Hay
ciclos que se repiten y de una u otra forma, existen coincidencias que nos
indica que algo que ya se había vivido y se podrá revivir de manera
contundente.
Y
recordando lo acontecido en la Ciudad de México en 1997, cuando el Partido
Revolucionario Institucional, pierde el control de la capital de la República y
cede ese espacio de gran importancia política al Partido de la Revolución
Democrática, logrado por Cuauhtémoc Cárdenas, venciendo a Alfredo del Mazo
González.
En
el acontecer, de aquellos días los principales problemas que padecía la Ciudad
de México, era la inseguridad, la falta de empleo, el incremento de la pobreza,
la contaminación, la perdida del poder adquisitivo y el mal sabor de boca del
error de Diciembre.
En
aquellos ayeres, dos palabras básicas se escuchaban en los labios de lo
priistas, el “abandono” y el “engaño”, mucho del descontento se basó en dos
cuestiones: por una parte, la ineficacia de sus gestiones y peticiones ante las
autoridades gubernamentales durante los últimos años, aun cuando pertenecieran
a una organización priísta; por otro, los efectos de la inflación, el
desempleo, la inseguridad y el control de salarios. El priismo, en aquellos
ayeres se vio envuelta a la misma situación que miles y millones de habitantes
de la capital de la República, el descontento de las crisis recurrentes y los
errores en los programas y acciones gubernamentales, así como la perdida de una
entidad nacionalista y de los recursos públi9cos y naturales del país,
colocaban a la población en un descontento generalizado.
El
otorgamiento de algún apoyo específico por intermedio de los candidatos a los
integrantes de alguna organización vecinal o a un conjunto habitacional no
palió los efectos de esta situación, y aun cuando muchos de ellos continuasen
adscritos formalmente al PRI no era garantía de que lograran obtener un
beneficio concreto.
Los
problemas y carencias de muchos de los ciudadanos rebasaron con mucho las
posibilidades de los candidatos de revertir el sentimiento generalizado de
"abandono" o "engaño" expresado por ellos en múltiples
ocasiones.
El
deterioro de las condiciones generales de vida, y en consecuencia el descrédito
del gobierno y por extensión del PRI, fueron aspectos que difícilmente sus
candidatos pudieron remontar.
Las
críticas y el rechazo al PRI y al gobierno fueron constantes, pero
fundamentalmente ninguna de ellas estaba relacionada con el autoritarismo y la
antidemocracia, sino con la crisis económica y la corrupción priista y del
gobierno.
El
6 de julio de 1997, Cuauhtémoc Cárdenas conquista el Distrito Federal con una
amplitud que habría sorprendido a los analistas apenas unos meses antes de la
elección.
El
perredista empezó esa campaña del 97 en un distante tercer lugar, pero alcanzó
el triunfo con el 48.09% de los votos, seguido muy atrás por el priista Alfredo
del Mazo González, que tuvo el 26.09%, y el panista Castillo Peraza, con el
15.58%.
El
triunfo de Cárdenas fue acompañado de un virtual carro completo en la Asamblea
Legislativa. El PRD ganó 38 de cuarenta distritos locales. Los dos restantes,
el XV y el XIX, quedaron en manos del PAN.
El
PRI y su otrora imbatible maquinaria política perdieron todo lo que podían
perder en el Distrito Federal: cuarenta distritos locales, treinta federales y
la jefatura de gobierno. 71 derrotas en 71 contiendas.
A
veinte años en que el PRI naufrago en la capital de la República, por tener en
contra todos los “indicadores” ECONÓMICOS Y SOCIALES, se presenta una elección
donde esta en juego el principal bastión que le queda al Revolucionario
Institucional, el Estado de México.
Las
condiciones son las mismas, entra en escena Alfredo del Mazo Maza, el hijo de
Alfredo del Mazo González, y trae consigo la perdida de credibilidad y el “enojo”
de los mexiquenses, que observan como la entidad se encuentra con altos niveles
de inseguridad, desempleo, falta de oportunidades, niveles de contaminación
altas en el Valle de México, salarios que siguen perdiendo su poder adquisitivo
y sobre todo el alza de los precios de los energéticos (electricidad, gasolina
y gas).
La
falta de indicadores positivos en materia económica derivada de las Reformas
Estructurales es comparable a lo que aconteció con el Tratado de Libre
Comercio, que simplemente, beneficio a unos cuantos, mientras que la población
perdía empleos, poder adquisitivo de su salario y su nivel de vida se
deterioraba.
Y
una frase que se saca del baúl de los recuerdos es la expresada por Ernesto
Zedillo, que trato de promover al PRI en la capital de la República, “no permitir
retrocesos”, haciendo alusión a su Programa de Emergencia Económica y las
acciones emprendidas para contener la crisis económica pero no la social.
Hoy
en día, Alfredo del Mazo Meza es el candidato a la gubernatura del Estado de
México, por parte del Revolucionario Institucional, la situación que padece es
la misma que hace 20 años tenia su padre en la capital de la República, el
descontento ciudadano de los capitalinos era evidente y hoy el descontento
ciudadano de los mexiquenses se observa a flor de piel.
Enrique
Peña Nieto pretende intervenir en la contienda de la entidad, al igual que lo
hizo en su momento Ernesto Zedillo, los dos buscando defender su programa
económico o pacto, los resultados son parecidos, inseguridad, desempleo,
perdida del poder adquisitivo, incremento de los precios en la canasta básica y
los servicios, excesivos impuestos y promesas incumplidas que colocan a la
población mexiquense al borde de su colapso social.
La
Capital de la República en 1997 tomo un sendero diferente que le permitió consolidarse,
veremos si el Estado de México logra romper las amarras y que existan mejores
condiciones de vida y prosperidad en una entidad que tiene todo para ser un
Gigante, pero quienes gobiernan solo pretendieron a que “pensará en Grande” y
entre una y otra opción hay grandes diferencias.
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