Y ante un hecho, que es palpable y eminente, quién quiera tapar el
sol con un dedo, es que es cínico y no tiene vergüenza.
Para nadie que se diga ser priista, puede decir que el Nuevo PRI,
ha logrado generar un país de grandes transformaciones, al contrario, han
provocado que las instituciones que fueron diseñadas y creadas con esmero por
la militancia priista y las organizaciones sociales, patronales y
empresariales, ahora se encuentran en la ruina y por desaparecer.
César Camacho, al igual que un gran número de priistas que se
mantienen en los cargos legislativos y gubernamentales, han sido cómplices no
solo de derrumbar una historia de grandes logros realizados por mujeres y
hombres del Partido Revolucionario Institucional; además, han provocado la
desolación de un país y están cavando la tumba a un partido político que se
derrumba por sus errores y desaciertos, el Nuevo PRI es una caricatura mal
hecha del Viejo PRI.
La decisión de Armenta Mier, al firmar el Pacto por la Unidad de
México propuesto por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y Andrés
Manuel López Obrador sin presentar su renuncia al Partido Revolucionario
Institucional, ha generado no solo una oleada de criticas y respuestas dentro
del PRI, también, ha provocado que hombres y mujeres que conocen la historia
verdadera del PRI tengan conciencia de que su institución política esta al
borde del desastre y desaparición, porque hoy más que nunca, ha perdido el
control de las gubernaturas de los Estados, el saqueo y la corrupción ha sido
la constante de aquellas entidades que ha perdido el PRI en los recientes años.
El coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de
Diputados, César Camacho, indicó que “los priistas reprobaban la asistencia del
diputado al mitin del Morena al cual secundó con su firma en el pacto y
solicita que retire su firma del documento que suscribió y refrendar
públicamente su militancia y compromiso con nuestra
organización política”.
El diputado federal del PRI, Alejandro Armenta Mier, justificó
que haber firmado el acuerdo de unidad de Morena es un acto
congruente con los estatutos del tricolor que lo señalan como un partido “progresista
y democrático”; “no me voy del PRI”.
En rueda de prensa, aseguró que dicha decisión se la comunicó “oportunamente”
a su dirigente estatal, Jorge Estefan Chidiac, a quien desde su
perspectiva la dirigencia nacional del partido, “también lo han dejado solo”.
En ese sentido, reiteró su llamado al Comité Ejecutivo
Nacional (CEN) del PRI para que ejerza las funciones
que le corresponde en Puebla, con el objetivo de construir una oposición
objetiva con critica contundente, “no dejemos pasar la oportunidad de ser
oposición para encabezar las demandas ciudadanas”, sentenció.
Al confiar en que el PRI sea un partido
democrático, dijo no temer ser expulsado tras acudir a un acto proselitista de
otro partido político, “como militante de un partido ejerceré a plenitud mis
derechos y cumplo con mis obligaciones”,
Al referir el lema del general Miguel Negrete: “Patria
antes que Partido”, aseguró que seguirá siendo colosista, revolucionario y
priista, por lo que no precisó si contendería en el 2018, con las
siglas de Morena.
La presión que ahora el PRI ejerce en contra de Alejandro Armenta
a través de César Camacho, es un fiel indicativo de que las aguas empiezan a
enturbiarse al interior del PRI, un partido que en el ayer construyo
instituciones y ahora las destruye en aras de un México mejor. Sin embargo,
para millones de ciudadanos, el Nuevo PRI se ha alejado de los principios
básicos que le dieron origen y esta generando una desbandada que lo coloca al
borde de su destrucción, la corrupción, el cinismo y la falta de honestidad que
ha sido la constante en este sexenio de los Gobernadores y militantes esta
cambiando el sentido de pertenencia e identidad de quienes aún confían y se
encuentran en el Partido Revolucionario Institucional.
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