miércoles, 14 de octubre de 2015

El reto de Mancera, estar cerca de los chilangos, si desea seguir en ruta Rumbo al 2018.



En los círculos perredistas y de morena, se hacen la pregunta, ¿Quién ha provocado la mala imagen de Miguel Angel Mancera, el PRD o su falta de identidad política?. La verdad, es una pregunta que el círculo cercano que tiene Mancera deberá responder de manera rápida y concreta, porque el tiempo vuela y con él, las posibilidades de que Mancera Espinosa pueda seguir aspirando a ser Presidenciable para el 2018.
El ex - candidato del Movimiento Progresista (PRD, PT, Movimiento Ciudadano y el Movimiento Regeneración Nacional) a la Jefatura de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, logro en el 2012 una victoria contundente al aventajar a su más cercana competidora, la priísta Beatriz Paredes, por más de 40 puntos, obteniendo el 63.5% de los votos, una preferencia electoral histórica en la Ciudad de los Palacios.
Los capitalinos dieron a la izquierda, por cuarta ocasión consecutiva, el gobierno del DF, desde las elecciones de 1997, cuando fue electo Cuauhtémoc Cárdenas, pasando por Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.
El ex - procurador de la Capital de la República logro una victoria inobjetable y entre sus principales promesas de campaña se encontraba darle continuidad a los programas del gobierno capitalino. El Movimiento Progresista, en esos momentos dejo en claro que la gente de la Ciudad de México, respaldaba a la izquierda mexicana por los resultados.
Otra de las promesas de Miguel Ángel Mancera fue mejorar las condiciones de vida de los capitalinos, donde expresaba con aplomo, “Mi prioridad serán las mujeres, las madres, los adultos mayores, los jóvenes y quienes clamen por la libertad. En mi gobierno habrá diálogo permanente con todas las expresiones políticas, aplicación irrestricta de la ley y, sobre todo, compromiso con el bienestar de los habitantes”.
Sin embargo, a tres años de que tomará posición de su encargo, Miguel Ángel Mancera, llega a la mitad de su mandato con una impopularidad que simplemente presagia un desenlace fatal para las pretensiones Rumbo al 2018, si su equipo de trabajo y él mismo, no cambia de actitud.
Los niveles de aprobación de los capitalinos siguen una tendencia a la baja que no logra remontar. Una encuesta de Reforma de diciembre de 2014, indicaba que la  desaprobación ciudadana del Jefe de Gobierno alcanzaba el 60 por ciento. Dicho porcentaje, que se había mantenido así desde julio de 2014, era el más alto desde que el diario comenzó con el ejercicio, en abril de 2013, cuando el nivel de reprobación del mandatario local fue de 26 por ciento.
En abril del 2015, Mancera continuaba con los mismos niveles de desaprobación, pues sólo 40 por ciento de los capitalinos aprobaban su gestión. Para agosto de este año, la encuesta de Reforma reveló que los habitantes de la Ciudad de México calificaron con 5.7 la gestión del mandatario y el porcentaje de aprobación bajó a 37 por ciento.
Este dato de desaprobación se reflejó con claridad y contundencia en las urnas electorales el pasado 7 de junio, cuando el partido que lo llevo al poder, experimentaba un eclipse parcial, que pudo ser total, ya que en diversas delegaciones que lograron repetir, el fantasma del fraude electoral, la compra de votos y el juego sucio se hizo presente.
En cuanto a los líderes de opinión, el 67 por ciento consideran que Mancera no tiene un buen desempeño y 49 por ciento de los capitalinos, interpretan que el cambio o reacomodo de su gabinete, no ha logrado levantar las expectativas entre la ciudadanía.
¿Qué es lo que realmente está dinamitando la popularidad de Mancera?. Pues la respuesta se encuentra en los asuntos de la Ciudad, donde se han acentuado los niveles de molestia e inconformidad.
La corrupción en ciertas áreas de gobierno y en las delegaciones, los problemas de movilidad (falta de transporte público, tránsito) o el escándalo que se ha generado con la Línea 12 del Metro han sido, por ejemplo, factores que pusieron a Mancera Espinosa en la silla de los acusados, incrementándose la desconfianza en la gestión del Jefe de Gobierno. Sin olvidar, la actuación deficiente de la seguridad pública y el incremento del costo del boleto del metro y su poca efectividad para poner orden en el sector de los vagoneros que simplemente cohabitan en las instalaciones del metro y el Doble No Circula, programa que irrito severamente a los capitalinos.
