sábado, 1 de agosto de 2020

La Cuarta Transformación y su gran compromiso de Legislar a favor de México.

El Poder Legislativo o parlamento es sin duda la institución más importante del Estado moderno. Diversos autores se han ocupado en definirlo; la palabra parlamento hace referencia a la institución representativa de un Estado integrada por los propios ciudadanos mediante procesos electorales abiertos, que participa de manera insustituible en la formación de la voluntad general del Estado mediante la aprobación de leyes y normas financieras, y controla en mayor o menor grado la actividad del gobierno. 
Es el órgano del Estado, que se conforma a través de la voluntad popular, el voto electoral, quién deciden en las urnas quién habrá de representar  a los ciudadanos, encargado de la elaboración de las leyes, la aprobación de los ingresos y gastos del Estado, el nombramiento o ratificación de ciertos funcionarios de los otros poderes, así como representa un contrapeso al Poder Ejecutivo.
A esta institución se le han atribuido distintos nombres, dependiendo del sistema constitucional de cada país, así se habla de parlamento, congreso, cortes, asambleas, estados generales, entre otros.
En México, se le denomina "congreso" a la asamblea que desempeña el Poder Legislativo en un régimen de gobierno presidencial, con tres poderes diferenciados.
En un Estado de derecho, el poder y la actividad del Estado están regulados por el derecho, contrarrestando todo poder arbitrario; por ello el Congreso como ente electivo y representativo desarrolla la misión trascendental de legitimar al resto de los poderes del Estado y a los órganos que asumen su ejercicio, pues representa la voluntad designada mediante elecciones libres y democráticas.
Con el surgimiento de esta institución, se ha pretendido combatir el autoritarismo y la injusticia prevaleciente en los regímenes políticos, además se atribuye paulatinamente la soberanía a los ciudadanos, resaltando el valor de la persona, principio y fin de toda organización social.
Sin embargo, existe casos y evidencias que los representantes populares, olvidan e ignorar a quienes depositaron su confianza para ser elegidos y son dependientes a grupos, corrientes o intereses ajenos a la sociedad misma.
Hay que recordar, con la división de poderes se instaura un Estado de derecho donde la legalidad es el principio que rige la actividad gubernamental; con funciones específicas y complementarias para cada uno de los órganos del Estado. Esta separación de poderes es una garantía de libertad sin la que no existiría la democracia, por ello, como señalan algunos autores, el exponente fundamental de la democracia moderna es la existencia de un Congreso cuyos integrantes cumplan su función representativa, legislativa y de control, con independencia y autonomía.
Los principales objetivos del Poder Legislativo se encaminan en promover y defender los intereses de los ciudadanos; asimismo, es canalizar las inquietudes y quejas de la ciudadanía ante los administradores de los recursos públicos de los tres niveles de gobierno, ya sea Federal, estatal y municipal.
El Congreso, es la voz del pueblo y representa al pueblo. La representación política que ostenta tiene mayor legitimidad que la de los otros poderes, ya que se integra con representantes de diversas fuerzas políticas y sociales, mayorías y minorías con ideologías y programas diversos, cuyos acuerdos en consenso representan en mayor grado la voluntad de toda la población.
En una democracia representativa, el Poder Legislativo, más que un órgano político es un órgano social, más que formar parte del Estado forma parte de la sociedad; pero debe tenerse muy en cuenta, que la sociedad la conforman todos los ciudadanos de una nación, se debe legislar a favor del pueblo y evitar legislar a favor de mayorías o minorías, de grupos de interés u organizaciones sociales, sindicales, políticos o ciudadanas, en este punto no hay que equivocarse, el derecho y las leyes no se desarrollan por petición de unos cuantos, se desprende del sentir y la resonancia de la voz ciudadana en su conjunto. Por ello, la gran importancia de que el Poder Legislativo debe ser abierto y salir de sus recintos legislativos y conocer a viva voz de la propia población su sentir, sus necesidades, sus requerimientos y sus deseos de justicia y bienestar.
El sistema jurídico de todo un país tiene su origen en el Poder Legislativo; la ley como máxima expresión de la voluntad popular es producida dentro del Congreso. Los legisladores cuentan con el gran honor de influir en el destino de la patria por medio de las diversas facultades de la institución representativa. Todo legislador tiene la facultad de poder determinan lo que es lícito o ilícito; establecen los órganos del Estado y su competencia; fijan los delitos y sus penas; ratifican los tratados internacionales; nombran funcionarios de los otros poderes; aprueban la actividad presupuestaria del Estado; imponen las contribuciones y autorizan los préstamos solicitados por el Ejecutivo; reglamentan las relaciones entre los particulares entre sí; protegen a grupos sociales específicos mediante disposiciones especiales; establecen los procedimientos para la resolución de controversias; entre otras cosas. Su principal papel, radica que el estado de Derecho y el bienestar, sean para todos.
Por ello, intervienen en la toma de decisiones y perfeccionan las leyes para el bien común. Por tal motivo, para el legislador su principal retribución es contribuir con su trabajo e ideas a que el país se encamine por el rumbo más apropiado.
Hay que decirlo con plenitud, muchas iniciativas de ley que ponen a consideración legisladores, responden a “ocurrencias legislativas”, elaboradas apresuradamente y sin reflexión ni estudio, respondiendo a presiones externas (grupos de presión, comunidades y Poder Ejecutivo, entre otros) a presiones internas (otros congresistas, comisiones, grupos directivos, portavoces, partidos políticos), a egos personales y, en general, a presiones políticas, que en nada coadyuva a eficientar las tareas del Poder Legislativo y generan graves afectaciones a la propia sociedad. Hacer leyes a modo de intereses particulares o de grupo, provocan graves problemas a la propia sociedad.
Debe tenerse en cuenta que las decisiones de los legisladores afectan a todos los grupos, sectores e instituciones de la sociedad, tanto en su historia como en sus sueños y aspiraciones. Los ciudadanos agradecerán los beneficios de una ley justa, o reclamarán por los males producidos por una legislación deficiente.
Por lo anterior, cuando la labor legislativa no se realiza con la celeridad y pulcritud requeridas, se ocasionan grandes problemas. Y debe decirse con claridad, los legisladores ignorantes aumentan constantemente la pobreza y generan odio, desencuentro, rencor, enemistad y confrontación social. Hay grupos de intereses que han sido beneficiadas empobreciendo y generando injusticia a la población, mientras que los legisladores responsables y trabajadores conquistan el progreso para sus pueblos.

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