El Grupo Parlamentario de Morena en la Legislatura Local del
Estado de México, esta jugando con fuego, con una iniciativa para reducir en un
50 por ciento el número de síndicos y regidores de los Ayuntamientos, crear el
municipio 126, al dividir a Ecatepec en dos alcaldías, y además impulsar la
Reforma del Estado en la entidad mexiquense, con la participación de actores
políticos, especialistas académicos y los poderes Ejecutivo y Judicial.
Maurilio Hernández González, acompañado del senador Higinio
Martínez Miranda, e integrantes de la bancada, anunciaron que las nuevas
circunstancias que vive el país y la entidad, derivadas de la pandemia, obligan
a revisar el marco legal.
Vaya, de donde sacaron esa propuesta, diría un joven de
Ecatepec. Para ser honestos, la verdad, quién sabe a quienes se les ocurrió esa
ocurrencia.
Echarle la culpa de la pandemia de las circunstancias que esta
viviendo Ecatepec por el Covid 19, nos indica que no hay reflexión y análisis de
la verdadera problemática que tiene Ecatepec y esta no se soluciona con el
plantear su división y crear un nuevo Municipio.
Sin lugar a dudas, Higinio Martínez, no conoce Ecatepec, ni sabe
que lo más importante que lo hace grande es su gente. El olvido, la corrupción,
la indiferencia y la falta de una política social y económica de acuerdo a sus
necesidades tiene postrado al municipio más poblado de americalatina.
En cuanto a la Reforma del Estado, antes de abordar ese tema, se
tiene que abordar otros que permita generar condiciones viables y sustentables para la transformación del Estado de México, como es el hecho de una Nueva
Constitución Política y un Nuevo Federalismo para la entidad mexiquense, donde
exista la participación no solo de los académicos, sociedad civil, de los
poderes Ejecutivo y Judicial, de las fuerzas políticas; sino además, de la ciudadanía,
esa ciudadanía comprometida por su comunidad, por sus barrios, por sus colonias
y pueblos, esa ciudadanía que es ignorada y olvidada, la cual tiene mucho que
decir en la materia.
Si vamos hablar de mejorar las condiciones de vida en una
entidad con 18 millones de habitantes donde la pobreza, la corrupción y la
inseguridad son los temas principales que preocupan a los ciudadanos, y que hoy
con la pandemia están obligados a buscar un nuevo marco legal, pensemos en
acciones que en verdad generen la transformación.
En cuanto a la reducción del número de síndicos y regidores de
mayoría y de representación proporcional en la entidad, esta debe ser
acompañada de nuevos esquemas de participación, responsabilidad y funciones,
sin olvidar a las autoridades auxiliares, con el fin de poder no solo generar grandes
ahorros presupuestales en estos tiempos de crisis, sino de sentar las bases de
desarrollo, crecimiento y sostenibilidad de la entidad.
Es verdad que existe divergencia en cuanto al número de síndicos
y regidores que diversos municipios tienen, donde la actuación de los mismos es
simbólica y deficiente. Ni pichan, ni cachan ni dejan batear, es el reclamo de
la ciudadanía en cuanto a su actuación. Aquí los partidos políticos tienen
mucho que hacer, ya que la representación debe ir acompañada por la
preparación, máxime cuando en estos tiempos de crisis económica y de pandemia
la figura de asesores prácticamente se ha extinguido.
Por lo anterior, no solo es cuestión de reducción de integrantes
del cabildo, sino de su funcionabilidad y responsabilidad, es ahí donde se
encuentra el verdadero reclamo de la gente. Que la labor que realicen al
interior de las decisiones de cabildo sea acorde a las necesidades de la
población, que el trabajo que desempeñan en la comisiones, sea acorde a las
responsabilidades de su propia comisión generando avances, resultados y
beneficios concretos a la población, que su papel en las gestiones sociales sea
acorde a la labor solidaria y fraternal que deben tener con toda la ciudadanía.
Ya no más síndicos y regidores que aprueban decisiones del Presidente Municipal
sin tener una reflexión plena de la propuesta. Levanta dedos, ya no.
Y que decir de la propuesta de creación del municipio de Ciudad
Azteca, al dividir en dos a esta localidad con más de 1.8 millones de
habitantes, y que pese a la intervención de autoridades y presupuestos
federales, estatales y municipales enfrenta serios problemas, y su actual estructura
administrativa es inviable política y financieramente.
La verdad de las cosas, quienes respaldan esta propuesta esta
fuera de toda lógica, ya que Ecatepec creció ante la complacencia de las
autoridades municipales y del propio Gobierno Estatal, sin olvidar a los
partidos políticos que dieron pie a que los asentamientos irregulares se
asentarán en este gran Municipio, tratar de resolver sus problemas de
seguridad, pobreza, salud, educación, desarrollo social y humano, proponiendo
su división, no corresponde a la visión de Transformación con cambio Verdadero.
Exhortamos a los legisladores locales y federales que apoyan
esta iniciativa, que antes de subirla a su discusión en Comisión y pleno,
arriben con argumentos sólidos y creíbles para poner a consideración una
propuesta de tal magnitud y no solo ello, que arriben con un consenso de la
gente del Municipio, ya que la ciudadanía tendrá mucho que decir en la materia,
tampoco es correcto tratar de hacer cambios jurídicos al vapor, ya que por lo
regular el que paga las consecuencias de las ocurrencias y puntadas de los
legisladores es la propia ciudadanía.
Transformar a México, no se realiza a través de ocurrencias, ni
agendas políticas de grupos y corrientes, la transformación debe hacerse en
conformidad a principios y criterios que permitan valorar la pertinencia de una
acción como la que se pretende hacer. El Renacimiento de México, debe surgir
con armonía, confianza, credibilidad y sobre todo solidaridad y fraternidad, en
esto no coloquen a morena por delante de sus pretensiones, ya que esa propuesta
no ha sido dada a conocer a la militancia y hasta el momento no existe un
pronunciamiento real de quienes integran a este instituto político, sobre todo
de Ecatepec.
La gente de Ecatepec, merece todo nuestro respeto y por ello,
antes de pensar en su división, es necesario pensar en su integración y
consenso.
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