En los círculos perredistas y de morena,
se hacen la pregunta, ¿Quién ha
provocado la mala imagen de Miguel Angel Mancera, el PRD o su falta de
identidad política?. La verdad, es una pregunta que el círculo cercano que
tiene Mancera deberá responder de manera rápida y concreta, porque el tiempo
vuela y con él, las posibilidades de que Mancera Espinosa pueda seguir
aspirando a ser Presidenciable para el 2018.
El ex - candidato del Movimiento
Progresista (PRD, PT, Movimiento Ciudadano y el Movimiento Regeneración
Nacional) a la Jefatura de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, logro en el
2012 una victoria contundente al aventajar a su más cercana competidora, la
priísta Beatriz Paredes, por más de 40 puntos, obteniendo el 63.5% de los
votos, una preferencia electoral histórica en la Ciudad de los Palacios.
Los capitalinos dieron a la izquierda,
por cuarta ocasión consecutiva, el gobierno del DF, desde las elecciones de
1997, cuando fue electo Cuauhtémoc Cárdenas, pasando por Andrés Manuel López
Obrador y Marcelo Ebrard.
El ex - procurador de la Capital de la
República logro una victoria inobjetable y entre sus principales promesas de
campaña se encontraba darle continuidad a los programas del gobierno capitalino.
El Movimiento Progresista, en esos momentos dejo en claro que la gente de la
Ciudad de México, respaldaba a la izquierda mexicana por los resultados.
Otra de las promesas de Miguel Ángel
Mancera fue mejorar las condiciones de vida de los capitalinos, donde expresaba
con aplomo, “Mi prioridad serán las
mujeres, las madres, los adultos mayores, los jóvenes y quienes clamen por la
libertad. En mi gobierno habrá diálogo permanente con todas las expresiones
políticas, aplicación irrestricta de la ley y, sobre todo, compromiso con el
bienestar de los habitantes”.
Sin embargo, a tres años de que tomará
posición de su encargo, Miguel Ángel Mancera, llega a la mitad de su mandato
con una impopularidad que simplemente presagia un desenlace fatal para las pretensiones
Rumbo al 2018, si su equipo de trabajo y él mismo, no cambia de actitud.
Los niveles de aprobación de los capitalinos
siguen una tendencia a la baja que no logra remontar. Una encuesta de Reforma de
diciembre de 2014, indicaba que la desaprobación ciudadana del Jefe de
Gobierno alcanzaba el 60 por ciento. Dicho porcentaje, que se había mantenido
así desde julio de 2014, era el más alto desde que el diario comenzó con el
ejercicio, en abril de 2013, cuando el nivel de reprobación del mandatario
local fue de 26 por ciento.
En abril del 2015, Mancera continuaba con
los mismos niveles de desaprobación, pues sólo 40 por ciento de los capitalinos
aprobaban su gestión. Para agosto de este año, la encuesta de Reforma reveló
que los habitantes de la Ciudad de México calificaron con 5.7 la gestión del
mandatario y el porcentaje de aprobación bajó a 37 por ciento.
Este dato de desaprobación se reflejó con
claridad y contundencia en las urnas electorales el pasado 7 de junio, cuando el
partido que lo llevo al poder, experimentaba un eclipse parcial, que pudo ser
total, ya que en diversas delegaciones que lograron repetir, el fantasma del
fraude electoral, la compra de votos y el juego sucio se hizo presente.
En cuanto a los líderes de opinión, el 67
por ciento consideran que Mancera no tiene un buen desempeño y 49 por ciento de
los capitalinos, interpretan que el cambio o reacomodo de su gabinete, no ha
logrado levantar las expectativas entre la ciudadanía.
¿Qué es lo que
realmente está dinamitando la popularidad de Mancera?. Pues la
respuesta se encuentra en los asuntos de la Ciudad, donde se han acentuado los
niveles de molestia e inconformidad.
La corrupción en ciertas áreas de
gobierno y en las delegaciones, los problemas de movilidad (falta de transporte
público, tránsito) o el escándalo que se ha generado con la Línea 12 del Metro
han sido, por ejemplo, factores que pusieron a Mancera Espinosa en la silla de
los acusados, incrementándose la desconfianza en la gestión del Jefe de
Gobierno. Sin olvidar, la actuación deficiente de la seguridad pública y el
incremento del costo del boleto del metro y su poca efectividad para poner
orden en el sector de los vagoneros que simplemente cohabitan en las
instalaciones del metro y el Doble No Circula, programa que irrito severamente
a los capitalinos.
Asimismo, los puentes elevados, obras faraónicas
que no son utilizadas por la población por sus altos costos, refleja que las
acciones emprendidas o avaladas por Miguel Ángel Mancera no han sido del agrado
de los capitalinos.
