La suspensión de los programas
sociales, por parte del Gobierno del Distrito Federal, es un paso muy
importante para contribuir al principio de equidad, legalidad y legitimidad de los
resultados electorales que habrán de presentarse después del 7 de Junio. Es una
medida que contribuye a que la democracia en la ciudad se fortalezca y se consolide.
Es una acción que debe incidir positivamente en el electorado e inhibir a todos
aquellos que utilizan los programas sociales como bandera para comprar la
conciencia de los ciudadanos.
El gobierno de la ciudad y las
16 delegaciones acordaron con el Instituto Electoral del Distrito Federal
(IEDF) la suspensión de los programas sociales entre el 18 de mayo y el 7 de
junio, para evitar que sean utilizados con fines electorales. Los únicos
programas cuya aplicación seguirán operando serán los alimenticios a menores y
a grupos vulnerables como los desayunos escolares y comedores.
Asimismo, otro elemento de
gran importancia es que el GDF y las 16 delegaciones se comprometen a que en
estos 21 días no se inscribirá a nuevos beneficiarios a los programas sociales
ni se crearán nuevos padrones.
Como podrá apreciarse, esta
medida muestra la voluntad política y los deseos de transparencia del
responsable del Gobierno del Distrito Federal.
Ahora, la pregunta está en el
sentido, de que sí el Gobierno del Estado de México, tiene la capacidad
política de asumir una acción de la misma magnitud que está llevando a cabo el
Distrito Federal. Y como dicen en el barrio, a ver Eruviel, te toca a ti,
échate ese trompo a la uña.
Y los que en verdad lanzaron
ajos y cebollas, por esta medida democrática fueron los perredistas del
Distrito Federal, los cuales ahora responsabilizaron a Morena y a su líder, Andrés Manuel López
Obrador, de que millones de personas se queden sin
recibir los beneficios de los mismos durante las próximas semanas.
En conferencia de prensa,
exigieron a López Obrador, Martí Batres y Ricardo Monreal hacerse cargo de las
repercusiones económicas que dicha medida traerá consigo entre los grupos
sociales más necesitados a los que llegan dichos programas, pues su ambición
política y su postura de oponerse sistemáticamente a todo pone en riesgo lo
logrado por el gobierno de la ciudad en materia social, y que desafortunadamente
los ciudadanos serán lo que paguen los platos rotos.
La democracia y el juego
limpio duelen invariablemente, simplemente pone de cabeza a los jugadores
políticos que están acostumbrados a participar en un proceso electoral con las cartas marcadas, veremos si estos
políticos que ahora se quejan amargamente, tienen la capacidad de competir de
manera leal en un piso parejo para todos.
El Gobierno del Distrito
Federal, da muestra clara de querer seguir siendo un ejemplo, para las 31
entidades federativas y asume una responsabilidad democrática Rumbo al 7 de
Junio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario