Amigas, amigos
Ha quedado para la
historia el proceso que emprendimos en los últimos tiempos enarbolando la
bandera de MORENA, que condujo al triunfo político electoral del 1º de julio de
2018.
Esta gesta no se
explicaría sin lo andado y sufrido por nuestros antepasados.
No olvidar jamás a los precursores de lo que hoy celebramos. Nosotros
sembramos, pero también estamos cosechando el fruto de las ideas, el trabajo y
la fatiga de la gente y de líderes de generaciones anteriores.
Recordé algunos
nombres en el cierre de campaña, vuelvo a mencionarlos porque omití a varios y
debe de irse mejorando la lista de los iniciadores ya fallecidos o presentes:
Valentín Campa, Demetrio Vallejo, Rubén Jaramillo, Lucio Cabañas, Genaro
Vázquez, Othón Salazar, Alejandro Gascón Mercado, Heberto Castillo, Cuauhtémoc
Cárdenas, Salvador Nava, Manuel Clouthier, Arnoldo Martínez Verduzco, Porfirio
Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Rosario Ibarra de Piedra, Alberto Pérez Mendoza,
Rodolfo González Guevara, Horacio Labastida y Adelita Salazar. También recordamos
con cariño a intelectuales y periodistas como José María Pérez Gay, Arnaldo
Córdova, Luis Javier Garrido, Hugo Gutiérrez Vega, Julio Scherer García, Sergio
Pitol, Carlos Monsiváis, Jaime Avilés, Elenita Poniatowska, Fernando Del Paso,
Carlos Payán, Paco Ignacio Taibo II, Rafael Barajas, Pedro Miguel, Carlos
Pellicer López, Bolívar Echeverría, Enrique González Pedrero, Víctor Flores
Olea, Miguel Ángel Granados Chapa, Enrique Semo, Rodolfo Stavenhagen, Guillermo
Bonfil Batalla y otros que habría que agregar.
Aquí vuelvo a
destacar, como fundamental, la lucha de los jóvenes del 68 y de muchos
movimientos sociales y políticos, integrados por campesinos, obreros,
estudiantes, maestros, médicos, ferrocarrileros, defensores de derechos humanos
y de otras causas, de todas las regiones, culturas y clases sociales del país.
También subrayo que
ese legado de convicciones y enseñanzas, fue recogido y utilizado con rectitud,
abnegación y eficacia, por los militantes y dirigentes de nuestro movimiento.
En vez del
divisionismo, la deshonestidad, el egoísmo, la incongruencia o el sectarismo,
se supo poner por delante el ideal, los principios, la imaginación, la
humildad, el trabajo a ras de tierra y la perseverancia.
Ha sido ejemplar el
comportamiento de militantes y dirigentes de MORENA en pueblos, barrios,
colonias, unidades habitacionales, estados, y de aquellos que actúan y ayudaron
desde la academia, las redes sociales, el periodismo, y que forman parte de
diversos sectores, clases, preferencias sexuales, religiones y de las distintas
corrientes del pensamiento. Solo así se podía conseguir la victoria electoral:
tejiendo la unidad en la pluralidad.
El triunfo logrado
parece todavía un sueño, pero obviamente es una realidad. El escepticismo no es
una fantasía, tiene que ver con el hecho de que luego de una cauda de fraudes
electorales y de autoritarismo, se arraigó el criterio de que solo se podía
transformar por la vía armada, que no había otro camino.
Además, esta versión
se afianzó más con la propaganda de los hombres del régimen que sostenían
aquello de que a tiros llegamos y solo a tiros nos iremos.
Pero debemos reconocer
también que había en toda esta percepción un menosprecio a la sabiduría del
pueblo y a la fuerza que se obtiene de la participación consciente y organizada
de los ciudadanos.
Por eso el triunfo ha
sido sorprendente y aleccionador. Todos recibimos de nuestros semejantes una
gran lección de democracia política. Se impuso el ideal básico pero certero, el
sentido común, el juicio práctico y de manera sencilla se demostró la madurez
cívica de nuestro pueblo.
