Sigue surgiendo los análisis reflexivos y objetivos
del proceso electoral del 7 de Junio, y los resultados brindan al Movimiento
Regeneración Nacional (morena) todos los aplausos por la labor realizada por
sus huestes y la confianza que millones de ciudadanos depositaron en las urnas.
Pero lo que más nos orgullece es que los votos
obtenidos se derivaron de una población que está consciente de que para
rescatar a México de su crisis política, económica y social, se requiere actuar
con honestidad y transparencia electoral y democrática.
Esos principios, son los que distinguen a los militantes y simpatizantes de Morena, aunque
hay infiltrados que desean imponer sus hábitos y costumbres, pero solos se auto
descartan, ya que ser morenista de corazón es algo diferente, distinto y emblemático,
no hay lugar para simular, se es o no se es, así de simple.
Pero entrando en el tema, dos años y medio de que
se fraguo una traición en contra del pueblo de México por parte del PRI, PAN y
PRD al haber firmado el pacto contra México, los tres principales protagonistas
de esa labor conjunta, se encuentran en estos momentos en la deriva y
preocupados. Las premisas que iba a generar empleo bien pagado, crecimientos
económicos superiores al 3 por ciento, educación de calidad y bienestar social,
simplemente no llegaron y ahora sus situación se encuentra comprometida, al
igual que sus partidos satélites, que mordieron el polvo el pasado 7 de junio.
El pueblo de México, el que no se vende, el que ama
a su nación y pretende un país que brinde solidaridad y desarrollo para todos,
les cobró una a una la afrenta con su voto de tenerlo hundido en la pobreza y la
miseria, sin oportunidades de empleo,
con una pérdida del poder adquisitivo que ya genera crisis en millones de
compatriotas, con instituciones de salud púbica deficientes y a punto de querer
ser privatizados por intereses mezquinos, por instituciones políticas que
buscan hacer negocios con vales de medicinas, con una moneda que cada día
pierde valor frente al dólar, con un clima de inseguridad que raya en una
guerra total no declarada y con una clase política corrupta y soberbia, que a
la vista de todos se enriquece y se pavonea sin que nadie les ponga un alto.
Por todos esos agravios, México está despertando y dispuesto a cambiar el Rumbo
del país.
Si el Partido Revolucionario Institucional, Acción
Nacional, el de la Revolución Democrática y sus aliados como Verde ecologista y
PANAL, creyeron que los mexicanos no tienen memoria o se venden por unas
cuantas monedas, -llámese despensas, pantallas, obsequios, mochilas- la sociedad
honesta, responsable y patriota les cobró con su repudio su acción de elevar a
ley una serie de contrarreformas constitucionales que han lastimado la vida de
millones y millones de mexicanos y puesto a México al borde de la perdida nacionalista
que tanto lo distingue en el ámbito internacional.
La sociedad juzgó y castigó a los que se negaron a
realizar consultas públicas para preguntarle al pueblo si se privatizaba el
petróleo; si se aumentaban impuestos y precios a los combustibles; si se cedía
a los chantajes de organizaciones sociales patito, que simplemente no hacen
nada por México, pero como muelen con sus patrañas y mentiras.
Y es así, que a pesar de los discursos
triunfalistas de los dirigentes nacionales de esos partidos políticos la
realidad es otra, la sacudida de esos partidos deberá ser implacable si desean
mantenerse en la escena política del país, porque lo que viene en el 2016 y
2017 antes de las elecciones presidenciables será la verdadera batalla en torno
al cambio de rumbo y a la Transformación de México con Cambio Verdadero..
Y el gran triunfador, ha sido Morena, los
principiantes, los novatos, los debutantes que brillaron con gran esplendor,
logrando en primera instancia contener a los infiltrados de la izquierda, PRD,
PT y MC, que buscaban un espacio de representación, más no una labor consciente
y solidaria a favor de México, esos infiltrados fallaron en sus intentos y vaya
que también hubo amagos de expriistas y ex – panistas, que prometían las perlas
de la virgen, pero a pesar de ello, se les negó el paso, se les enfrento de
manera responsable y los resultados ya en la elección reflejan un saldo positivo
que debe ser tomado en cuenta.
Y cómo no, si el PRI pierde las dos gubernaturas
más importantes de las 9 que estaban en juego –Nuevo León y Querétaro-, por el
alto desarrollo económico que ambas entidades tienen, aparte de capitales
estatales donde hubo elecciones municipales como son el Distrito Federal que
pensaban recuperar, ante el enfrentamiento PRD-Morena, y Guadalajara, la
segunda ciudad más grande de la república.
El tricolor, se derrumbó en 12 puntos porcentuales
con respecto a la elección donde ganó Enrique Peña Nieto en 2012, y sus mayores
porcentajes de votos los logra en regiones donde el narco tiene dominio total o
parcial de ellas y en las zonas donde la compra de votos y conciencia ciudadana
está dispuesta para el mejor postor.
El PAN pasó del optimismo desbordado, ya que
presagiaban la obtención de 150 a 200 diputaciones, y los resultados reflejan
una caída brutal, no ganando antiguos bastiones blanquiazules como San Luis
Potosí, no reteniendo la gubernatura de Sonora, yéndose hasta el tercer lugar
en Michoacán, tierra de Felipe Calderón, y en caída libre en Puebla que era
imposible que ello sucediera. Su fuerza se redujo a solo 108 legisladores
federales. Los datos son duros, pero son reales.
En los últimos 25 años no le había ocurrido este
sismo al PAN que perdió 9 puntos porcentuales.
En cuanto al PRD, mordió el polvo, conoció a carne
propia, lo que significa ser ignorado, olvidado y traicionado, fue el peor de
todos. Fue barrido a nivel nacional y más en su principal bastión: el Distrito
Federal por cientos de miles de ciudadanos que les retiraron el apoyo por traicionar
la confianza, por venderse, por traidores a las mejores causas de la sociedad. Les
costó muy caro a los amarillos pretender hacer negocio a la espalda del pueblo
de México. Su arrogancia los hizo perder la gubernatura de Guerrero, 44
diputados federales, la mayoría en la asamblea legislativa del DF; y siete
jefaturas delegacionales, en diversos Estados su fortaleza se redujo
dramáticamente y su caída los hace retroceder 26 años, fue una bomba atómica lo
que les cayó y que se dejen de pensar que Morena les resto votos, más bien los
votos en esta ocasión se sumaron a Morena y ahora este partido político está
listo para ir por todo en los próximos tres años, Morena debe brillar con luz
propia en todo territorio de México..
Por todo lo anterior, Morena deberá mantener sus
principios básicos de No Robar, No Mentir y No Traicionar y más que nunca
cambiar el orden de las cosas, donde el trabajo decidido a favor del partido y
de la sociedad en su conjunto permita que hombres y mujeres morenistas puedan
aspirar a ocupar cargos de representación popular y cargos directivos al
interior del propio partido, nunca más personajes que pretendan secuestrar a un
partido y que sólo sus familiares se repartan los espacios de importancia del
propio partido, no a los grupos y tribus, no al corporativismo, si al trabajo
arduo y comprometido de millones de morenistas que están haciendo historia en
México.
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