Hacer del conocimiento y la innovación una palanca fundamental para el crecimiento económico sustentable de México, que favorezca el desarrollo humano, posibilite una mayor justicia social, consolide la democracia y la paz, y fortalezca la soberanía nacional, es una tarea que atañe a todas y todos.
Ante los grandes cambios que trae consigo la 4T en México, el desarrollo científico desde la ciencia básica, hasta la ciencia aplicada y también las humanidades y las ciencias sociales, son fundamentales en el desarrollo de la nación.
En la presente administración, hablar sobre la soberanía alimentaria y la soberanía energética, es hablar sobre prioridades de la nación, también la soberanía científica y el desarrollo educativo y tecnológico son parte del desarrollo nacional, que debe atenderse con una visión humanista.
Si deseamos un país con justicia e igualdad, es necesario poner nuestra atención en una educación pública enfocada a disminuir desigualdades y que, a su vez, impulse el desarrollo científico.
No podemos olvidar, ni mucho menos ignorar que México anhela justicia social, justicia ambiental, justicia del poder judicial, justicia en todos los sentidos, donde esa justicia, permita erradicar la pobreza, disminuya las desigualdades, se fortalezca e impulsar la educación pública y el desarrollo científico con una visión más humanista y social, donde la justicia arribe a cada hogar de la familia mexicana.
Hoy se requiere que la aplicación del conocimiento científico procure bienestar en favor de la ciudadanía.
La revolución de las conciencias, la formación y el aprendizaje es el corazón de la Transformación. Si no hay transformación, difícilmente, se podrá aspirar a un cambio verdadero.
Construir una agenda de Astronomía, ciencia, tecnología e innovación que incida positivamente en generar mayor participación de la población y las comunidades, es el reto inmediato que se debe alcanzar para brindar a la población educación y conocimiento con visión humano y social.
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