Fue tan contundente lo
sucedido, que ha trascendido nuestra frontera y, en otras partes del mundo,
México vive un tiempo estelar de admiración y respeto.
Sin embargo, estamos conscientes que esto apenas comienza o como se dice en el
béisbol “esto no se acaba hasta que se acaba”.
Desde la campaña
dijimos que el proceso de lucha tenía dos etapas. Ya logramos lo primero, pero
nos falta lo más importante: demostrar que se puede gobernar con el pueblo, con
respeto a las libertades y, en paralelo, garantizar a todos, el derecho a vivir
con bienestar y a ser felices.
Ha llegado el momento de iniciar la cuarta
transformación de la vida pública de México. Ni en el sueño olvidemos que esta
será una transformación pacífica, pero profunda; una transformación ordenada,
pero radical, porque arrancaremos de raíz al régimen de corrupción y
privilegios.
Estamos preparados y dispuestos a ejecutar el mandato
que nos dieron los ciudadanos el 1º de julio para llevar a cabo un cambio
verdadero. Y cambiar, es, literalmente, “dejar una cosa o situación para tomar
otra”. No es más de lo mismo, no es simulación o gatopardismo. Transformar no
es ejecutar o “dar el violín”, instrumento que se toma con la izquierda y se
toca con la derecha.
No y no, lo nuestro es auténtico y será distinto. No
vamos a decepcionar a nadie, como ha sucedido con movimientos que han creado
expectativas y se han desvanecido, ni vamos a actuar como dirigentes, que al
llegar al poder se traicionan así mismos y a sus seguidores.
Recuérdese que en
nuestro país, en el 2000, se apostó a la alternancia y todo terminó en una
farsa dañina, porque en vez de cambiar al régimen se le restauró con la
simulación que significó el prian, para causar mayores estragos durante los
últimos tres sexenios.
De modo que ahora si
el cambio va a fondo. El gobierno surgido del Movimiento de Regeneración
Nacional, dedicará toda su atención en establecer un auténtico Estado
democrático de derecho; en acabar con la corrupción y la impunidad; en combatir
la desigualdad y la pobreza y en fortalecer valores culturales, morales y
espirituales.
No hemos desperdiciado
el tiempo y no vamos a perder el impulso que obtuvimos el primero de julio. Ya
se están integrando los equipos de trabajo, ya se han definido las nuevas
reglas y ya estamos elaborando los proyectos prioritarios para iniciar la
acción transformadora desde que tomemos posesión de la Presidencia de la
República.
Reitero algunos
compromisos que cumpliremos: se aumentará al doble la pensión a los adultos
mayores y será un derecho elevado a rango de ley y de carácter universal; un
millón de discapacitados pobres, sobre todo, las niñas y los niños, recibirán
también un apoyo mensual; la atención médica y los medicamentos serán
gratuitos; se cancelará la mal llamada reforma educativa; se crearán 100 nuevas
universidades públicas, se entregarán becas escolares en el nivel básico, medio
y superior a un total de 10 millones 300 mil alumnos, como nunca ha sucedido en
el país.
Se dará trabajo como
aprendices con un sueldo mensual de 3 mil 600 pesos a 2 millones 300 mil
jóvenes desempleados; se sembrarán un millón de hectáreas de árboles frutales y
maderables para crear 400 mil empleos permanentes; se apoyará a productores del
campo con precios de garantía y fertilizantes baratos; se entregarán créditos a
la palabra para la ganadería, la pequeña y mediana empresa; se ofrecerá una
canasta básica de alimentos para combatir el hambre; se atenderá a los
damnificados por los sismos; se realizarán acciones de desarrollo urbano en
colonias marginadas de las ciudades del país.
Se crearán 128 centros coordinadores para el desarrollo y la atención de los
pueblos indígenas; se construirán 300 caminos de concreto, con el uso intensivo
de mano de obra, en Oaxaca, Guerrero y otros estados; se comunicará a todo el
país con Internet.
