La carta abierta a López Obrador por parte
del asesor político de Ricardo Monreal, muestra con gran esplendor la gran
debilidad que el responsable de la Delegación Cuauhtémoc tenía en sus filas y
que nadie de su primer equipo consideraba como una posibilidad, el hecho de
perder la oportunidad de abanderar la Coordinación Organizacional de la Ciudad
de México.
Tal parece que la soberbia y la falta de una
visión real de sus competidores, dieron lugar al fracaso que en estos momentos
presenta Monreal, quizá derivado de creer, suponer y confiar, que las cartas
estaban a su favor.
El menospreciar a sus oponentes y el deducir
que eran la única opción para Coordinar los trabajos de organización en la
Capital de la República, generando una expectativa ficticia fue el peor error
de un equipo de trabajo.
Y llega a nuestra mente el cuento tan
socorrido de la Tortuga y la Liebre, donde la Liebre ya se sentía ganadora
antes de iniciar la competencia, imaginándose que ya estaba en el podio de los
ganadores levantando con orgullo la Copa que lo acreditaba como el triunfador,
sin darle la mínima oportunidad a la Tortuga de lograr la victoria.
Es por ello, que al analizar la carta abierta
de Rojas Díaz Durán, nos percatamos de los graves errores que existieron y
persistieron en el equipo cercano de Ricardo Monreal.
En dicha carta, para el delegado de la Cuauhtémoc
y su equipo, las encuestas realizadas y a realizarse por el Movimiento de
Regeneración Nacional para elegir a los futuros candidatos eran imposibles de
realizar debido a que el partido político no cuenta con la capacidad
organizativa ni los recursos para llevarlas a cabo.
Un hecho que puede decirse que esta en lo
correcto, sobre todo en el supuesto y lo digo como tal “supuesto” de que el
número de casos en donde será necesario realizar “encuestas”, supera la capacidad organizativa,
técnica y de recursos de la institución política, sobre todo ante la débil capacidad
que se ha mostrado para lograr el “Consenso”,
ya que hablar de 15 mil aspirantes, nos indica que la puerta estuvo abierta de
par en par, no existieron candados que impidiera el registro de aspirantes
arribistas, trapecistas y oportunistas, a los cuales el Proyecto de Nación les
vale un cacahuate, lo único que desean es el poder. Alguien me preguntará si
tengo elementos para confirmar mis aseveraciones, los elementos están a la
vista; si morena en estos momentos no estuviera en un crecimiento constante y
con grandes posibilidades de trascender, ¿cuantos y quienes buscarían un
espacio política en morena para competir?, la verdad sería mínimo, pero la
realidad que priva en estos momentos es que un gran número de registrados están
en la competencia esperando ser considerados a costilla de quienes generamos un
trabajo serio, comprometido y eficiente para hacer de morena una opción
política real, respaldado, indudablemente, por Andrés Manuel López Obrador, el
principal hombre de este gran logro.
Por lo anterior, en ese aspecto damos la
razón a Rojas Díaz, pero “suponer” que la encuesta realizada en la Ciudad de
México, no contaba con la seriedad, metodológica y la capacidad de llevarse a
cabo, eso es otra cosa. No se confundan ni traten de confundir a nadie más.
Otra gran joya de inoperancia política que se
percibe en el equipo de Monreal, es lo expuesto por el asesor, “Yo fui testigo,
estaba en las mesas en las que se daba información y nunca nos la dieron, esta
mesa estuvo presidida por Clara Brugada y nunca nos dieron la información, ni
metodología, ni a quiénes se iban a encuestar, qué criterios, cuáles
cuestionarios, ninguna información mínima pero nosotros confiamos, hasta que se
atravesó ‘La Nomenclatura’”.
Después del niño ahogado quieren tapar el
pozo, un socorrido refrán que expresa con exactitud que dicho planteamiento no
fue expresado en tiempo y forma para evitar lo que hoy acontece, un desastre.
Y que decir sobre lo que expresa de las
encuestas, menciona, “Las encuestas son
un ‘choro mareador’ y un engaño para miles de aspirantes de buena fe que
estamos confiados en que sean confiables, democráticas, técnicamente impecables
y que no arrojen más dudas que certezas, tal y como ocurrió con la ‘Encuesta’
para designar la Coordinación Territorial de la Ciudad de México”.
