“A un hombre no se le puede
exigir Lealtad Incondicional si esta de por medio su honor y su dignidad, y creo
que en este caso ha faltado trato, y en política la cortesía y el trato nunca
sobran”, palabras expuestas por Ricardo Monreal.
Como bien lo decía, Reyes
Heroles, “seremos inflexibles en la defensa de las ideas, pero respetuosos en
las formas, pues en política, frecuentemente, la forma es fondo.”
Pero tal parece, que en esta vorágine
que existe en la política actual, principios básicos que deben de tenerse muy
en cuenta, son olvidados, ignorados y hasta cierto punto denigrado.
Ricardo Monreal, jefe
delegacional de Cuauhtémoc y aspirante a encabezar la coordinación territorial de
la CDMX, no solo exigió “transparencia” en cuanto a que se diera a conocer los
resultados de la encuesta, sino la metodología empleada, asimismo expreso que
debe existir parcialidad en los actores y miembros que tienen la responsabilidad
de llevar a buen puerto el proceso de selección de los Coordinadores
Organizacional, ya que él, considera y percibe que hay mano negra.
Esto despertó de inmediato una
oleada de reacciones y de rumores sobre su posible salida de Morena.
En conformidad a lo que ha
acontecido en este proceso interno de Coordinación territorial en la CDMX, Las
Comisiones de Encuestas y de Seguimiento de Morena detallaron que entre
el 19 y 20 de agosto pasado se entrevistaron a mil 311
personas en sus domicilios, mediante un muestreo aleatorio y proporcional
a la lista nominal en 110 secciones electorales.
Los resultados, revelan además
que 22.9 por ciento de los encuestados no vieron a ninguna de
las opciones como adecuada y 37.3 por ciento no
respondió o dijeron no conocer a los políticos de la encuesta.
Las Comisiones partidistas refirieron que el resultado
de dicho estudio fue presentado completo a los aspirantes el pasado
jueves 24 de agosto en el Hotel Benidorm, de la
colonia Roma.
Hay que señalar lo siguiente, la
verdadera riqueza de un país no la constituyen sus recursos naturales, ni su antigüedad,
ni la cantidad de habitantes con que dispone y su extensión territorial, sino
la constituyen sus hombres y mujeres que saben pensar, reflexionar, dialogar y
consensar, porque un país que no sabe pensar difícilmente saldrá de la pobreza
y la marginación; difícilmente podrán generar mejores condiciones de vida para
todos los habitantes, difícilmente lograrán fortalecer una nación de manera
unidad y con visión progresista.
El pensamiento, de acuerdo a
algunos autores, es la base del conocimiento, de la comprensión y de las ideas.
Un pueblo pensante que sabe dialogar, generalmente logra avanzar en la
consecución de sus principales metas como nación.
En este sentido, un Gobernante,
un partido político, un representante popular y un ciudadano que sean violentos,
impositivos, discriminatorios y segregarios no solo son malos gobernates, malos
partidos políticos, malos representantes populares y malos ciudadanos en
general, sino que también, son anti-políticos, porque la política no solo es la
conquista del poder sino el uso adecuado del mismo.
La política se inventó, se
originó, se creó para buscar el bien común. Cuando el bien común no se realiza
y solo se busca el bien personal o de un grupo específico, no se esta haciendo
política sino anti – política o impolítica.
En México, se tiene una idea errónea
que es la lucha del poder, grasso error, la lucha del poder para los
estudiosos, es una fase de la política, pero no lo es todo, de nada le sirve a
la comunidad la lucha por obtener cargos de elección y puestos públicos, si el
ejercicio del poder no se realiza buscando el bienestar común, esa es la
verdadera clave que distingue a un excelente político, su andar y sentido a
favor del bien común lo distingue; fuera del bien común por mucho éxito que se
tenga en la lucha por el poder, independientemente de la ideología que lo envuelva,
se esta cayendo invariablemente al anti-política o impolítica.
La política cuenta con una mala
fama ganada a pulso, lo que ha dado lugar a una creciente desconfianza en las
instituciones del Estado, esto se deriva a que se ha permitido separar la moral
y la ética de la política. Para acceder al Poder Político todo es valido y con
ello la instrumentación de un sistema permisorío para conquistar el poder y
para ejercerlo. Donde la moral y la ética se ven rebasadas por la política del
poder. La política se pervierte, se denigra, en tanto el bien común solo queda
en un slogan, dando lugar a que la política y los políticos se corrompan, se
conviertan en traidores, mientan y calumnien provocando el caos y generando un
sistema en decadencia en lo social y humano.
Por ello, es importante que lo
que ha acontecido en torno al Caso
Monreal, no se puede repetir, ni dejar espacio alguno para que se repita. Se
debe elevar los niveles de confiabilidad de quienes asumirán la decisión de
seleccionar y elegir a los futuros coordinadores organizacionales y deben tenerse
en cuenta que todo aquello que contribuya a fortalecer la equidad y la limpieza
de un proceso debe ser considerado y llevado a cabo, ya que lo que se juega el
próximo año no es una simple elección, es el futuro de México.
Por lo anterior, transparencia,
honorabilidad, sensibilidad política y responsabilidad política de primer nivel
debe prevalecer de todos aquellos que organizan y participan.
Hay que actuar con mayor
inteligencia y operación política, donde todos los participantes y quienes
habrán de elegir y votar merecen respeto.
La sombras de la duda deben
desvanecerse y tampoco debe existir jueces y partes en el proceso, quienes estén
en ese escenario, lo más confortable y cordial es que renuncie a ser Consejero
para el proceso en general o se mantenga como Registrado a una coordinación
organizacional, pero nadie puede estar como juez y parte. Levantemos el nivel
de confiabilidad con actos sublimes.
Actuemos en conformidad a lo
que establece nuestros principios básicos de morena: No Mentir, No Robar y No
Traicionar…..
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