miércoles, 18 de noviembre de 2020

Unidad en torno a un proyecto común, con el fin de sumar y multiplicar a favor del pueblo. El Pueblo pone, el pueblo quita...

 


No todo es cuestión de sumas y restas, en la política mexicana; también hay división y multiplicación.

Las cuentas alegres, generalmente, dan a conocer resultados favorables tomando como medidas aritméticas la suma y la multiplicación; sin embargo, las cuentas que no son alegres, consideran a la resta y la división.

Lo mismo ocurre, en el ánimo del electorado, no todo es sumar, tampoco es restar, mucho menos es dividir y quizá tampoco multiplicar, la verdad de las cosas, lo fundamental radica en la percepción política, económica y social en que vive y se desarrolla la gente. Todo lo demás es política ficción.

En la política mexicana, la aritmética que se desarrolla, es simple, pero para los analistas e investigadores es cada vez más complejo, todo depende de las variables que se pongan en consideración y como estas interactúan en la gente, en la ciudadanía, en cada uno de los compatriotas.

En la política mexicana, lo primero es sumar, después multiplicar, una vez que ganan, dividir y por último restar, justo en ese orden.

Pero no olvidemos, que las encuestas patito, aquellas que se contratan a modo y aquellas que pretenden generar una percepción de que todo va viento en popa, más temprano que tarde se topan con una triste realidad, los resultados.

Es así como en Ecatepec, quienes están en el poder, dicen estar creciendo en los niveles de aceptación y preferencia de la gente, cuando en realidad, no caminan por las colonias, ni conjuntos urbanos, habitaciones o fraccionamientos, barrios y pueblos por temor a los reclamos de la gente.

Desde los responsables de la administración pública municipal, hasta los mismos representantes populares federales y locales, buscan afanosamente realizar eventos a modo, para evitar que la ciudadanía tome el micrófono y exprese con claridad su malestar, enojo y hartazgo ante los magros resultados que informan en sus respectivos informes de actividades, o labores. Quién teme al pueblo, sabe a ciencia cierta que no ha cumplido con cabalidad a la confianza que la propia población deposito en dichos personas, ya sea mujeres o hombres, nadie se escapa del escrutinio de la población.

Pero ojo, hay nuevos rostros, nuevos perfiles, nuevos protagonistas que están generando expectativas a través de un trabajo constante, permanente, solidario y armónico, que empiezan a crecer como el espuma en las encuestas reales de las propias comunidades, no en esas encuestas que a “modo” realizan los políticos.

Esos nuevos personajes, tanto de “Experiencia” como “jóvenes”, están marcando una nueva ruta que preocupa a propios y extraños, más propios que extraños, ya que la ciudadanía sabe bien y conoce bien a quienes han dedicado su tiempo y su consideración para abrir espacios de dialogo, entendimiento, trabajo en equipo que permita atender de manera conjunta las necesidades básicas de la población que se encuentra en su propio entorno. La ciudadania, conoce muy bien y brinda un voto de confianza por su labor, constancia y consistencia en seguir apoyando y generando condiciones favorables a un proyecto común, que es la Cuarta Transformación.

En cuanto a los deseos de los Diputados Federales, Locales y Presidentes Municipales de pretender reelegirse, pues la verdad de las cosas, ningun dirigente de morena tiene la facultad de brindarles ningun tipo de derecho para hacerlo, ese derecho le corresponde únicamente a la población. Que a nadie se le olvide, que “el pueblo pone y el pueblo quita”, quienes pretendan estar en contra de ese derecho del pueblo y arriban a una reelección sin que la ciudadanía, militantes y simpatizantes haya estado de acuerdo, pagaran muy caro su desdén en las urnas electorales.


Por lo anterior, hay que sumar, multiplicar y dejar atrás esos deseos de dividir y restar, si en verdad deseamos el cambio verdadero y la transformación de México, no queda de otra que sumar y multiplicar y si es posible ser exponenciales y buscar el infinito y más allá.   

¿Por qué, lo primero es sumar?.

En una sociedad plural llena de conflictos de intereses y de visiones del mundo, necesitamos la política para poder convivir y cooperar en paz, justicia y libertad. En México, como en el mundo entero, no hay instituciones políticas perfectas, que sean capaces de resolver las diferentes contradicciones que emanan en la búsqueda de la satisfacción de todos.

Cada ciudadano, cada familia, cada comunidad, cada región, cada estado y por ende a nivel nacional, existen y persisten múltiples problemas, necesidades y requerimientos que la propia ciudadanía demanda y exige atención.

Aunque se presentarán resultados favorables para cada demanda y solicitud ciudadana o comunal, sería insuficiente para resolver todos nuestros problemas, ni para cambiar la naturaleza humana que los causa. Llegaría el momento que el equilibrio, se rompe y una vez más surge la exigencia humana por otras demandas, que se generan por el propia avance de la propia humanidad en el tiempo y en el espacio. Bajo tal visión, siempre habrá problemáticas y necesidades que la sociedad demandará solución, lo fundamental radica que esos problemas y esas necesidades, se resuelvan de manera plena, independientemente, que vuelvan a surgir otras más.

Y hay que aceptar de manera inevitable, que en política los problemas nunca tienen solución, como los tiene un problema matemático. A través de la historia de la humanidad, los problemas políticos se superan mediante el compromiso entre las partes, que ceden hasta encontrar un punto de acuerdo, renunciando a parte de sus condiciones iníciales.

