Quienes expresaron un malestar en torno a que en el Comité Ejecutivo
Nacional de Morena no prevaleció la equidad de género, hay que decirles a todos,
que en la democracia, sobre todo cuando es libre y secreta, quién decide es la
población y aquellos que desean manipular la democracia y la libertad tratando
de equiparar la contienda para que exista igualdad de participantes entre
hombres y mujeres, lo único que están generando es una democracia dirigida más
no efectiva.
No se equivoquen ni pretendan manipular a la democracia, cada hombre y
mujer es libre en decidir por quien mejor les parece, pero cuando por harás de
equidad de género, se pretende que mujeres que ni lograron acceder a los
espacios de dirección lo hagan sin contar ni disponer del respaldo de las
mayorías, se comete un verdadero atentado en contra de la libertad de elección y la democracia plena.
Y cuando la ley, es secuestrada por intereses de género, también se comete
un atentado en contra de la propia gente, ya que la voluntad, el deseo e
interés de todo ciudadano es alterada y hasta cierto punto dirigida a un
resultado que no se logra por medio de las preferencias sino a través de una
imposición.
La democracia no es machista, ni tampoco es feminista, pero tal parece que
lo que buscan y pretenden con imponer una equidad de género forzada en la vida democrática,
es provocar que esta se diluya y se pierda por intereses de grupos o aspiraciones
personales.
No debemos olvidar, que la mitad de los Congresistas Nacionales eran
hombres y la otra mitad eran mujeres y si el resultado que arrojo fue que un
mayor número de hombres ocupará las carteras del Comité Ejecutivo Nacional, esa
fue la decisión de todos los congresistas, hombres y mujeres.
A nadie se les impidió participar
ni mucho menos postularse, si el voto no les favoreció a las mujeres, fue
decisión del congreso en su conjunto.
Esperamos que esos demócratas de
género, entiendan que la decisión de los congresistas se respeta y que bajo
ninguna circunstancia debe imponerse una acción que lesione a la democracia
plena.
Y quienes aun siendo morenistas, se prestan a vender su voto, su
consciencia y su decisión no pueden llamarse morenistas, son simplemente
ciudadanos sin conciencia ni convicción, los cuales deberán ser denunciados para
que se aplique lo que corresponda en conformidad a los estatutos.
Todos tienen derecho a votar y ser votados, pero nadie puede quedar fuera
por un interés de género que lesiona la libertad de participación y elección.
En las urnas el mejor candidato es el que debe de ganar, sea hombre o sea
mujer, pero jamás, debe tratarse de encasillar una elección lesionando la
participación de nadie, en aras de la equidad de género, ya sea por la vía de
la imposición, del manejo ficticio de las leyes o por decreto. Los votos se
ganan por trabajo, dedicación, esfuerzo y sobre
todo presencia política. Cuando la
Democracia es débil, es que la corrupción política está prevaleciendo de manera
grotesca e inmoral. El día que la mujer logre acceder al poder por sus propios méritos
a través de un triunfo democrático, transparente y pleno, ese día respaldaremos
con plenitud su triunfo.
En morena existe mujeres
excepcionales que tienen todas las características para acceder a espacios de
dirección y representación; que han logrado sobresalir por su trabajo,
constancia, participación y creatividad, son mujeres que están haciendo
historia en su propio espacio profesional, político y social, que tienen las
cualidades de ser líderes y han mostrado con hechos su calidad y capacidad. A
esas mujeres las invito a participar y competir por un espacio de
representación y dirección partidista, muestren su capacidad creativa,
innovadora y vanguardista, no pretendan acceder a espacios de mayor nivel por
motivos de equidad de género, accedan a los espacios profesionales, políticos y
sociales porque tienen la capacidad suficiente para trascender de manera plena.
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