Si ya estaban conscientes de que las
Encuestas “son un chorro mareador”, porque participar en ello, porque no
expresar sus temores en la materia en su momento y en el lugar correcto, con el
fin de poder mejorar y dar mayor sustento y confiabilidad a este mecanismo de
selección.
Sabemos de antemano, quienes participamos en
la búsqueda de la Coordinación Organizacional, que hay muchas dudas en el
procedimiento que se lleva a cabo, desde
la votación de los Consejeros Estatales de cada entidad para elegir a la terna,
hasta el desarrollo de las encuestas, dudas en cuanto a la veracidad y
honorabilidad que debe existir.
Por citar un ejemplo, ¿los Coordinadores
Estatales disponen de la información necesaria que les permita saber quienes
participan por una coordinación?, ¿Conocen cuál es la trayectoria política de
cada aspirante en la institución política de morena?, ¿Qué resultados y
calificación obtuvieron en las pasadas elecciones derivado de su trabajo y
labor partidista desarrollada a favor de morena?. ¿Cuál es el perfil
profesional y que encargos ha tenido que vayan relacionados con la
responsabilidad que desean asumir.?.
Y la pregunta clave, ¿Los Consejeros
Estatales, asumirán su responsabilidad plena en cuanto a quiénes seleccionan?.
Porque aquí no es cuestión de grupos,
corrientes o línea de ningún referente. Aquí lo que se trata es seleccionar a
los mejores hombres y mujeres que generen las condiciones para que el
movimiento regeneración nacional se organice, avance en las tareas concretas
del partido y en su momento puedan aspirar a ser los posibles candidatos de
morena. Y esa selección debe ser en plena libertad y consciencia de los
Consejeros estatales, ¿en verdad lo estarán haciendo bajo tales supuestos?,
sino es así, que el pueblo se los demande.
Lo mismo pasa con las encuestas, cuando no
hay transparencia en su aplicación, las dudas de su veracidad y aplicación
causan muchos estragos en la conciencia social. Y lo más importante, la
ciudadanía en general, aquella que no tiene compromisos, ni arreglos, pactos,
convenios, ni nada que se le parezca, son esencialmente a quienes debe
dirigirse la encuesta, porque de ellos conoceremos con mayor precisión hacia
donde se inclinará la balanza de las preferencias electorales Rumbo al 2018 y
el tipo de organización partidista que nos exigen y reclaman con justa visión.
Finalmente, el planteamiento del asesor de
Monreal de pretender impugnar, nos muestra que ahora su lucha es jurídica, una
medida que pudo haberse evitado, si realmente hubieran realizado su tarea como
asesor, pero como solo pensaban en el Plan “A”, que era ganar, ahora como perdedores
se aferran al Plan “A”, porque no contemplaron ningún Plan “B”, insólito para
un equipo de Ricardo Monreal.
Y como bien lo dice, Rojas Díaz, “Nosotros
vamos a impugnar después del plazo que la ley refiere, después de 20 días
nosotros tendremos cuatro días para impugnar y si no contestan como debieran de
contestar de acuerdo a la ley y de acuerdo a los estatutos, que es reponer la
encuesta, entonces vamos a impugnarla ante el Tribunal”.
Judicializar un proceso interno, nos indica
que quienes impugnan, no tienen la capacidad de enfrentar la derrota, ni de
evitar que les hagan trampa, si esa es la posición de quienes ahora denuncian,
muestran debilidades como equipo de trabajo.
El problema real, es que Ricardo Monreal, no
dispone de un grupo de asesores a la altura de las necesidades. Fallaron en
mucho y en todo, la soberbia y el menosprecio a sus contrincantes, nos indica los
motivos de su fracaso. Y no se preocupen, en Ecatepec, también tenemos
aspirantes, que están sobrados, soberbios y menosprecian a sus competidores, la
pregunta que surge con esas actitudes de comportamiento, ¿en verdad están
preparados para ser Coordinadores Organizacionales?.
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