Sin
lugar a dudas, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad
de México, tiene razón en rechazar la propuesta hecha por los legisladores
locales de Morena para
imponer multas a las personas que no usen cubrebocas.
La Jefa de Gobierno, expreso, "no estoy
de acuerdo. Nuestro objetivo ha sido siempre la educación, la formación, la
información a la ciudadanía, y creo que ha sido muy importante la participación
ciudadana".
Quienes
hoy legislan, deben tener siempre presente que con la prohibición y las multas,
no se resuelven los problemas, ni se educa a la población. Simplemente es una
medida recaudatoria disfrazada de sanción.
Hay
que ser serios, el movimiento regeneración nacional, ha impulsado desde sus
inicios, que sus militantes, simpatizantes y ciudadanía en general, avancen en
la Revolución de las Conciencias.
En
el pasado reciente, estábamos inmersos en una degradación de la sociedad, en
una crisis moral profunda, una crisis de valores.
Una de las premisas del gobierno actual es una
transformación de las conciencias hacia un avance moral y ético, en el que prevalezca el honor, la ética y la
equidad de trato hacia todos.
Es avanzar de manera consciente,
que todos tenemos los mismos derechos a
la educación, al bienestar, a la paz, a la seguridad social lejos de la deshonestidad y de la corrupción, sobre todo de
intermediarios. Los beneficios y apoyos deben
llegar de manera integra a los que más lo necesitan.
Esto
implica una profunda cruzada de regeneración moral. Superar la violencia, la desigualdad económica,
la pérdida de principios fundamentales relacionados con la corrupción,
construir una sociedad mejor, más justa, más igualitaria, más democrática, fraterna
y solidaria, que busca no sólo el bienestar material, sino lo que el Presidente
ha llamado “el
bienestar del alma”,
como principio reordenador,
es dar los primeros pasos a la renovación de la propia sociedad.
La Cuarta Transformación, promueve e
impulsa, el
rescate de las prácticas y los valores republicanos, mediante la primacía de la
justicia, la revolución de las conciencias, la transformación de las instituciones.
Si predicamos con el
ejemplo y al mismo tiempo, generamos armonía social y empatía, daremos un gran
impulso a la política de moralizar la vida
pública, nada ni nadie podrá detener la aplicación del
principio supremo de la soberanía del pueblo, y el interés nacional que se impondrá a los hombres ambiciosos seducidos por
el falso brillo de lo material y lo mezquino.
Para que prohibir, para que
multar, que acaso creen los legisladores que solo así la ciudadanía podrá entender
la gran importancia de utilizar el cubrebocas.
Legislar a garrote limpio, no
es la alternativa, si deseamos realmente transformar a nuestro país, primero hay
que transformar las conciencias, con el pleno objetivo de generar un México de progreso moral y ético. Logrando
este objetivo básico, contaremos con una sociedad más humana, sensible,
solidaria y fraternal que promueva e impulse el desarrollo, crecimiento y
bienestar del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario