viernes, 11 de diciembre de 2020

Una alianza sin visión de cambio y transformación, jamás será una alianza estratégica a favor del pueblo.

 


Que no quieran vendernos espejitos los partidos políticos de oposición, tal como acontece con la megalianza que vienen construyendo para vencer a Morena en las próximas elecciones de 2021. La alianza o coalición que han tejido  no lo hacen por desear un cambio o transformación, lo hacen por el deseo de mantener sus privilegios y sus negocios turbios que construyeron a través de varias décadas.

Esas alianzas mezquinas confirman el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la “mafia del poder” se une para acabar con un proyecto de nación.

Es así como la alianza entre el PRI, PAN y PRD, para formar una coalición de cara a los próximos comicios, muestra con claridad que lo que menos les interesa es la población, sino sus intereses particulares, espacios de representación que les permita mantenerse en la escena política y buscar presionar para obtener ventajas y privilegios para ellos mismos.

Es así como el discurso de López Obrador sobre las intenciones de los “emisarios del pasado” de retomar el poder, cobra sentido.

Ni con los recursos mediáticos y económicos que podría tener o conseguir ese acuerdo de muchos partidos políticos, la campaña podría convertirse en un rechazo de la población, lo que daría lugar a ser un bumerán en contra de la propia alianza partidista.

Tampoco podemos señalar que una alianza de este tipo estaría destinada al fracaso, pero ser considerada como sinónimo de éxito, sería pensar en un optimismo bastante descabellado. El electorado en estos tiempos, ya no suele comprar espejitos.

Ahora bien, quien piensa que las condiciones actuales derivadas de la crisis sanitaria y económica por el parón de actividades de diversos sectores, fortalecer al sistema de partidos en el país, provocando que la oposición se fortalezca, puesto que vive un momento problemático el Ejecutivo y su gobierno, sería un grave error. Los otros datos que tenemos, nos indica que a pesar de los pesares México avanza.

Un problema grave que presenta la oposición es que su estrategia de bloquear, denunciar y hacer presión junto con sus aliados económicos empresariales, ha dado al traste a su credibilidad. La oposición no encuentra el camino, no ha logrado ofrecer un discurso atractivo, no ha entendido el mensaje que fue depositado en las urnas el pasado 1 de Julio del 2018, donde la ciudadanía expresaba con claridad y contundencia el cambio de Rumbo.

La oposición no ha logrado ser atractivo, no han encontrado el talón de Aquiles de López Obrador, se han mantenido en un discurso y una acción de confrontación más no de transformación, han sido tan predecibles en cuanto a no querer perder sus privilegios y negocios que por años fueron construyeron a costa de la pobreza de millones de mexicanos, siguen pensando que tienen el poder en un México de renovación.

Los partidos opositores, han perdido la oportunidad de recoger las demandas sociales, así como entender el nivel de deterioro en el que estaban los gobiernos anteriores, además de reconocer algunas acciones que ha hecho la actual administración, e incluso retomarlas y mejorarlas. Simplemente, su necedad y cinismo ha prevalecido ante una realidad distinta a la que tuvieron en años recientes, no logran comprender que la época de la abundancia quedo atrás para ellos.

Fomentar el diálogo y la reconciliación nacional entre los tres órdenes de gobiernos, para impulsar una salida de la crisis sanitara y económica es lo más aconsejable, pero la oposición se mantiene en la ceguera política que podría provocar su extinción. La población y los diversos sectores de la sociedad, saben a ciencia cierta que no hay retorno, que debe seguir avanzando la Cuarta Transformación y que aquellos que se queden atrás o aceleran el paso o invariablemente quedarán a merced del desierto y el olvido.

No hay comentarios: