para dejar al término de mi mandato, 100 mil nuevas hectáreas de riego; al mismo tiempo, estamos construyendo acueductos para agua potable en Sonora, en Sinaloa, en Jalisco, en Durango, en Coahuila, en Nuevo León, en Tabasco y en Campeche.
El presupuesto nos ha alcanzado para otorgar apoyos económicos directos a 2 millones de pequeños productores agrícolas y a 200 mil pescadores; ya estamos entregando de manera gratuita un millón de toneladas de fertilizantes a todos los pequeños y medianos productores del país; continuamos manteniendo precios de garantía para el maíz, el frijol, el trigo harinero y la leche; estamos comprando a productores pequeños y medianos a precios justos 2 millones de toneladas de maíz; 10 mil toneladas frijol; 22 mil toneladas de trigo; 244 millones de litros de leche. Asimismo, continuamos distribuyendo en tiendas Diconsa y lecherías de Liconsa, alimentos y mercancías a precios bajos en comunidades y colonias populares.
Agradezco el apoyo de las grandes tiendas departamentales como Wal-Mart, Soriana y Chedraui, que al incrementarse los precios debido a la guerra de Rusia y Ucrania, hablamos con ellos y aceptaron vender una canasta básica de 24 productos en mil 39 pesos y han mantenido, e incluso disminuido, ese precio, con lo cual nos han ayudado a que la inflación vaya a la baja.
Sembrando Vida es el mejor programa de reforestación del mundo, con él se benefician 447 mil comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios que cultivan sus parcelas con árboles frutales y maderables; ya son un millón 118 mil de hectáreas sembradas con mil 84 millones de árboles con una inversión anual de 37 mil millones de pesos; todos estos apoyos al campo han significado que en nuestro gobierno la producción agrícola haya aumentado de 261.5 millones de toneladas en 2018 a 271 millones de toneladas en 2022; con tendencia al alza, es decir, vamos a seguir produciendo cada vez más en el campo y con una gran satisfacción que posiblemente haga la diferencia de que ahora están comiendo los que nos dan de comer.
Como se acabó el bandidaje oficial y el despilfarro, ahora el presupuesto nos alcanza para entregar pensiones a 11 millones 545 mil adultos mayores; por cierto, dos informes, uno: que ya se elevó la pensión de los adultos mayores a rango constitucional, es un derecho y esté quien esté en la presidencia se queda la pensión a los adultos mayores, no se va; y otra información, a partir de enero habrá un aumento en la pensión en 25 por ciento; también se están otorgando apoyos a 1 millón 273 mil niñas, niños y jóvenes con discapacidad en todo el país y en convenio con gobiernos estatales hasta ahora en 19 entidades, que las voy a mencionar: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Ciudad de México, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas; en estas 19 entidades federativas, en estos 19 estados hicimos un convenio, gobierno federal aporta 50 por ciento, los gobiernos estatales 50 por ciento y ya la pensión para discapacitados es universal, es para todos. También, no hemos dejado de entregar pensiones a 240 mil hijas e hijos de madres solteras.
Es motivo de orgullo poder decir que a los jóvenes, antes calificados como “ninis”, ahora se les ofrece la oportunidad de trabajar durante un año como aprendices en talleres, restaurantes, tiendas, empresas y otras actividades productivas; mientras se capacitan reciben el equivalente a un salario mínimo. Agrego que hasta hoy han pasado por el Programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, 2 millones 565 mil muchachos y muchachas de los cuales la mitad han sido contratados en definitiva en las empresas, talleres o en las organizaciones en las que se capacitaron.
Asimismo, es muy satisfactorio poder informar que estamos otorgando 12 millones de becas a estudiantes de familias pobres, 12 millones de becas desde preescolar hasta posgrado, con una inversión anual, histórica, de 84 mil millones de pesos al año.
Hemos entregado presupuesto público, también, a sociedades de madres y padres de familia para el mantenimiento de 124 mil escuelas públicas.
Están funcionando 200 universidades públicas del sistema Benito Juárez, ubicadas en regiones marginadas de 31 estados, con mil 376 maestros y maestras y 62 mil 715 alumnos.
Se concluyeron los nuevos contenidos de los libros de texto con fundamentos científicos y con dimensión humanista. Ya se distribuyen 41 millones de ejemplares y estarán disponibles todos, 154 millones, para el nuevo ciclo escolar que va a iniciar el 28 de agosto.
Hemos basificado a 890 mil trabajadores de la educación y se aumentaron los salarios de las maestras y de los maestros; ningún educador gana ahora menos de 16 mil pesos mensuales.
