sábado, 23 de mayo de 2020

Todos lo Fideicomisos deben ir a revisión y análisis, prevalecerá los que realmente cumplan sus objetivos y metas.

Sin lugar a dudas, no se puede juzgar a nadie sin antes revisar su caso y esto debe ocurrir con los 44 fideicomisos, cada uno debe ser revisado, analizado y cuantificado, si han cumplido de manera adecuada en conformidad a sus objetivos y metas por los cuales fueron creados, deben continuar, si son simplemente barriles sin fondo y no contribuyen de manera clara y precisa, deben ser eliminados.
El Gobierno Federal debe aplicar los recursos en los rubros que en verdad coadyuven con la población. Antes de iniciar el debate y que propios y extraños suban a tribuna, debe existir toda la información oportuna sobre cada fideicomiso y que ha hecho y dejado de hacer en el tiempo en que ha venido funcionando. Que sus resultados sean lo que avale su permanencia.
No queremos ni escenas dramáticas y espectaculares, deseamos datos confiables y creíbles.
No deseamos que representantes populares, por desear quedar bien con un grupo, asociación, organización o fundación, caiga en el error de defender y sostener una posición insostenible. Requerimos limpiar la casa, pero hay que hacerlo con excelencia y con mucha visión, primero somos todos antes que posiciones particulares o de pequeños grupos.    
Sin lugar a dudas, la bolsa que representa los fideicomisos, es valiosa para muchos, significa 91,000 millones de pesos, de acuerdo al polémico paquete de reformas —que modificaría 14 leyes y abrogaría otra—, que extinguiría a 44 fideicomisos y establecería nuevas reglas para cuatro fondos, entre ellos aquellos destinados para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y el de Financiera Rural.
Que nadie pretenda, que las cosas sigan igual, debe haber cambios y mejoras, es el momento de cambio de rumbo y esa fue la exigencia de un país entero, aunque se resistan los agoreros del desastre.
Que nadie se ponga nervioso, ni se desgarre las vestiduras, los fideicomisos deben ser revisados, evaluados y mejorados, aquellos que no han cumplido sus expectativas deberán ser eliminados.
Esperamos que los legisladores asuman un papel correcto en su actuar y proceder, legislar con transparencia y legislar a favor de todos, no para unos cuantos, para grupos, corrientes, tribus, asociaciones, fundaciones u organizaciones, esos tiempos ya quedaron atrás y deben ser olvidados.

Hay que legislar a favor de México.

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