Existe la percepción de que Mancera
construyo su jefatura de Gobierno sobre los éxitos de sus antecesores; pero
hasta el momento, no existe ninguna
acción que los “chilangos” consideren trascendental o sea el legado del Jefe de Gobierno.
En cuanto a la opinión de que el desgaste
de la imagen de Mancera Espinosa, es consecuencia lógica a la falta de tacto
político y al error de Diciembre del PRD que firmo el Pacto por México y a la
postre ha sido la piedra en el zapato, sin olvidar Ayotzinapa y los resultados
pésimos que se ha logrado en el Sistema de Transporte Colectivo (metro) en
donde la gran mayoría de los habitantes utilizan y observan la falta de
resultados concretos.
En cuanto a los factores internos,
podemos mencionar que el Partido de la
Revolución Democrática (PRD), la fuerza política que lo llevó al poder, padece
una grave crisis. El hecho de que Andrés Manuel López Obrador haya abandonado
las filas perredistas y encaminado sus pasos en buscar crear su propio partido
político, logrando dicho objetivo y haciéndose presente en las elecciones del 7
de Junio con Morena y conquistando cinco delegaciones, donde la población se volcó a favor de morena, dan lugar a que Miguel Ángel deberá remar contracorriente.
La ineficiencia de la policía capitalina
para enfrentar el caso de los 12 jóvenes desaparecidos lo colocó en desventaja
ante la opinión pública.
El talón de Aquiles de la administración
de Mancera es la seguridad y los derechos humanos.
Cabe recordar, que unos días después de
su primer aniversario, el mandatario incrementó de tres a cinco pesos el boleto
del Sistema de Transporte Colectivo Metro, lo que provocó un malestar
generalizado en la sociedad y movilizaciones como #PosMeSalto.
El Jefe de Gobierno contestó al
descontento que generó el aumento a la tarifa con una propuesta de reforma a la
Ley de Cultura Cívica en el Distrito Federal, para castigar a quienes no pagan
el transporte público y se saltaban las barras del Metro en protesta. La
política de prohibición, simplemente no es la mejor herramienta para atender el
descontento ciudadano, más sin embargo, se llevó a cabo.
Después del golpe del boleto del Metro,
el mandatario asestó uno más a su historial: relanzó el programa Hoy No Circula y limitó la circulación
de los fines de semana, sólo para autos nuevos. Este hecho, no solamente
impacto a la ciudadanía común, también afecto a los pequeños comerciantes de la
capital de la República.
La falta de sensibilidad social y
política, fue evidente, el gobierno capitalino, día tras día empezaba a
alejarse de la ciudadanía.
Y un hecho que llamo mucho la atención,
fue que la Reforma Política del Distrito Federal, era el eslabón que estaba
poniendo de rodillas a la administración de Miguel Ángel Mancera.
En el mes de abril, la reforma política
para el Distrito Federal se aprobó en la Cámara de Senadores, lo cual implica
la creación de una Constitución política y un congreso local, estos cambios se
realizaran para dar una mayor autonomía a la Ciudad de México y la capital de
la República tenga un trato igualitario como las 31 entidades federativas.
La iniciativa aún deberá ser discutida y
aprobada en el pleno de la Cámara de Diputados y se espera que esta sea
aprobada en el primer periodo ordinario del Congreso de la Unión.
En el caso de que los diputados realicen
cambios a la reforma enviada por el Senado, los legisladores de la Cámara Alta
tendrán que discutir y aprobar las modificaciones.
La Reforma Política confiere al Distrito
Federal, plena y total personalidad jurídica con autonomía de gestión, un
Congreso local, y 16 alcaldes en sustitución de las figuras de las y los
actuales jefes delegacionales.
Debe recordarse, que por la falta de una
constitución propia, el Distrito Federal, no tienen derecho ni acceso a fondos
federales que sí son otorgados al resto de las entidades; pero mientras, deben
sufragar los gastos que implica ser la capital de la República y albergar
instalaciones de los tres poderes de la Unión, embajadas y un número importante
de edificios públicos con los impactos que ello amerita en dotación de
servicios como transporte; recolección de basura, energía eléctrica y abasto de
agua, entre otros.
Una prioridad para la Cámara de Diputados
del presente periodo, es culminar con dicho proceso; sin embargo, aún no se
puede cantar victoria y este hecho tiene atornillados a Miguel Ángel Mancera y
su grupo de colaboradores.
El mayor riesgo es que la
reforma se quedé paralizada en la Cámara de Diputados y no sea aprobada en
la recta final del periodo ordinario de sesiones que termina el 30 de abril,
esto provocaría serias dificultades y colocaría a la Reforma Política del
Distrito Federal en el limbo.