Estamos comprometidos a convertir en realidad el derecho a la salud. Ya está en proceso el Plan IMSS-Bienestar para garantizar, sin distingos, atención de calidad con médicos generales, enfermeras, especialistas, medicamentos, estudios e intervenciones quirúrgicas, todo de manera gratuita.
Vamos a cumplir el compromiso de basificar a todos los trabajadores del sector salud. Estamos contratando a médicos jubilados del IMSS y de otras instituciones, y agradecemos de todo corazón al pueblo y al gobierno hermano de Cuba porque nos han enviado 718 médicos especialistas; hoy el abasto de medicamentos es de 96 por ciento en 11 estados donde ya se ha federalizado el sistema de salud. Seguimos equipando hospitales y pronto contaremos con todo el personal médico para atender a pacientes las 24 horas al día y los fines de semana.
Antes de que termine mi mandato, el sistema de salud pública va a ser uno de los mejores del mundo. Repito, lo vuelvo a decir: ¡me canso, ganso!
Es importante informar que hemos puesto siempre, por encima del interés mercantil la salud de pueblo; tenemos una campaña permanente contra las drogas; no se ha autorizado la venta de vapeadores; no hemos permitido la importación del maíz transgénico ni la explotación energética mediante el fracking; no hemos otorgado ninguna concesión para explotar minas a cielo abierto y cuidamos el medio ambiente; en las obras del Tren Maya, por ejemplo, se han construido 464 pasos de fauna, como jamás se había hecho en el país.
Hemos reorientado los objetivos del Conacyt que estaba secuestrado por las grandes empresas, ahora, de manera prioritaria se promueve la investigación para descubrir vacunas, para contar equipos médicos, y se buscan opciones para sustituir el glifosato y otros agroquímicos; se trabaja en conocer los daños que puede ocasionar a la salud el maíz transgénico; así como en crear la nueva tecnología, ya tenemos un avance, me decía María Elena Álvarez-Buylla, me decía ayer que en la creación de nueva tecnología para la explotación del litio ya llevamos un avance del 95 por ciento, y sólo les recuerdo que el litio es de la nación.
Nunca olvidemos que la grandeza, en todos los órdenes en nuestro país, tiene raíces culturales profundas y es lo que nutre, lo que alimenta el humanismo mexicano, lo que nos da la identidad que poseemos como sociedad honesta, trabajadora y fraterna. Esa idiosincrasia viva y fecunda, esa manera de pensar y de ser, viene de lejos y se ha conservado contra viento y marea, es lo que siempre nos pone a salvo ante cualquier calamidad o desdicha. Por eso hemos emprendido el rescate y la exaltación del conocimiento ancestral y de los valores culturales heredados de las antiguas civilizaciones que florecieron en nuestro territorio.
Es una gran mentira, es erróneo afirmar que los invasores europeos trajeron la civilización a una región del mundo en la que la civilización existía desde muchos siglos atrás y, de ello, son prueba grandes culturas como la cultura madre, la cultura olmeca y la teotihuacana. Por eso hemos impulsado la recuperación de nuestra memoria y del patrimonio histórico y, al mismo tiempo, se han aplicado planes de justicia a pueblos y comunidades indígenas, porque no sólo es venerar a los indígenas del pasado, sino hacerle justicia al indígena de nuestro tiempo, por eso es el plan de justicia al pueblo yaqui, al pueblo mayo, al pueblo otomí, al pueblo maya, a todos los pueblos originarios de México y también a los pueblos y comunidades afromexicanas. Seguimos recuperando piezas arqueológicas robadas o trasladadas al extranjero. Se han rescatado documentos históricos, archivos y bibliotecas. La labor editorial continúa su marcha, llevamos 14 millones 211 mil libros impresos sólo en el Fondo de Cultura Económica y agradezco a quienes organizan y llevan a cabo los Fandangos por la Lectura, entre otros y otras, a Beatriz, mi esposa y compañera.
Se han comprado y hemos declarado 132 mil hectáreas como reservas naturales y están en proceso 4 millones más, con lo cual sólo nos quedaremos atrás de lo dispuesto y ejecutado en el sexenio del general Lázaro Cárdenas. También hemos fomentado el deporte, apoyando con becas a nuestros atletas, por cierto están en primer lugar los deportistas mexicanos en los Juegos Centroamericanos, un saludo a todos ellos; también estamos fomentan el deporte y hasta ahora se han terminado 292 canchas de basquetbol y voleibol, 10 gimnasios de box, 163 canchas de futbol, 67 campos de béisbol, 24 pistas de atletismo y 11 albercas deportivas.
