Indudablemente que Enrique Peña Nieto no tendrá una pista rápida, ni tampoco contará con una oposición fácil que le permita obtener el resultado que los militantes priistas desean con gran anhelo, la Presidencia de la República.
En esta pista, que ahora el candidato a la Presidencia de la República del Partido Revolucionario Institucional deberá contender, no se admiten errores, omisiones, dudas o inconsistencias; la presión será total y deberán aguantar todo tipo de estrategia que realicen sus principales contendientes, si desean cruzar en primer lugar el alambre de meta y obtener el triunfo.
Quienes habían considerado que Peña Nieto la tenía fácil en esta carrera Rumbo a la Presidencia, simplemente se equivocaron, por que cometieron un grave error de cálculo.
El principal problema Rumbo a la Presidencia de la República, no es el partido y quizá los contendientes, el principal problema es el propio candidato, que esta mostrando con todo su esplendor su falta de oficio político y técnico, y, rápidamente se esta convirtiendo en el talón de Aquiles del Revolucionario Institucional.
Y a pesar de los ajustes que se están realizando en el equipo de campaña del candidato del PRI, los resultados que se están obteniendo no son los más adecuados, simplemente por que el problema no se encuentra en el equipo de campaña, sino en el propio candidato que ha mostrado recientemente su alta vulnerabilidad al debate y al planteamiento de ideas, propuestas y acciones.
Y es ahí en donde, Peña Nieto tendrá que demostrar que no es un producto de la mercadotecnia, un producto de la publicidad, un producto del canal de las estrellas, por que será ahí en donde demuestre a propios y extraños que tiene lo necesario para poder ser Presidente de la República. Sin embargo, hasta el momento ha dado muestras inequívocas que no cuenta con el perfil necesario para competir por el mayor cargo del país.
Inexperiencia y falta de confianza fue lo que mostro en su toma de protesta, al utilizar un medio electrónico para decir unas cuantas palabras o su propio discurso, nos referimos al teleprompter, este hecho refleja la falta de oficio político del candidato.
Es así como, Peña Nieto, en estos momentos es el talón de Aquiles del PRI, y bajo presión y bajo los reflectores de los medios empezará a derretirse la imagen y figura del ex – gobernador del Estado de México.
Las alarmas están encendidas, por que el PRI podría pasar nuevamente el trago amargo del 2000 y 2006, ya que en esos dos períodos, el Revolucionario Institucional marchaba con las preferencias electorales con Francisco Labastida Ochoa y perdieron; Roberto Madrazo y perdieron; y ahora está Peña Nieto y la ventaja en las preferencias electorales ha disminuido que puede ser una caída libre hasta el tercer lugar, si no se detiene de manera inmediata y este hecho le corresponde solamente a Enrique Peña Nieto.
Y una figura que circunda el espacio priista y se vuelve cada vez como un modelo de candidato que el PRI no dispone en este momentos es Luis Donaldo Colosio, que ni Labastida Ochoa, Roberto Madrazo ni Peña Nieto han logrado igualar.
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