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No aprenden los miembros de Nueva Izquierda, y a pesar del desastroso
2009, en donde la izquierda mexicana recibió un duro golpe en sus pretensiones
por expandirse a nivel nacional y lograr mayores espacios políticos, tuvo que
despertar de sus sueños guajiros a golpe de fracasos, y a pesar de ello continúan
con su misma estrategia de sumisión.
Lo hicieron con Felipe Calderón y el PAN, y ahora lo pretenden hacer con
Enrique Peña y el PRI. Su principal interés de la Nueva Izquierda, es no
quedarse desempleados, es mantenerse en la nomina, aunque ello signifique
traicionar sus principios fundamentales.
Han sido incapaces de construir una izquierda progresista, por que de
progresistas solo tienen su slogan.
Y hay que recordar, que los conceptos de progresista y progresismo nacieron, en
el contexto de la Revolución Liberal del siglo XIX, para designar a
los partidarios de la idea de progreso, el cambio
social y las transformaciones económicas, políticas e intelectuales,
frente a los partidarios del mantenimiento del orden existente.
Que ha aportado realmente la izquierda de México a México en los últimos
años, simplemente nada. De que ha servido que el número de representantes
populares se haya incrementado, si a final de cuentas, sus aportaciones han
sido erráticas y pequeñas que no han coadyuvado en la conquista de mayores
beneficios para la población, en lo económico, político y social.
Y es natural, cuando los objetivos y las metas de la izquierda
progresista se derrumban por su falta de capacidad, ingenio y efectividad, es
necesario a recurrir a conceptos de sumisión. Por ello, la izquierda que quiso
ser progresista se ha convertido en una izquierda sumisa, ya que este hecho le
permitirá por lo menos sobrevivir ante las turbulencias actuales.
Se les olvida rápidamente, a los miembros de la Nueva Izquierda, que el
principal protagonista de que nuevamente dispongan de espacios políticos en la
Cámara de Diputados y Senadores; así como las victorias obtenidas en dos
Gubernaturas, en el 2012, se logro por segunda ocasión consecutiva a través de
la imagen de Andrés Manuel López Obrador, que hoy como hace seis años, ignoran,
descalifican y lo niegan.
Pero, en estos momentos, las circunstancias son distintas, ya que
invariablemente el 2015, será el despertar, de todos aquellos perredistas y de
izquierda, que desean con ahínco un cambio verdadero en donde el desarrollo,
crecimiento, progreso y beneficio social se extienda por todo el territorio
nacional a cada uno de los mexicanos.
MORENA esta llamado a cumplir con ese gran papel histórico y se habrá de
conformar por hombres y mujeres de convicción, de ideales, de sueños y de
anhelos, que al conjuntarse generarán un Movimiento Regeneración Nacional que
hará historia en el 2015, representando la única fuerza opositora a la cual se
enfrentará el PRI y todos sus aliados, incluido la Nueva Izquierda, que sabe a
ciencia cierta que ya no tiene cabida en la izquierda mexicana. Y como en el
ayer, las derrotas y fracasos que tengan en las elecciones del 2013 y 2014
serán el preámbulo de su triste final, tal como acontece con el panismo que
tendrá que depender del PRI para sobrevivir.
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