Además, se han mejorado colonias y pueblos con la construcción y reparación de 3 millones 028 mil 264 departamentos y viviendas, un programa muy importante de vivienda para la gente humilde; también hemos construido parques, mercados, malecones y otras obras urbanas en municipios del norte, centro y sur del país. Ya estamos terminando la rehabilitación de edificios y templos afectados por el temblor de 2017.
La antigua Residencia Oficial de Los Pinos se ha integrado al Bosque de Chapultepec que, ahora, con los terrenos donados por la Secretaría de la Defensa, llega hasta el antiguo pueblo de Santa Fe, fundado por tata Vasco de Quiroga. En esta extensa superficie de 800 hectáreas, hay espacio suficiente para el disfrute de la naturaleza, la recreación de la historia, de la cultura y el arte, y también la práctica del deporte. Lo mismo estamos haciendo con el rescate de tierras y el emblemático Lago de Texcoco.
Ya cuentan con Internet para el Bienestar 108 mil 221 comunidades y se atiende con todos los operadores de este servicio, todas las empresas, a 118 millones de habitantes; estamos instalando fibra óptica y levantando 12 mil 600 antenas en todo el territorio nacional para alcanzar la meta de que en marzo del año próximo se pondrá en servicio esta importante comunicación de internet y va a estar al alcance del 94 por ciento de los mexicanos.
Nunca hemos dejado de apoyar a damnificados por inundaciones, derrumbes, incendios o cualquier otro fenómeno natural o tragedias; aquí quiero agradecer el apoyo que siempre hemos recibido tanto del Plan DN-III de la Secretaría de la Defensa como del Plan Marina de la Secretaría del mismo nombre.
En materia de seguridad pública está funcionando bien nuestra estrategia de atender las causas de la violencia con el criterio de que la paz es fruto de la justicia. Los delitos del fuero federal se han reducido en 22 por ciento; el homicidio en 17 por ciento; el robo en 25 por ciento; el feminicidio en 38 por ciento; el robo de vehículo en 43 por ciento y el secuestro en 79 por ciento.
Acaba de cumplir cuatro años la Guardia Nacional, que ya cuenta con 128 mil elementos, bien formados, disciplinados y entregados a garantizar la paz y la seguridad pública, siempre con la guía de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Esta Secretaría, la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina han sido nuestros grandes apoyos, no sólo en materia de seguridad pública, sino también en labores de protección civil, control de aduanas, cuidado de puertos, aeropuertos e instalaciones estratégicas como las instalaciones de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad; nos apoyan en la construcción del 2 mil 352 sucursales del Banco del Bienestar; en la edificación de hospitales, en la distribución y aplicación de vacunas, en la construcción de 295 cuarteles, canales y distritos de riego, limpieza de playas, desazolve de ríos, parques ecológicos, hoteles, muelles, construcción de vías férreas en el Tren Maya y en el ferrocarril del Istmo y del sureste, así como en la próxima operación de una nueva línea aérea; en fin, en vez de militarizar al país como sostienen nuestros opositores, estamos dejando de manifiesto que los marinos y los soldados son pueblo uniformado: trabajadores leales y patriotas.
Aprovecho también para expresar que, a diferencia de lo que sucedía durante los gobiernos neoliberales o neoporfiristas, ahora no se reprime al pueblo, no se ordenan masacres, no hay tortura, no se tolera la violación de los derechos humanos y tampoco, que se oiga bien y lejos, hasta el otro continente, pasando el Atlántico, tampoco existe hoy en México un narco Estado como lo padecimos.
Ya termino. Aquí considero oportuno agradecer a todos los servidores públicos que me han acompañado en esta travesía para lograr una sociedad mejor, más justa, más libre, más democrática, más independiente. La dirección y puesta en práctica de las acciones para transformar a México, la hemos llevado a cabo juntos, con mujeres y hombres, verdaderos servidores públicos honestos y conscientes.
Una vez un maestro mayor, en un municipio de Querétaro, cuando empezábamos nuestro movimiento, lleno de sentimientos tomó la palabra y él había participado en el movimiento de José Revueltas, y en ese entonces el maestro José Revueltas escribió un ensayo, que lo tituló ‘El proletariado sin cabeza’ y el maestro en esa ocasión en Querétaro, desde luego ya había fallecido Revueltas, le habló, lo invocó y le dijo: “Maestro, le doy la noticia, de que ya no va a haber en México un proletariado sin cabeza”, ya hay dirección horizontal, colectiva. Ya termino, lamento el tardarme tanto, pero tengo muchas cosas qué decirles.
