domingo, 3 de diciembre de 2017

“Pepito de los Cuentos” Meade Kuribreña, un candidato sin apoyo de la militancia.


 Gris evento y gris registro, fue lo que aconteció con José Antonio Meade este domingo al presentarse ante los huestes priistas que colmaron las instalaciones del PRI Nacional, pero sin brindar respaldo, sin causar entusiasmo y con gran recelo de los asistentes, que no logran conectar con el “Precandidato de la Línea” de los Pinos.
Meade Kuribreña, pudo comprobar en carne propia, que lograr la aceptación de la militancia del PRI, no es cuestión de “cuentos ni, cuentas alegres”, ya que el entusiasmo, la convicción, el anhelo, la esperanza y sobre todo la conexión con el precandidato, fue el principal ausente en el Registro del precandidato a la Presidencia de la República por el Revolucionario Institucional.
Ni dirigentes, ni militancia logran hacer esa conexión que les urge tener con el precandidato, es lo que parece ser la debacle del PRI, donde la pregunta es; ¿Dónde están los tecnócratas y políticos del PRI?. ¿Por Qué se debe de depender de un externo en un momento en donde el Revolucionario Institucional sigue en caída libre en la intensión del voto.
Hoy más que nunca, el PRI se encuentra al borde de su segunda derrota en los comicios a la Presidencia de la República, donde el fantasma de la división no es el problema, como ocurrió en el 2000 con Labastida Ochoa, ahora el problema es que el “elegido por los Pinos y los organismos Financieros y Económicos”, apuestan a un Tecnócrata que no es de aquí, ni de allá, provocando con ello el silencio y la desconfianza de la militancia en torno a su precandidato. Es un Nuevo Frente disfrazado, que entra en la escena política, sin el apoyo y la simpatía de la militancia priista de corazón de esa militancia que conoce su historia y que ahora se escribe una nueva historia de manera penosa y falta de visión.
Una regla básica que se le olvido al PRI, es que no basta hablar de unidad y generar de manera ficticia la Unidad en tono a un personaje. Es importante ante todo que ese Precandidato genere la confianza, pero como puede generar el respaldo, si no todo es labor institucional, también es indispensable la labor de partido. El fantasma de la indiferencia ronda en el sentir del priismo, quienes hoy observan con tristeza como el Revolucionario Institucional ha perdido la mística, el anhelo, la esperanza y la identidad.
Atrás quedaron esos momentos en donde, políticos de renombre y tecnócratas de primera línea participaban de manera importante por ser el sucesor a la Presidencia de la República. Aquellos tiempos de Luis Donaldo Colosio han quedado muy atrás, fue el momento cumbre del PRI en busca de resurgir después de una elección electoral donde el fantasma del Fraude cimbró a México.
Ahora, el PRI tiene que echar mano de un Tecnócrata que no surge ni del PRI y tampoco tiene clara presencia en Acción Nacional, simplemente, es un tecnócrata que busca arribar a la Presidencia, para mantener la tranquilidad de los inversionistas extranjeros y las instituciones financieras del exterior.
La mirada del priismo esta con los ojos perdidos en el horizonte, aún no les cae el veinte de cómo es posible de que tengan un precandidato externo que no representa la esencia del propio PRI.
Puede decirse, que aquellos que portaban las siglas de las diferentes confederaciones populares, campesinas, obreras y de petroleros, trabajadores al servicio del Estado, están conscientes de que su precandidato no es la persona que habrá de generar las condiciones para recuperar los espacios que sus propios compañeros han perdido en los años recientes; saben bien, que los próximos meses, una vez más el despido de trabajadores al servicio del Estado, petroleros, Comisión Federal de Electricidad y la falta de apoyo al campo, a la industria, al trabajador puede provocar que compañeros de décadas se queden sin empleo y con ello sin el sustento de su familia, para solo depender de las migajas que brinda un gobierno a través de los programas sociales.
Las cifras huecas de que la economía marcha viento en popa, no lo cree nadie, que este ha sido el sexenio del empleo y que México avanza para ser una potencia mundial, simplemente es una falacia. La verdad el PRI se encuentra en la encrucijada de ver que su partido se desdibuja como el PRD y que tiene que disponer de personajes que en nada contribuyen a renacer esa institución política.
El priismo sabe a ciencia cierta, que la pobreza y la marginación que ha prevalecido en las últimas décadas y que impactaron en vecinos y amigos, ahora puede ser una realidad en ellos mismos. La perdida del empleo y de la seguridad, apoyos y concesiones que anteriormente tenían se diluyen de manera rápida y en cualquier momento, pueden ser los siguientes que se encuentren en las filas de desempleo y en las listas de quienes reciben migajas para subsistir.

El PRI esta en debacle, sin esencia ni identidad, su militancia esta confundida y en espera que surja un milagro, pero ese milagro no depende de ellos mismo, ya que ni los ven, ni los escuchan.

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