jueves, 16 de julio de 2020

Morena ante la gran responsabilidad de mejorar lo alcanzado en el 2018 en el Estado de México.

La apuesta es clara para los partidos de oposición que aún no encuentran el camino para regresar por sus fueros. Fijan de manera muy particular su atención en las elecciones a las presidencias municipales, donde se espera que la batalla sea de poder a poder.
El mapa político del Estado de México, podría significar dos caminos, regresar al pasado de la concertación y alianzas entre los partidos tradicionales y por ende de la corrupción y los privilegios o que morena se convierta en una aplanadora que permita romper con esquemas caducos de hacer gobierno.
Los partidos tradicionales, colocan su apuesta en el hecho de que en esta ocasión, el tsunami “Obrador”, no estará en las boletas electorales, ni tampoco estará en las fotos de candidatos morenistas, ni mucho menos podrá estar presente apoyando a los candidatos en las principales plazas municipales de la entidad. Sin lugar a dudas, López Obrador estará al margen del proceso electoral del 2021, ya que su congruencia política y profesional es total y tendrá que ver la batalla de sus “muchachos” a sana distancia siguiendo con mucho intereses y con lupa que los procesos electorales se realicen con total transparencia y la ciudadanía participe en una fiesta democrática sin precedentes.
Andrés Manuel López Obrador, en estos momentos se encuentra con un alto nivel de aprobación, que preocupa y ocupa a la oposición. Los diversos llamados de la oposición de generar una coalición entre los partidos tradicionales, dan lugar a que saben que ir solos a una elección en estos momentos contra morena es una apuesta de alto riesgo, sus posibilidades son mínimas y significa un suicidio político, solo a través de una alianza entre la oposición es factible lograr resultados que les permita mantenerse en la competencia electoral.
Quizá el talón de Aquiles del movimiento regeneración nacional, es que diversas presidencias municipales que representa en en Estado de México, sus resultados no han sido los esperados y los avances han sido mínimos, existe malestar, enojo y hasta repudio en torno a diversos alcaldes que se han dedicado a todo menos a gobernar con excelencia y aunado a la crisis sanitaría y económica  la situación se ha vuelto complicada.
Sin embargo, a pesar de los pesares, los mexiquenses mantienen la esperanza y el deseo de que se redoblen los esfuerzos para lograr que el Proyecto Alternativo de Nación y la Cuarta Transformación siga adelante, se consolide y llegue a buen puerto.
Morena, puede lograr mantener la supremacía en la entidad mexiquense y convertirse en una aplanadora, debilitando por completo cualquier intento del PRI y de la propia oposición de mantener al tricolor en el 2023, año del cambio de la Gubernatura. Si la ciudadanía así lo determina, morena estaría prácticamente en plena recta final, para lograr romper la resistencia en una plaza donde el Revolucionario Institucional se ha mantenido a lo largo de 90 años.
Pero para lograr tal objetivo, el movimiento – partido debe impulsar a candidatos que porten con orgullo y compromiso la camiseta de morena, se distingan por ser protagonistas del cambio verdadero y que respeten a capa y espada los principios, los documentos básicos y el proyecto alternativo de nación de manera plena.
Ni oportunistas, ni trepadores, trapecistas, ni acomodaticios, ni corruptos, pueden ser viables que representen a morena, ya que pondría en graves aprietos la continuidad y consolidación del proyecto alternativo de nación y la cuarta transformación.

Como puede apreciarse, morena, no puede ni debe temer al hecho de convertirse en una aplanadora en el Estado de México, al contrario, si realmente desea la transformación de la vida pública será indispensable que el movimiento – partido domine de principio a fin las próximas elecciones, con candidatos que realmente generen las condiciones necesarias de transformación, bienestar y progreso social que demanda la población.

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