Rojos, azules, amarrillos y rosas fueron los colores que estuvieron presentes en el Zócalo Capitalino, llegaron sin máscaras, llegaron exhaustos ante el calor hiriente que impactaba los rostros, brazos y piernas de quienes asistieron a la convocatoria de una oposición moralmente derrotada.
A unas cuantas horas, de que se lleve a cabo el Tercer Debate Presidencial, una marea multicolor quiso cubrir la plancha del Zócalo, se juntaron todos aquellos que conforman el priianismo que reclaman sus privilegios y al regreso de los beneficios obtenidos a partir de gobiernos corruptos y opacos.
No salió la clase media, salió la clase corrupta que lograron un nivel de calidad de vida a través de las triquiñuelas, el influyentismo, la corrupción, el amiguismo y el compadrazgo. La clase media no requiere salir a buscar privilegios, ya que la clase media son generadoras de oportunidades y con trabajo, dedicación y disciplina logran generar una riqueza bien habida.
En el Zócalo capitalino, se presentó una marea desunida, sin identidad, sin principios, sin proyecto, cada espacio representativo por un color exigía de manera desesperada sus derechos y hacían reclamos y denostaciones a un gobierno que ha sido amigo para todas y todos, sobre todo al pueblo de México.
Ni abrazos, ni buena bienes entre los integrantes de esa marea priianista, que ni ellos mismos se soportan, hay niveles dirían unos, hay clase dirán otros. Así de patético los participantes de la marea.
La Sociedad Civil priianista que estuvieron presentes, miraban de reojo a sus “aliados”, hay un rechazo mutuo, los rosas no se juntaron con los rojos, y los azules tomaban distancia de sus pares, tampoco cruzaban palabras con los amarrillos, cada uno se encontraba defendiendo sus intereses particulares.
La Marea priianista demostró que ni fuerza ni corazón existe entre ellos.
Mientras tanto, los discursos de Taboada, Guadalupe Naranjo y Xochitl Gálvez, se perdieron en el umbral del olvido, así como surgió, se perdió en un Zócalo donde la armonía, la fraternidad y la solidaridad no estuvieron presentes.
Es así como la Marea se derrito en el Zócalo.
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