Se encienden las alarmas en el horizonte morena, debido a que
los aspirantes a un espacio como coordinador organizacional no alcanzan a
dimensionar el papel transcendental que significa ser el responsable de los
trabajos en los diferentes distritos locales y federales.
No es cuestión de puestos ni de cargos, ni mucho menos de
obtener la venía para organizar, planificar y dirigir los destinos de los
próximos procesos electorales.
Lo que realmente esta en juego son tres factores importantes:
Primero. Credibilidad en cuanto
al proceso de registro, selección y elección de los aspirantes a Coordinación
Organizacional.
Segundo. Llegar a consensos que
incidan favorablemente a seleccionar al mejor hombre o mujer. En caso necesario
ir a Encuesta donde prevalezca el Juego Limpio. Donde las propuestas y
proyectos sean el elemento central que permita a propios y extraños poder
valorar su voto a favor de cualquiera de los aspirantes.
Tercero. La consolidación e
integración de los morenistas en torno a los elegidos, quienes deberán trabajar
con una visión de inclusión, compromiso y esfuerzo cotidiano que permita
avanzar con paso firme Rumbo al 2018.
La tarea no es sencilla, depende de cada uno de los equipos que
se formen y consoliden en cada demarcación distrital o federal, sobre todo del
respaldo absoluto de militancia y simpatizantes para llevar a buen puerto la
labor de organización y crecimiento de morena.
Es indispensable pensar en morena, ya que lo que se avecina
permite determinar que no hay mañana después del 2018, es ahora o nunca. Pero,
también, se debe tomar en cuenta que los mejores hombres y mujeres, con una
visión plena de Transformar con cambio verdadero y respetando de manera convincente
los principios de no robar, no mentir y no traicionar deben estar al frente de
los trabajos y actividades que se desarrollen en los próximos meses.
Las probabilidades de que morena trascienda en el 2018 son
latentes, pero de igual forma existe indicadores que demuestran que el
movimiento regeneración nacional se pueda venir a bajo, si se rompe el esquema
que se ha venido implementando en los años recientes de que solo a través de
coordinadores honestos, responsables y con un historial de vida “impecable”,
puede ser el motor del éxito.
Hablar de historial “impecable”, no es otra cosa que ser una
persona que haya forjado su pasado y presente a través de una cultura del
esfuerzo, compromiso, responsabilidad y ética, que le ha permitido estar
considerado por propios y extraños como ciudadanos honestos que aporta, suma y
multiplica en el ámbito social, generando los mecanismos necesarios de
crecimiento y consolidación.
No podemos seguir pensando en posiciones de grupos o intereses personales,
es hora de pensar en un movimiento que esta a las puertas de conquistar el
mayor logro de ganar la Presidencia de la República, sin violencia, sin denostaciones
y sobre todo respetando los procedimientos y las reglas de juego limpio y cordialidad
entre los militantes.
Veremos que sucede y si el nivel de compromiso de todos los
aspirantes esta a la altura de morena, pero la regla básica es contribuir a
fortalecer al instituto político y predicar con el ejemplo en materia de solidaridad,
confianza, inteligencia, innovación y creatividad en su actuar y proceder.
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