Asimismo, los puentes elevados, obras faraónicas que no son utilizadas por la población por sus altos costos, refleja que las acciones emprendidas o avaladas por Miguel Ángel Mancera no han sido del agrado de los capitalinos.
Existe la percepción de que Mancera construyo su jefatura de Gobierno sobre los éxitos de sus antecesores; pero hasta el momento, no existe  ninguna acción que los “chilangos” consideren trascendental o sea el legado del Jefe de Gobierno.
En cuanto a la opinión de que el desgaste de la imagen de Mancera Espinosa, es consecuencia lógica a la falta de tacto político y al error de Diciembre del PRD que firmo el Pacto por México y a la postre ha sido la piedra en el zapato, sin olvidar Ayotzinapa y los resultados pésimos que se ha logrado en el Sistema de Transporte Colectivo (metro) en donde la gran mayoría de los habitantes utilizan y observan la falta de resultados concretos.
En cuanto a los factores internos, podemos mencionar que  el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la fuerza política que lo llevó al poder, padece una grave crisis. El hecho de que Andrés Manuel López Obrador haya abandonado las filas perredistas y encaminado sus pasos en buscar crear su propio partido político, logrando dicho objetivo y haciéndose presente en las elecciones del 7 de Junio con Morena y conquistando cinco delegaciones, donde la población se volcó a favor de morena, dan lugar a que Miguel Ángel deberá remar contracorriente.
La ineficiencia de la policía capitalina para enfrentar el caso de los 12 jóvenes desaparecidos lo colocó en desventaja ante la opinión pública.
El talón de Aquiles de la administración de Mancera es la seguridad y los derechos humanos.
Cabe recordar, que unos días después de su primer aniversario, el mandatario incrementó de tres a cinco pesos el boleto del Sistema de Transporte Colectivo Metro, lo que provocó un malestar generalizado en la sociedad y movilizaciones como #PosMeSalto.
El Jefe de Gobierno contestó al descontento que generó el aumento a la tarifa con una propuesta de reforma a la Ley de Cultura Cívica en el Distrito Federal, para castigar a quienes no pagan el transporte público y se saltaban las barras del Metro en protesta. La política de prohibición, simplemente no es la mejor herramienta para atender el descontento ciudadano, más sin embargo, se llevó a cabo.
Después del golpe del boleto del Metro, el mandatario asestó uno más a su historial: relanzó el programa Hoy No Circula y limitó la circulación de los fines de semana, sólo para autos nuevos. Este hecho, no solamente impacto a la ciudadanía común, también afecto a los pequeños comerciantes de la capital de la República.
La falta de sensibilidad social y política, fue evidente, el gobierno capitalino, día tras día empezaba a alejarse de la ciudadanía.
Y un hecho que llamo mucho la atención, fue que la Reforma Política del Distrito Federal, era el eslabón que estaba poniendo de rodillas a la administración de Miguel Ángel Mancera.
En el mes de abril, la reforma política para el Distrito Federal se aprobó en la Cámara de Senadores, lo cual implica la creación de una Constitución política y un congreso local, estos cambios se realizaran para dar una mayor autonomía a la Ciudad de México y la capital de la República tenga un trato igualitario como las 31 entidades federativas.
La iniciativa aún deberá ser discutida y aprobada en el pleno de la Cámara de Diputados y se espera que esta sea aprobada en el primer periodo ordinario del Congreso de la Unión.
En el caso de que los diputados realicen cambios a la reforma enviada por el Senado, los legisladores de la Cámara Alta tendrán que discutir y aprobar las modificaciones.
La Reforma Política confiere al Distrito Federal, plena y total personalidad jurídica con autonomía de gestión, un Congreso local, y 16 alcaldes en sustitución de las figuras de las y los actuales jefes delegacionales.
Debe recordarse, que por la falta de una constitución propia, el Distrito Federal, no tienen derecho ni acceso a fondos federales que sí son otorgados al resto de las entidades; pero mientras, deben sufragar los gastos que implica ser la capital de la República y albergar instalaciones de los tres poderes de la Unión, embajadas y un número importante de edificios públicos con los impactos que ello amerita en dotación de servicios como transporte; recolección de basura, energía eléctrica y abasto de agua, entre otros.
Una prioridad para la Cámara de Diputados del presente periodo, es culminar con dicho proceso; sin embargo, aún no se puede cantar victoria y este hecho tiene atornillados a Miguel Ángel Mancera y su grupo de colaboradores.
