A tres
años de distancia en que Enrique Peña Nieto asumiera la Presidencia de la
Republica y firmará el Pacto por México con Acción Nacional y la Revolución Democrática,
todos supondrían que fue un inicio espectacular y que las riendas y el control
eran plenas en torno al inquilino de los Pinos.
Aunado a
lo anterior, la salida de Andrés Manuel López Obrador y el inicio del
Movimiento Regeneración Nacional para decidir si buscaba ser partido político o
movimiento social, presagiaba un camino de enormes retos para los morenistas
que habían determinado seguir un camino Transformar a México con Cambio
Verdadero.
A tres
años de distancia, Enrique Peña Nieto, a pesar de que logro imponer las
Reformas Estructurales en el país, los resultados que ha obtenido son
verdaderamente, desalentadores. Tienen en sus manos una Reforma Estructural que
simplemente no funciona y el tiempo de las promesas y de los beneficios están llegando
a su final, provocando que los niveles de aceptación y aprobación sea muy bajos
en comparación a los ex – presidentes, de acuerdo a lo que publica el Periódico
Reforma.
Mientras
que los partidos políticos, que participaron en torno al Pacto por México, cada
uno de ellos siguen padeciendo graves consecuencias de esa decisión y los
resultados que esperaban por esa acción patriótica, los tiene el abismo de su
desaparición.
En cuanto
al PRD, las elecciones del 7 de Junio, fueron para el Sol Azteca la primera
oleada de lo que sembraron sus altos dirigentes, principalmente los “chuchos”, jamás
el nivel de preferencia electoral de este partido político se había diluido de manera
dramática y sus expectativas Rumbo al
2018 muestran que será un camino difícil de recorrer. Su adhesión al Pacto por
México, así como sus graves errores políticos y de contubernio con la actual
administración le están costando un enorme costo político.
Mientras
que el PAN, que había sustentado el poder por dos períodos consecutivos,
arribaba a finales del 2012 con una derrota presidencial que lo colocaban como un
partido perdedor, sus gobiernos deficientes y de terror, provocaron que México
les diera la espalda, prácticamente colocándolos en el tercer lugar en las
preferencias electorales de ese año. Su
única oportunidad de poder levantar, era la firma del Pacto por México y mantener
una cercanía con el nuevo Gobierno pretendiendo recibir un trato justo y
buscando que aquello que no pudieron lograr sacar adelante en los sexenios de
Fox y Calderón, se cristalizarán con Peña Nieto para poder presumir, que fueron
propuestas del PAN. Y así lo hicieron, varias propuestas dentro del pacto eran
de corte panista, pero los resultados no se ven, ni percibe la ciudadanía, lo
que determino su caída de la escena política el pasado 7 de Junio, sobre todo
en el Distrito Federal y el Valle de México.
Por lo
que se refiere, al partido en el poder, el PRI creyó que la mesa estaba
servida, que la salida de Obrador del PRD sería su desaparición de la escena
política y que Morena, no tendría la capacidad de crecer y florecer ante la inexperiencia
de miles de simpatizantes que en torno de ese movimiento social pretendían
generar un nuevo partido político. La cúpula del PRI supuso que la firma del Pacto
por México y la adhesión del PAN y PRD, permitiría avanzar sin problemas. Sin embargo, el incremento de la violencia, la
falta de un acercamiento real con la gente y el desprecio de la consulta
ciudadana para que los ciudadanos pudieran avalar o no las reformas de gran interés
estratégico para la Nación, así como los excesos de los líderes del PRI, principalmente
en el Distrito Federal, como el caso de Ayozinapan, Tlatlaya, la Casa Blanca;
sin olvidar el incremento de la pobreza, la desigualdad, la falta de empleo y
la inestabilidad de los principales indicadores económicos y financieros, como
el incremento de los impuestos, colocaron al Revolucionario Institucional en
una crisis que se reflejó en los resultados del 7 de Junio. Es cierto que el
PRI logro mantener posiciones importantes en las pasadas elecciones, pero
también es cierto que mostró debilidad y desgaste político, el Revolucionario
Institucional sigue fuerte y mantiene el liderazgo entre los tres partidos que
firmaron el Pacto, pero el costo de que se siga prolongando los beneficios
concretos que se espera de la Reforma Estructural, le pueden significar al PRI
un derrumbe sin precedentes en los próximos tres años.
Por ello,
el PRI junto con el Gobierno de la Republica han procurado que la imagen
presidencial salga de escena para poder detener el deterioro en que Enrique
Peña Nieto alcanzo a mediados del 2015 y que Secretarios de Estado y líderes
del partido entren al quite, para proteger a su icono máximo que es la figura
presidencial. Pero aguas, muchos de ellos estarán pagando a corto plazo su
exposición exagerada por los medios de comunicación y los endebles resultados
que están obteniendo, pudiendo quedar fuera de la carrera presidencial, son los
casos de Videgaray, Beltrones, Nuño, Chong y Meade, Ruiz Massieu, Rosario
Robles, que en estos momentos muestran niveles de aprobación negativos.
Y en
estos tres años, quién regreso por sus fueros, fue Morena y López Obrador, que
mostraron en las elecciones del 7 de junio un pequeño botón de muestra de lo
que se espera que hagan en el 2016, 2017 y 2018.
Por una
parte, lograron obtener resultados favorables en la Capital de la República,
ganando cinco delegaciones y quedando en tres más cerca del triunfo, donde la
votación fue abundante para el Movimiento Regeneración Nacional, lograron la
mayoría en la Asamblea Legislativa y es el epicentro del Movimiento Regeneración
Nacional.
En cuanto
al Estado de México, los partidos ven con preocupación que un partido de nueva
creación entra de lleno en la lucha electoral y consigue posicionarse de manera
rápida en la consciencia ciudadana. Logra obtener un Municipio, Texcoco, pero
en Ecatepec, en la tierra del actual Gobernador, logra arrebatarle al PRI, PAN
y PRD más de 60 mil votos, la gran mayoría votos auténticos, puros de
conciencia ciudadana quedando en el tercer lugar y disputando de tú a tú el
segundo espacio con el PRD. Las alarmas de Atlacomulco y en Ecatepec están encendidas,
Texcoco, no es el problema, es Ecatepec y saben que es en ese espacio
territorial donde Morena puede alcanzar grandes expectativas de crecimiento
político y social.
Asimismo,
en otros estados, Morena logro mejores resultados que el propio PRD o cualquier
partido de izquierdo sobre todo al norte de la República Mexicana, donde el PRD
en más de 26 años no logró atraer la atención de la ciudadanía.
La
primera experiencia electoral de Morena, simplemente resulto ser de gran
importancia y en estos momentos se prepara para las elecciones que se avecinan
y su crecimiento preocupa y ocupa a los partidos políticos.
Es así
que a tres años de distancia en que Peña Nieto asumió el cargo de Presidente de
la República su nivel de aprobación en bajo, mientras que Morena ha logrado
brillar con luz propia y tiene amplias posibilidades de sobresalir en las
próximas elecciones electorales que se avecinan en el 2016, y que decir para
una de las batallas que se espera saque chispa que será en el estado de México
en el 2017, donde estará en juego más que una simple elección de Gobernador.
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