Con la Reforma Política del Distrito
Federal se podría alcanzar los siguientes cambios:
El Distrito Federal cambiará su nombre
a Ciudad de México, convirtiéndose en la entidad federal número 32 y se
mantendrá como la capital del país.
La Ciudad de México deberá tener su
primera Constitución Política a más tardar el 31 de enero de 2017.
Se elimina la figura jurídica de las
delegaciones políticas y crea las demarcaciones territoriales de la Ciudad de
México, que serán encabezadas por un alcalde.
La Asamblea Legislativa desaparecerá para
convertirse en un Congreso local, por lo que adquirirá la facultad para aprobar
o rechazar reformas constitucionales, como el resto de los congresos estatales.
La Ciudad de México estará obligada a
vigilar los recursos federales que se ejerzan o administran en las
demarcaciones territoriales.
La Ciudad de México tendrá una autonomía
inédita, debido a que el Gobierno Federal mantendrá la responsabilidad del
financiamiento a la educación y a los servicios de salud.
El Ministerio Público de la Federación se
organizará en una Fiscalía General de la República como órgano público y
autónomo.
Los nombramientos del Procurador de
Justicia y jefe de Policía serán hechos por el jefe de Gobierno y ya no por el
presidente de la República.
La Ciudad de México tendrá con un Sistema
Nacional de Información Estadística y Geográfica, cuyos datos serán
considerados oficiales.
En la Ciudad de México, los salarios no
podrán ser inferiores al mínimo para los trabajadores en general respecto a las
entidades federativas.
Para la creación de la Constitución de la
Ciudad de México será necesario tener una Asamblea Constituyente que será
elegida mediante el voto el primer domingo de junio de 2016 y se instalará el
15 de septiembre del mismo año.
La reforma también contempla que, a
diferencia de los estados, el gobierno federal mantendrá la
responsabilidad del financiamiento a la educación y servicios de salud.
Como podrá apreciarse, diversos factores
han influido para la debacle del PRD y la imagen de Mancera Espinosa. La
Reforma Política del Distrito Federal podría ser el camino que lograría generar
mayores condiciones de popularidad y mejorar sustancialmente el perfil del Jefe
de Gobierno. Pero mantenerse atrincherado en esa única posibilidad de recuperar
prestigio e imagen, es un verdadero hándicap.
¿Y qué se debe
hacer para revertir esta historia?, pues la respuesta está en Mancera y sus
más cercanos colaboradores. El Gobierno del Distrito Federal deberá dar un paso
trascendental si desean colocarlo en la carrera presidencial. Para poder seguir
siendo aspirante no le van a servir la realización de obras faraónicas, ni la
realización de espectáculos de primer nivel, ni la creación de corredores
turísticos ni el embellecimiento de la Ciudad. Quizá la Reforma Política podría
provocar el efecto deseado, pero depender de ello sería una locura.
La Ciudadanía requiere acciones concretas
que le permitan atender sus necesidades y requerimientos básicos, como es
empleo, educación, salud, desarrollo social y humano.
La Ciudad de México, es un espacio donde
sus propios habitantes desean ser parte integrante de su desarrollo y
crecimiento, no quieren quedar fuera de los programas y proyectos y tampoco
desean ser ignorados en la toma de decisiones de su calle, manzana, colonia,
unidad habitacional, barrio o población, los ciudadanos quieren participar y
ver recorriendo las calles y solucionando los problemas más sensibles al Jefe
del Distrito Federal.
No basta con disponer de un área de
Comunicación social que aproveche de manera plena las redes sociales y difunda
los éxitos que el Gobierno de la Ciudad ha obtenido. Se requiere que Miguel Ángel
Mancera, camine por la Ciudad de México y si es posible con los empresarios e
inversionistas, para que cada delegación pueda disponer de alternativas reales
de crecimiento y desarrollo.
Se requiere que Miguel Ángel Mancera,
conozca de manera plena las necesidades y requerimientos de la población, se
necesita que sea el Jefe de Gobierno del Distrito Federal quién escuche a la
población y actué de manera oportuna en dar respuesta inmediata a las necesidades
básicas de la ciudadanía.
Se necesita un Jefe de Gobierno que
coadyuve para que los pequeños comerciantes, mediano y grandes empresas; así
como emprendedores y profesionistas deseosos de disponer el respaldo del
Gobierno del Distrito Federal los atienda, los apoye y los oriente en la consecución de sus
ilusiones y esperanzas. Miguel Ángel Mancera tiene el reto de estar cercano a la gente y de caminar con la gente.
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