El  mayor riesgo es que la reforma se quedé paralizada en la Cámara de Diputados y no sea aprobada en la recta final del periodo ordinario de sesiones que termina el 30 de abril, esto provocaría serias dificultades y colocaría a la Reforma Política del Distrito Federal en el limbo.
Con la Reforma Política del Distrito Federal se podría alcanzar los siguientes cambios:
El Distrito Federal cambiará su nombre a Ciudad de México, convirtiéndose en la entidad federal número 32 y se mantendrá como la capital del país.
La Ciudad de México deberá tener su primera Constitución Política a más tardar el 31 de enero de 2017.
Se elimina la figura jurídica de las delegaciones políticas y crea las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, que serán encabezadas por un alcalde.
La Asamblea Legislativa desaparecerá para convertirse en un Congreso local, por lo que adquirirá la facultad para aprobar o rechazar reformas constitucionales, como el resto de los congresos estatales.
La Ciudad de México estará obligada a vigilar los recursos federales que se ejerzan o administran en las demarcaciones territoriales.
La Ciudad de México tendrá una autonomía inédita, debido a que el Gobierno Federal mantendrá la responsabilidad del financiamiento a la educación y a los servicios de salud.
El Ministerio Público de la Federación se organizará en una Fiscalía General de la República como órgano público y autónomo.
Los nombramientos del Procurador de Justicia y jefe de Policía serán hechos por el jefe de Gobierno y ya no por el presidente de la República.
La Ciudad de México tendrá con un Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, cuyos datos serán considerados oficiales.
En la Ciudad de México, los salarios no podrán ser inferiores al mínimo para los trabajadores en general respecto a las entidades federativas.
Para la creación de la Constitución de la Ciudad de México será necesario tener una Asamblea Constituyente que será elegida mediante el voto el primer domingo de junio de 2016 y se instalará el 15 de septiembre del mismo año.
La reforma también contempla que, a diferencia de los estados, el gobierno federal mantendrá la responsabilidad del financiamiento a la educación y servicios de salud.
Como podrá apreciarse, diversos factores han influido para la debacle del PRD y la imagen de Mancera Espinosa. La Reforma Política del Distrito Federal podría ser el camino que lograría generar mayores condiciones de popularidad y mejorar sustancialmente el perfil del Jefe de Gobierno. Pero mantenerse atrincherado en esa única posibilidad de recuperar prestigio e imagen, es un verdadero hándicap.
¿Y qué se debe hacer para revertir esta historia?, pues la respuesta está en Mancera y sus más cercanos colaboradores. El Gobierno del Distrito Federal deberá dar un paso trascendental si desean colocarlo en la carrera presidencial. Para poder seguir siendo aspirante no le van a servir la realización de obras faraónicas, ni la realización de espectáculos de primer nivel, ni la creación de corredores turísticos ni el embellecimiento de la Ciudad. Quizá la Reforma Política podría provocar el efecto deseado, pero depender de ello sería una locura.
La Ciudadanía requiere acciones concretas que le permitan atender sus necesidades y requerimientos básicos, como es empleo, educación, salud, desarrollo social y humano.
La Ciudad de México, es un espacio donde sus propios habitantes desean ser parte integrante de su desarrollo y crecimiento, no quieren quedar fuera de los programas y proyectos y tampoco desean ser ignorados en la toma de decisiones de su calle, manzana, colonia, unidad habitacional, barrio o población, los ciudadanos quieren participar y ver recorriendo las calles y solucionando los problemas más sensibles al Jefe del Distrito Federal.
No basta con disponer de un área de Comunicación social que aproveche de manera plena las redes sociales y difunda los éxitos que el Gobierno de la Ciudad ha obtenido. Se requiere que Miguel Ángel Mancera, camine por la Ciudad de México y si es posible con los empresarios e inversionistas, para que cada delegación pueda disponer de alternativas reales de crecimiento y desarrollo.
Se requiere que Miguel Ángel Mancera, conozca de manera plena las necesidades y requerimientos de la población, se necesita que sea el Jefe de Gobierno del Distrito Federal quién escuche a la población y actué de manera oportuna en dar respuesta inmediata a las necesidades básicas de la ciudadanía.

Se necesita un Jefe de Gobierno que coadyuve para que los pequeños comerciantes, mediano y grandes empresas; así como emprendedores y profesionistas deseosos de disponer el respaldo del Gobierno del Distrito Federal los atienda, los apoye y los oriente en la consecución de sus ilusiones y esperanzas. Miguel Ángel Mancera tiene el reto de estar cercano a la gente y de caminar con la gente.

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