La encuesta dada a conocer por El Financiero, nos muestra que AMLO aún mantiene un nivel aceptable de aprobación, mientras que los Diputados Federales de morena las cosas son muy diferentes.
De acuerdo a los
resultados que da a conocer El Financiero de su encuesta nacional telefónica realizada
a 820 adultos en el mes de marzo, se puede observar lo siguiente:
La imagen de los partidos
políticos sigue por los suelos, sobre todo del PAN, PRI y PRD, que simplemente
siguen en picada. En cuanto a morena, aún se encuentra en niveles aceptables,
pero muy lejos a la que había logrado a fines del 2018.
En el rubro de imagen
positiva, morena sigue encabezando ese rubro, mientras que PRI, PAN y PRD mantienen
niveles de desaprobación muy alto.
En el caso de morena,
a nadie debe de sorprender, morena no es Obrador y eso se sabe muy bien. Los
niveles de preferencia en AMLO alcanzan un 60 por ciento. El Presidente de la
República día a día ha mostrado a propios y extraños su gran deseo de sacar
adelante a México, de transformarlo y llevar al país por la senda de la cuarta
transformación.
Mientras que la
oposición siguen en el limbo político, cada quién buscando posicionarse de
acuerdo a sus limitaciones, errores y desaciertos.
En el caso específico
de morena, la inmovilidad y falta de organización real, así como el retraso a
las acciones de generar un partido que consolide la cuarta transformación, ha
dado lugar a que poco a poco la preferencia electoral siga decayendo.
Quizá no a la medida
que se expone en una encuesta de opinión, pero si en cuanto a su poca
participación que se tienen en las comunidades.
Morena, en estos
momentos, no es ni siquiera aquella caricatura de lo que fue, esta cada día más
alejada de la ciudadanía y sus esfuerzos por conjuntar esfuerzos y voluntades,
solo lo realiza con los mismos de siempre, que ni pichan, ni cachan ni dejan batear.
Morena ha bajado
dramáticamente en las preferencias de los ciudadanos.
Revertir esta
tendencia negativa es posible, pero hay que hacer cambios sustanciales, es necesaria
la presencia de nuevos liderazgos que tengan la capacidad de asumir
responsabilidades y compromisos, que no sean dependientes y estén estrechamente
caminando con la base militante y la ciudadanía, deben ser liderazgos que estén
estrechamente vinculados con la gente.
Los nuevos liderazgos
tendrán que enfrentar a quienes hoy ostentan el poder, esa batalla será cara a
cara y el ganador tendrá la gran responsabilidad de renacer al movimiento y
apartar a todos aquellos que solo buscan el poder.
En tiempos de
coronavirus y de crisis económicas, surgirán los nuevos liderazgos que tendrán
que demostrar en estos momentos de que están hechos.Fuente de los datos: Periodico El Financiero. Encuesta Nacional Telefónica.
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