Estos arreglos, convenios, acuerdos son siempre insatisfactorios, quizá para ambas partes que buscan encauzar por buen camino los problemas y serán sujetos a revisión en conformidad a los resultados que se obtengan, quizá se puedan resolver solo algunos de los problemas, y quedan otros latentes. Lo fundamental, radica que es preciso proteger todo aquello que constituya el marco común, para garantizar el mínimo de estabilidad necesario para la vida social y las mejoras progresistas.

Bajo estos términos, la política mexicana que pretende alcanzar el “éxito”, exige la disposición y el empeño por sumar, ya sea personas, grupos, ideas, o perspectivas en un proyecto común. Es encontrar lo que realmente nos une, nos identifica, nos genera empatía y permite trabajar de manera conjunta por un fin común.

La coincidencia y la propia empatía que se genere en torno a la unidad, da lugar a sumar esfuerzos y voluntades, con el fin de poder buscar soluciones creativas mutuamente beneficiosas, crear instituciones que den voz a todos, escuchar las razones ajenas, respetar las sensibilidades, crear lazos y tender puentes de entendimiento, de cooperación, participación y desarrollo.

Y no podemos negar, que la política también tiene su parte inevitable de lucha por el poder, de pulso de fuerzas, de contraste de ideas, de diferencias irreconciliables, de decisión por mayoría simple. Lo que debe ser superado por el consenso, por el respeto, por la apertura y sobre todo por la confianza.

Es así como, el sumar, en vez de restar o dividir, pensando en el bien común a largo plazo, da lugar a que se generen condiciones favorables de desarrollo de las personas y de las instituciones básicas como la familia, las comunidades  y la población.

Bajo tal premisa, la política mexicana debe enfocar con mayor rigor sus baterías en promover y fomentar la suma entre los individuos, comunidades y pueblos, con el fin de avanzar de manera conjunta en resolver las diversas problemáticas, necesidades y requerimientos que demanda y padece la población.

Quienes pretendan sumar esfuerzos y voluntades solo a un fin personal, de grupo, corriente o corporativo, lo que realmente, se esta haciendo es restar y dividir, jamás lograrán sumar.

Quienes suman a favor de un Proyecto Común y lo hacen de manera eficiente, lo que realmente logran es avanzar al siguiente paso que es multiplicar los esfuerzos y las voluntades a favor de todos.

Apostar por “Otros modos de hacer política”

No todo es política ficción, ni arreglos cúpulares, ni dedazos, cargadas y tapados. Esos tiempos han quedado a tras y deben ser depositados en el “basurero de la historia”.

La cuarta transformación, no invita a reinventar a la política y hacerla parte de la propia sociedad, donde la participación ciudadana sea una tarea cotidiana que permita su organización, estructura y fortalecimiento en la toma de decisiones, tanto comunal, regional, estatal y nacional.

En la política actual, aún se perciben acciones como las siguientes:

El divisionismo como recurso artificial, es una forma de dividir para acumular poder. En nuestro país, así como muchos más, sufrimos muchas tensiones artificialmente explotadas por los partidos, entre derecha e izquierda, arriba y abajo, nuevos y viejos, de aquí o de allá o en cuanto a paridad de género, donde la “igualdad” queda al margen. Estas acciones o posturas casi siempre, buscan dividir y jamás pretenden sumar.

En cuanto a los políticos déspotas, quien cree que se puede decidir lo que conviene a todos desde arriba y/o de modo puramente tecnocrático, sin contar con la participación ciudadana, también de quienes están en minoría y de quienes tienen una posición marginal por otras razones (los descartados). Los extremos, generalmente son conflictivos. Si vemos a nuestro alrededor, lograremos darnos cuenta de que existen y siguen pensando que su palabra es “ley”, pues no en la Cuarta Transformación, nadie marca línea, al contrario el pueblo es el que marca el camino a seguir para solucionar los problemas reales de la sociedad.

Por lo que se refiere a los políticos fundamentalistas, que busca imponer las propias ideas o aspirar a que todas se vean hechas realidad a través de la política. Es preciso proponer y convencer, hasta lograr mayorías, aunque eso no se logra sólo mediante el diálogo racional. También hay que aceptar que las mismas ideas básicas se pueden llevar adelante con diversidad de estrategias, muchas veces incluso compatibles entre sí y hasta complementarias. Nada es absoluto, todo es relativo.

Los Políticos testimoniales o de teatro, hacen política con complejo de víctima, o buscan directamente ser “mártires” porque la sociedad no comparte nuestros valores, no aporta nada constructivo, y puede reducir la imaginación para crear las condiciones para lograr avances positivos.

Sin lugar a dudas, en la política actual, ya no es conveniente la política ficción, hoy se vuelve urgente la Política de la Cuarta Transformación, donde el objetivo de es cambiar al país, transformarlo con cambio verdadero y este hecho es loable.

Y definitivamente, lograr la Transformación a través de la Cuarta Transformación no es una pretensión, es un propósito. Si se logra, será para el beneficio de los mexicanos y del país.

Por lo anterior, sumar, multiplicar es tarea de la propia sociedad, y morena en estos momentos, debe demostrarse así mismo, que esta institución política, no es solo de un hombre, es de un gran número de mujeres y hombres que desean la Transformación del país en beneficio de todos.

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