Se creará la zona
franca o libre en la frontera norte; habrá un amplio programa cultural, se
fomentará el deporte, se apoyará a la ciencia y a la tecnología; se cuidará el
medio ambiente; se apoyará a las comunidades mineras; se construirá el tren maya;
se promoverá el desarrollo del Istmo de Tehuantepec; produciremos con urgencia
petróleo y gas para enfrentar la crisis energética; se modernizarán las
refinerías; se construirá la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco; se
rescatará la industria eléctrica; no habrá gasolinazos ni aumentarán impuestos
en términos reales.
Ya iniciamos el
proceso de consulta para construir el aeropuerto donde lo decida el pueblo y
mejor convenga al interés nacional.
Se creará la
secretaría de Seguridad Pública; se contará, desde antes del 1º de diciembre,
con el Fiscal General, el Fiscal Anticorrupción y el Fiscal Electoral, al mismo
tiempo que se elaboran las iniciativas de ley para hacer una política de Estado
de la austeridad republicana; convertir en delito grave, sin derecho a fianza,
el robo del presupuesto, de los energéticos, la emisión de facturas falsas y el
fraude electoral.
Asimismo, se trabaja
en una reforma constitucional para abolir los fueros constitucionales de los
altos funcionarios públicos y acabar con la impunidad.
Amigas, amigos:
Como ustedes
comprenden se necesitará del apoyo de todas y de todos los mexicanos. Como lo
dijimos en la campaña, juntos haremos historia.
Por eso me sumo a la propuesta de suspensión de los procesos internos de
elección de dirigentes en el partido, para dar prioridad al inicio de la cuarta
transformación del país.
Agradezco que
diputados y senadores electos hayan aceptado acompañarnos en el gobierno. Lo
mismo a brigadistas, enlaces, defensores del voto, que ahora están decididos a
continuar trabajando por la misma causa de la justicia y la democracia.
Agradezco a quienes,
siendo diputados o senadores, trabajaron desde mucho antes de la campaña en
estados y distritos sin descuidar su labor legislativa. Es ejemplar lo que
hicieron los actuales diputados federales, que no traicionaron al movimiento y
no aprobaron el gasolinazo. Ojalá y esto sirva de lección a los diputados y
senadores entrantes para no escuchar el canto de las sirenas y no olvidar que
el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio
de los demás.
Celebro la propuesta
de crear en el partido una escuela de formación política, así como la decisión
de renunciar al 50 por ciento del presupuesto que por ley le corresponde a
MORENA en el 2019. Gracias, muchas gracias a todos los integrantes de nuestra
agrupación política por actuar de manera consecuente.
Mi agradecimiento a Yeidckol Polenvsky, Presidenta Nacional de MORENA por su
apoyo y lealtad a la causa.
Amigas y amigos:
Hace seis años, en
momentos de desolación, luego de las elecciones del 2012, escribí un libro que
titulé No decir adiós a la esperanza, y transcribí un fragmento de un poema de
Carlos Pellicer dedicado a Bolívar, a quien enfermo y en medio de malos
acontecimientos, un amigo que le amaba, le preguntó: “Y, ahora, ¿qué va usté a
hacer? ¡Triunfar!”. Así respondió con loca fe el libertador.
En esos mismos tiempos de adversidad sostuve que la fórmula era luchar,
resistir, no claudicar, avanzar, caer y levantarse, recomenzar y así, hasta la
victoria final, pero ¿qué creen?, todavía no hay victoria final. La habrá
cuando no haya pobreza, ni corrupción ni violencia, y cuando se logre la
reconciliación nacional y se recobre por entero la gloria y la grandeza de
México.
Los invito al Zócalo, el 1º de diciembre, para iniciar juntos la construcción
de una patria nueva.
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
Azcapotzalco, Ciudad de México 18 de agosto de 2018
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