A cinco años de su creación, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), deberá enfrentar la
elección de dirigente nacional y reestructurar la dirección ejecutiva y deberá
hacerse enfrentando todo aquel intento de grupos, corrientes y tribus que
desean generar divisiones, pugnas internas y enfrentamientos.
En MORENA todas y todos somos libres y tenemos derecho
a participar en cargos de dirección y de responsabilidad pública, pero no debe
olvidarse que debemos ser auténticos representantes populares, servidores del
pueblo y siervos de la nación.
El liderazgo no se encuentra en el número de incondicionales,
el liderazgo se logra a través de la empatía que se genera con la gente, con la
ciudadanía, con la población. En ese terreno muy pocos logran alcanzar el
liderazgo y muchos fracasan por su falta de sensibilidad política y social.
Quienes han participado como Protagonistas del Cambio Verdadero, saben a
ciencia cierta que la militancia y la ciudadanía, son gente con principios,
valores y ética que rechazaran cualquier intento de grupos corporativos.
Por eso, nada de politiquería, tenemos que impedir los
vicios en MORENA, los vicios de la política tradicional, esos
vicios que dieron a traste en la formación y consolidación de instituciones
políticas hermanas como el PRD, que ahora se encuentra en su propio proceso de
extinción.
Cuidar, entre todos, que no haya individualismo,
oportunismo, nepotismo, amiguismo, influyentismo, sectarismo, clientelismo y
ninguna de esas lacras de la política, es tarea de todos y todas.
El voto de un Gobernador, Presidente Municipal,
Diputado federal o local; así como, del propio Presidente de la República,
tiene el mismo valor de cualquier militante de morena, ya que en este
movimiento – partido, somos iguales.
Cada militante debe hacer valer su derecho a elegir. En
morena, nadie puede aceptar ninguna línea política, porque serían malos
militantes de MORENA si aceptarán ser súbditos, incondicionales,
subalternos o simplemente comparsas de dirigentes.
En este proceso de elección que se avecina para el
cambio de dirigencia nacional y la renovación de su dirección ejecutiva, se
manejan cuatro aspirantes que buscan dirigir los destinos del movimiento
regeneración nacional.
Esta elección de los morenistas marcará la dirección
política del partido político rumbo a la elección intermedia de 2021, en la
cual enfrentarán el reto de conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y
ganar más gubernaturas, además de perfilar la sucesión presidencial para 2024.
Por una parte, se encuentra, la Presidenta del Consejo
Nacional, encabezado por Bertha Luján.
Otra de las aspirantes es la actual Presidenta del
Comité Ejecutivo Nacional de morena, Yeidkol
Polevnsky, que busca su reelección.
También se maneja los nombres de Mario Delgado, que
busca la dirigencia nacional de Morena, a través del apoyo de los gobernadores
y diputados federales y locales del partido, aunque hay que decirlo con todas
sus letras, en morena la cargada, es cosa del pasado y quienes lo quieren
seguir haciendo, es que simplemente, añoran aquellos ayeres donde el dedazo
determinaba quién era el elegido de los dioses.
Hay que recordar a las nuevas generaciones de morena,
que “el dedazo”, “el destape”, “la
cargada” se incorporó al diccionario político, gracias al viejo priismo,
quienes acuñaron esa forma de hacer política, la “cargada” se define como la adhesión
en masa al candidato elegido desde lo más alto del poder, con la obligación de
observar disciplina partidaria y un apoyo incondicional que en ocasiones llega
al extremo de la ignominia.
Por muchos años al vencedor de la contienda interna
del PRI, una vez nominado el candidato, toda la clase política de ese partido
se volcaba a favor de aquél que traía la bendición del primer priista de la
nación.
Fue durante el gobierno de Miguel de la Madrid cuando
surge la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio
Muñoz Ledo, que exigió con argumentos una elección interna democrática del
candidato a la Presidencia de la República, sin embargo encontraron todas las
puertas cerradas menos la de su salida y dejaron al PRI.
Ahora, diversos actores políticos, pretenden que
morena siga ese camino, donde el “dedazo”, “el destape” y “la Cargada”,
determine quién será el indicado para llevar los designios de morena en los
próximos años.
Lo fundamental es que en el caso de morena, Andrés
Manuel López Obrador ha dicho de manera clara y contundente que tiene licencia
en Movimiento de Regeneración Nacional, por lo que no se va a meter al pleito
interno entre la presidenta nacional del partido.
López Obrador ha expresado que como titular del
Ejecutivo Federal no le corresponde intervenir en la grilla partidista, porque
debe representar a la nación y de lo contrario, actuaría de forma facciosa en
favor de un partido político.
Por otra parte, las
tareas que tiene Mario Delgado, como Coordinador del Grupo Parlamentario de
morena en la Cámara de Diputados es de vital importancia, por lo cual, deberá
de pensarlo muy bien, ya que lo que menos desean los militantes es que se siga
fomentando el “chapulineo”, los representantes populares deben entender y
predicar con el ejemplo de que deberán terminar su encargo, para eso pidieron
el voto del electorado.
Veremos que acontece, pero hay que señalarlo, la militancia
sigue impulsando y fomentando la unidad, solidaridad y el respeto, se esta
colocando por encima de viejas tendencias y viejos hábitos que pretenden
algunos mantener a toda costa. La militancia de morena sabrá expresar con
plenitud de que morena es una institución que esta acorde a la Cuarta
Transformación, al cambio verdadero y que la Revolución de las Conciencias esta
en marcha.
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