El
Poder Legislativo o parlamento es sin duda la institución más importante del
Estado moderno. Diversos autores se han ocupado en definirlo; la palabra
parlamento hace referencia a la institución representativa de un Estado
integrada por los propios ciudadanos mediante procesos electorales abiertos,
que participa de manera insustituible en la formación de la voluntad general
del Estado mediante la aprobación de leyes y normas financieras, y controla en
mayor o menor grado la actividad del gobierno.
Es
el órgano del Estado, que se conforma a través de la voluntad popular, el voto
electoral, quién deciden en las urnas quién habrá de representar a los ciudadanos, encargado de la elaboración
de las leyes, la aprobación de los ingresos y gastos del Estado, el
nombramiento o ratificación de ciertos funcionarios de los otros poderes, así
como representa un contrapeso al Poder Ejecutivo.
A
esta institución se le han atribuido distintos nombres, dependiendo del sistema
constitucional de cada país, así se habla de parlamento, congreso, cortes,
asambleas, estados generales, entre otros.
En
México, se le denomina "congreso" a la asamblea que desempeña el
Poder Legislativo en un régimen de gobierno presidencial, con tres poderes
diferenciados.
En
un Estado de derecho, el poder y la actividad del Estado están regulados por el
derecho, contrarrestando todo poder arbitrario; por ello el Congreso como ente
electivo y representativo desarrolla la misión trascendental de legitimar al
resto de los poderes del Estado y a los órganos que asumen su ejercicio, pues
representa la voluntad designada mediante elecciones libres y democráticas.
Con
el surgimiento de esta institución, se ha pretendido combatir el autoritarismo
y la injusticia prevaleciente en los regímenes políticos, además se atribuye
paulatinamente la soberanía a los ciudadanos, resaltando el valor de la
persona, principio y fin de toda organización social.
Sin
embargo, existe casos y evidencias que los representantes populares, olvidan e
ignorar a quienes depositaron su confianza para ser elegidos y son dependientes
a grupos, corrientes o intereses ajenos a la sociedad misma.
Hay
que recordar, con la división de poderes se instaura un Estado de derecho donde
la legalidad es el principio que rige la actividad gubernamental; con funciones
específicas y complementarias para cada uno de los órganos del Estado. Esta
separación de poderes es una garantía de libertad sin la que no existiría la
democracia, por ello, como señalan algunos autores, el exponente fundamental de
la democracia moderna es la existencia de un Congreso cuyos integrantes cumplan
su función representativa, legislativa y de control, con independencia y autonomía.
Los
principales objetivos del Poder Legislativo se encaminan en promover y defender
los intereses de los ciudadanos; asimismo, es canalizar las inquietudes y
quejas de la ciudadanía ante los administradores de los recursos públicos de
los tres niveles de gobierno, ya sea Federal, estatal y municipal.
El
Congreso, es la voz del pueblo y representa al pueblo. La representación
política que ostenta tiene mayor legitimidad que la de los otros poderes, ya
que se integra con representantes de diversas fuerzas políticas y sociales,
mayorías y minorías con ideologías y programas diversos, cuyos acuerdos en
consenso representan en mayor grado la voluntad de toda la población.
En
una democracia representativa, el Poder Legislativo, más que un órgano político
es un órgano social, más que formar parte del Estado forma parte de la sociedad;
pero debe tenerse muy en cuenta, que la sociedad la conforman todos los
ciudadanos de una nación, se debe legislar a favor del pueblo y evitar legislar
a favor de mayorías o minorías, de grupos de interés u organizaciones sociales,
sindicales, políticos o ciudadanas, en este punto no hay que equivocarse, el
derecho y las leyes no se desarrollan por petición de unos cuantos, se
desprende del sentir y la resonancia de la voz ciudadana en su conjunto. Por
ello, la gran importancia de que el Poder Legislativo debe ser abierto y salir
de sus recintos legislativos y conocer a viva voz de la propia población su
sentir, sus necesidades, sus requerimientos y sus deseos de justicia y
bienestar.
El
sistema jurídico de todo un país tiene su origen en el Poder Legislativo; la
ley como máxima expresión de la voluntad popular es producida dentro del Congreso.
Los legisladores cuentan con el gran honor de influir en el destino de la
patria por medio de las diversas facultades de la institución representativa. Todo
legislador tiene la facultad de poder determinan lo que es lícito o ilícito;
establecen los órganos del Estado y su competencia; fijan los delitos y sus
penas; ratifican los tratados internacionales; nombran funcionarios de los
otros poderes; aprueban la actividad presupuestaria del Estado; imponen las
contribuciones y autorizan los préstamos solicitados por el Ejecutivo;
reglamentan las relaciones entre los particulares entre sí; protegen a grupos
sociales específicos mediante disposiciones especiales; establecen los
procedimientos para la resolución de controversias; entre otras cosas. Su
principal papel, radica que el estado de Derecho y el bienestar, sean para
todos.
Por
ello, intervienen en la toma de decisiones y perfeccionan las leyes para el
bien común. Por tal motivo, para el legislador su principal retribución es
contribuir con su trabajo e ideas a que el país se encamine por el rumbo más
apropiado.
Hay
que decirlo con plenitud, muchas iniciativas de ley que ponen a consideración
legisladores, responden a “ocurrencias
legislativas”, elaboradas apresuradamente y sin reflexión ni estudio,
respondiendo a presiones externas (grupos de presión, comunidades y Poder
Ejecutivo, entre otros) a presiones internas (otros congresistas, comisiones,
grupos directivos, portavoces, partidos políticos), a egos personales y, en
general, a presiones políticas, que en nada coadyuva a eficientar las tareas
del Poder Legislativo y generan graves afectaciones a la propia sociedad. Hacer
leyes a modo de intereses particulares o de grupo, provocan graves problemas a
la propia sociedad.
Debe
tenerse en cuenta que las decisiones de los legisladores afectan a todos los
grupos, sectores e instituciones de la sociedad, tanto en su historia como en
sus sueños y aspiraciones. Los ciudadanos agradecerán los beneficios de una ley
justa, o reclamarán por los males producidos por una legislación deficiente.
Por lo anterior, cuando la labor legislativa no
se realiza con la celeridad y pulcritud requeridas, se ocasionan grandes
problemas. Y debe decirse con claridad, los legisladores ignorantes aumentan
constantemente la pobreza y generan odio, desencuentro, rencor, enemistad y
confrontación social. Hay grupos de intereses que han sido beneficiadas
empobreciendo y generando injusticia a la población, mientras que los
legisladores responsables y trabajadores conquistan el progreso para sus
pueblos.
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