Amigas y amigos,
Compañeras y compañeros:
Como es natural, el proceso de transformación del país ha creado una oposición conservadora, obcecada en regresar por sus fueros. Sus líderes, sus jefes no conciben ni aceptan que ahora se gobierna para todas y todos y no sólo en beneficio de una minoría. Siguen hablando en su demagogia, en su retórica, en nombre de la democracia, pero actúan como una oligarquía. Defienden el antiguo régimen de corrupción y privilegios, de manera descarada y hasta ridícula.
Nos hacen recordar la época de Antonio López de Santa Anna, “su alteza serenísima”. Ahora, se han constituido en una especie de supremo poder conservador, el gerente de este grupo peculiar es Claudio X. González, hijo, a él lo apoyan los traficantes de influencia y políticos corruptos del más alto nivel del antiguo régimen, y a él le obedecen los encargados de los partidos, muchos abogados marrulleros del Poder Judicial, intelectuales acomodaticios y periodistas alquilados o vendidos.
Aunque a todos ellos los une el clasismo y el racismo, como paradoja, eso mismo los obnubila, les impide aceptar y ver que poco a poco, entre todos los que enarbolamos la bandera del humanismo mexicano, poco a poco fuimos promoviendo un cambio de mentalidad que se consolidó con los hechos de un gobierno guiado por ideales y principios, honesto y promotor de la justicia social.
En vez de entender esta nueva realidad, en vez de aceptar que el pueblo de México se ha empoderado, y no quiere seguir siendo vasallo de nadie, los reaccionarios de nuestro tiempo cada vez enseñan más el cobre. Ofenden la inteligencia de la gente, insultan, actúan con prepotencia y creen que con campañas de mentiras y calumnias van a reconquistar el gobierno.
Tan sencillo que sería el que ofrecieran disculpa por todas sus fechorías y sinceramente se comprometieran a cambiar, a no discriminar a nadie, a no humillar, a no engañar ni a robar a los demás.
No es sentencia, ni siquiera advertencia ni mucho menos amenaza, pero les digo desde el Zócalo, la principal plaza pública de México, poco lograrán si no abandonan su egoísmo y aprenden a respetar y amar a sus semejantes. No llegarán lejos si no comprenden e internalizan que el dinero y lo material es efímero, que la felicidad verdadera está asociada a la bondad y a la fraternidad.
Mientras ellos no acepten y practiquen estos preceptos y nosotros los mantengamos y los reafirmemos, nada ni nadie podrá vencernos.
Antes podían imponerse con trampas o con el uso de la fuerza y del dinero, pero eso ya no funciona. Tampoco les sirve apostar a la propaganda tendenciosa y vulgar. Pueden los medios de manipulación, que no de información, estar mintiendo minuto a minuto, pero sus efectos no hacen mella en quienes han decidido ser dueños de su propio destino y están muy conscientes y politizados, así es ahora el pueblo de México.
Pero también, nosotros no debemos apartarnos de nuestros ideales y principios, y nunca olvidar dos frases pronunciadas por Benito Juárez y por Ricardo Flores Magón, que son la esencia misma de nuestro quehacer político: “con el pueblo todo, sin el pueblo, nada”, y “sólo el pueblo puede salvar al pueblo”.
La primera de estas citas implica considerar que si se pretende cambiar una realidad , injusta y de corrupción, no hay que ser ingenuos, no se va contar nunca con el respaldo de las élites y por eso es necesario, por convicción y protección política, apoyar a los de abajo, aliarse y sostenerse siempre, respaldarse con el pueblo. El no haberse hecho esta reflexión llevó al fracaso a Francisco I. Madero, un hombre bueno, el Apóstol de la Democracia, víctima de la traición de sus propios hermanos de clase y de una pandilla de rufianes.
Por eso, lo más humano y eficaz es mirar siempre, atender siempre y caminar siempre acompañados de la gente, porque en ella está la bondad y la lealtad verdadera. Si nos preguntamos quién es nuestro mejor aliado, ¿qué contestamos?
–El pueblo.
¿Por quién estamos aquí?
–Por el pueblo.
¿A quién hay que servir primero?
–Al pueblo.
–¿Con quién transformar?
–Con el pueblo.
–¿En quién confiar?
–En el pueblo.
–¿Quién nos protege?
–El pueblo.
–¿Qué somos?
–Pueblo.
¡No se oye!
–Pueblo, muchas veces; pueblo, pueblo, pueblo.
Gracias, pueblo.
¡Que viva la Cuarta Transformación!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
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