Cada partido político, ya sea de manera individual, por coalición o alianza, se prepara para enfrentar esta contienda electoral, la madre de todas las batallas electorales se avecina.
Pero el camino para llegar al día de la elección, tiene a los partidos políticos en una dinámica de seleccionar a sus mejores mujeres y hombres para enfrentar el proceso elector de gran relevancia para México.
Sin embargo, la selección de los candidatos, en todos los partidos políticos, sin excepción, están pasando por diversas turbulencias derivadas de negociaciones, disputas y acuerdos dentro de las organizaciones partidistas para seleccionar a las y los candidatos que representarán a los diferentes partidos políticos y, en su caso, a las alianzas electorales.
Las turbulencias, que están pasando los partidos políticos, se encuentran en la definición de elegir ya sea por dedazo, cacicazgo, presión o popularidad a quienes habrán de estar en la cabeza de las diferentes carteras políticas de cada institución política.
Hay presión en cada trinchera política, desde aquellos que están urgidos por obtener victorias hasta aquellos que pretenden consolidar un proyecto.
Los primeros, que son la gran mayoría, están tan desesperados en sus intentos de seguir estando en la escena política, que buscan ganar colocando entre sus posibles candidatos a diferentes personajes del deporte, de la farándula, del periodismo, de la cultura, en fin de diversas actividades donde han logrado sobresalir y tener popularidad. Aunque la gran mayoría desconozca la política y la gran responsabilidad que representa ser Presidente Municipal, Gobernador, Diputado Local y Diputado Federal, el objetivo es que se logre atraer el voto del electorado, ya sea por que es “guapo”, “divertido”, “excepcional como deportista” o simplemente, por ser un personaje que ha logrado trascender por en su profesión y tiene gran popularidad.
Pero también, dentro de las cartas que se juegan en la contienda electoral, se encuentran aquellos personajes políticos que son elegidos por una cúpula directiva del partido, donde los dedazos, las cargadas y el cacicazgo son los elementos a considerar.
Sin olvidar, aquellas instituciones políticas que desean ser tan democráticos que cualquier ciudadano común tiene la gran oportunidad de representar a la población vía sorteo, encuesta o cualquier mecanismo que muestre una percepción de democracia participativa.
Pero a pesar, de lo que se haga o se dice, los partidos políticos son predecibles en su actuar e invariablemente habrán de seleccionar aquellos que una y otra vez han buscado arribar a un cargo de representación popular, ya que como muchos lo dicen, tienen “experiencia” o son los más “conocidos”, aunque estos sean candidatos “perdedores” o hayan dejado malas cuentas en su “oportunidad” que asumieron el cargo.
Así las cosas, en cuanto a las diferentes consideraciones que tienen los partidos políticos para elegir a sus candidatos.
Pero hay una pregunta, que los propios partidos no alcanzan a responder a la ciudadanía, ¿los elegidos en verdad transformarán al país o simplemente administrarán el caos existente en nuestro México querido?.
En los años recientes, hay avances significativos, en torno a un proyecto que desea el Renacimiento de México, pero hay resistencia de empresarios, organizaciones, asociaciones, de la propia gente; resistencia “consciente” o “inconsciente”, derivado a que algunos desean que “nada cambie”, mientras que otros buscan que los cambios solo se presenten de acuerdo a conveniencias personales, de grupo, corriente, organización o asociación, pero que ellos no pasen por ese trance.
El cambio y la transformación aterra a los que vivieron épocas de bonanzas, derivada por la corrupción, el contubernio, el nepotismo, el influyentísimo, la falta de un aparato de justicia pronta y expedita, en fin, por diversas vías donde la ética, la moral y los principios, estaban ausentes en cada acontecer de la vida nación.
Mientras que aquellos que buscan y pregonan el cambio y la transformación les preocupa que no se este dando a la velocidad que demanda la sociedad o simplemente, de manera inconsciente rechazan la transformación estando ahora en los cargos y puestos.
Es verdad que nadie se ha preparado para el cambio y la transformación, por ello todos están tan confundidos peleando sus propios espacios de poder, olvidándose invariablemente de la población y del país, de la solidaridad y la fraternidad.
Por ello, la pregunta real es, ¿los partidos políticos buscan la transformación de México o desean que todo siga igual?. Si en verdad se busca la transformación, será necesario elegir candidatos que sean estadistas, pero si solo se busca que nada cambie, la mejor opción son los candidatos “populares”, los “más conocidos”.
La última palabra la tiene la propia gente, los ciudadanos, los electores. Si desean la Transformación de México, todos deben prepararse para transformarse de igual manera y romper con esas ataduras y vicios del pasado. Si desean que “nada cambie”, deben prepararse para seguir soportando el caos de una Nación.
Este 6 de junio, la ciudadanía, habrá de decidir la Transformación de México o que todo siga igual que en años y décadas anteriores.
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