En los
pasillos de la Administración Pública Federal, se hace una pregunta clave,
después de que el ex – Secretario de Hacienda y Crédito Público renuncio a su
cargo para ir en busca de la Candidatura del Revolucionario Institucional a la
Presidencia de la República. ¿Quién será el otro o los otros contendientes que
habrán de levantar la mano para competir por la Candidatura?.
Y les contesto a mis ex - compañeros de la SHCP, que será un suicidio del PRI, si solo José Antonio Meade es precandidato único, por lo siguiente.
Primero: Nadie, supone
que el PRI, dejará los espacios mediáticos a merced de los precandidatos del Frente Ciudadano (PRD – PAN y MC), ni mucho
menos de morena donde Andrés Manuel
López Obrador brilla con luz propia. En el caso de AMLO, quién asuma la decisión de competir contra
el líder del movimiento regeneración nacional estará consciente de que es una
batalla imposible de ganar en las encuestas, solo podrá levantar simpatías y
admiración si logra que el proyecto de Gobierno que presente contenga propuestas innovadoras y creativas que permita fortalecer el Proyecto Alternativo de Nación de morena, esto marcaría un plus a favor del proyecto, pero lograr desbancar o derrotar a AMLO, ni pensarlo.
Se habla con
justa razón de que José Antonio Meade, no es priista y es un Tecnócrata a
medias, ya que su perfil como Funcionario Público, muestra diversos saltos en
diferentes secretarías, donde su paso fue efímero y poco convincente para
lograr generar experiencia y especialización en temas en materia financiero y
hacendario. Lo cuál, no sustenta con plenitud su formación y preparación técnica.
Si consideramos que sus dos años al
frente de la SHCP como Secretario de esa dependencia, son insuficientes para
poder disponer de la experiencia y el apoyo total de los diversos sectores
económicos y Financieros, puede ser una piedra en el zapato.
Cabe Recordar,
que José Antonio Meade, estuvo como Secretario de la SHCP en el último año de
la Administración de Felipe Calderón (Septiembre 2011-noviembre 2012); mientras
en esta Administración había asumido dicha responsabilidad de Septiembre 2016 -
noviembre 2017, una verdadera coincidencia, no lo cree.
Segundo: Debe considerarse que con el voto duro del PRI y sus aliados, difícilmente, bajo
las condiciones actuales, podría salir airoso. El Revolucionario Institucional
requiere atraer los reflectores, generar simpatía de los mexicanos, que se
encuentran “molestos” por las promesas incumplidas y por los graves agravios
que ha hecho a la sociedad, esto implica, que en el primer trimestre del próximo año se sientan los efectos positivos de las Reformas Estructurales, y sinceramente, se ve imposible, aunque digan y pregonen que los indicadores económicos se siguen consolidando. Los bolsillos de la gente, simplemente están vacíos y eso es lo que considera en primera instancia la población.
Ante tal
disyuntiva, no puede apostarle todo a una carta, en este caso a Meade, necesita de otro más,
mínimamente, para poder aprovechar los tiempos de acceso a los medios en las
precampañas y tendría que ser un Político del PRI con trayectoria y que maneje con claridad temas como
economía, seguridad pública, impunidad y algunos aspectos sociales, para que la
balanza sea adecuada. Otro tecnócrata que salga de la SHCP y con experiencia de mayor envergadura, será dificil de encontrar ya que el PAN en sus dos administraciones consecutivas manejando las riendas de las dependencias de Gobierno Federal, puso a su gente haciendo a un lado a Funcionarios Públicos de carrera con experiencia y trayectoria.
Sea cual sea la decisión del PRI, en cuanto a elegir a su “Otro” precandidato, este debe contar con las
características necesarias de ser honesto, con experiencia, capacidad, talento
y con resultados probados.
Tercero: Debe
recordarse, que el PRI en sus más recientes procesos de selección a la
Presidencia de la República, se eligió bajo la siguiente formula:
En 1999,
Francisco Labastida fue candidato del PRI a la Presidencia en una votación
interna en la cual participaron 10 millones de votantes, venciendo a Roberto
Madrazo, Manuel Bartlett y Humberto Roque .
En 2005,
Roberto Madrazo logró la candidatura del tricolor en una elección interna donde
la participación fue de 3 millones 500 mil votantes, una elección desairada por
el propio PRI, venciendo a Everardo Moreno, un priista prácticamente
desconocido.
En 2011,
Enrique Peña Nieto llegó a la candidatura mediante el método de Convención de
Delegados.
Por lo
anterior, el PRI si no tiene un “as” sobre la manga, estaría poniendo en riesgo
su continuidad una vez más, que de hecho esta en riesgo en este momento, sea el candidato que sea.
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