Si Luis Donaldo Colosio
hubiera estado en la Cámara de Diputados, el día de ayer, se avergonzaría de lo
acontecido en la Cámara Baja, cuando Diputadas
del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante la participación de
Ariel Juárez, legislador de Morena, en sesión nocturna en la Cámara le gritaron
el icónico cántico pambolero, "¡heeee, puto!".
Legisladoras
también lanzaron consignas como "quiere llorar, quiere llorar, quiere
llorar".
Tras una serie
de agresiones verbales, el presidente de la mesa directiva de la cámara, Jorge
Carlos Ramírez Marín, paró la participación de Juárez para pedir respeto al
diputado.
Indudablemente,
que hoy los legisladores del PRI, ya no son como aquellos tiempos de oro del
Revolucionario Institucional, donde personalidades políticas generaban debates
de altura y defendían posiciones con argumentos y no con frases o poses
futboleros.
Luis Donaldo Colosio,
era un hombre de esa calidad moral y política, que ya no se encuentra en el PRI
actual, como ignorar las siguientes palabras que expreso en su Discurso en la
toma de protesta como Presidente del Partido Revolucionario Institucional PRI.
En ese evento
mencionó con claridad lo siguiente:
“La competencia política convierte a los
partidos en los grandes mediadores entre sociedad y estado. En sus
convergencias y acuerdos, pero sobre todo por sus discrepancias, ellos generan
la legitimidad democrática que requiere un gobierno.
Por eso, el PRI no teme a la democracia.
Siempre la ha impulsado, y lo hará decididamente en estos momentos, cruciales
para México. Si nuestro partido fortalece su democracia, se democratiza México.
Estará abierto a todas las tendencias y a la
discusión. Hay que abrir las puertas, discutir en voz alta, dialogar
permanentemente entre nosotros. No vamos por ello a romper la unidad sino a
fortalecerla. Vamos a buscar una unidad fundada en consensos reales. Es tiempo
de la política. La unidad nacional será uno de sus frutos.
El PRI da la bienvenida a la competencia
política. La asumimos plenamente. No nos asombra la existencia de proyectos
divergentes del que nosotros postulamos. Convocamos al debate. Es una exigencia
de la democracia y de la pluralidad. Respetaremos a nuestros contendientes.
También, nos haremos respetar.
El PRI enfrentará sin temor los retos de la
competencia y de la pluralidad. Como partido mayoritario asumimos nuestra
responsabilidad en la transformación de México. Daremos sentido a la lucha por
el poder y fortaleceremos la democracia electoral. Nuestro partido se pondrá a
la vanguardia de la práctica política que reclaman los tiempos actuales.
Así, contribuiremos a la construcción de un
orden en el cual la disidencia no se convierta en fractura social y los
consensos plurales fortalezcan la unidad de la nación”.
Como podrá
apreciarse, eran otros tiempos, en estos momentos no existe al interior del
PRI, no hay debate, no hay análisis y reflexión en la Cámara de Diputados, los
diputados del PRI solamente levantan la mano como muestra de rechazo a
propuestas y modificaciones en el pleno, ya tienen línea marcada y ante eso,
nada puede hacerse.
Durante la
sesión maratónica que se realizó en la Cámara baja, para la aprobación del
presupuesto de 2018, se suscitaron algunos altercados, que no pasaron a mayores.
En lo general se
aprobó el Presupuesto de Egresos con 413 votos a favor y sólo 49 en contra
(Morena), después de una larga discusión de 346 “reservas”, o propuestas de modificación que fueron desechadas,
quedó avalado también en lo particular con una apretada votación de apenas 253
votos a favor (PRI, PVEM, Nueva Alianza y PES), y 205 en contra (PAN, PRD,
Morena y MC).
El PRI esta en
crisis, ha perdido la brújula en cuanto a su forma y fondo, lo que hace
predecible que en los meses de competencia estarán listos para no debatir, sino
confrontar, sin argumentos, sin análisis, sin fundamentos. Esperamos un PRI desesperado
y violento.
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