lunes, 23 de abril de 2018

Se cumplió la predicción, todos contra Andrés Manuel, estrategia fallida de sus oponentes.

La novatez de los candidatos que se enfrentaron a López Obrador a la Presidencia de la República brillo enormemente en el Primer Debate Presidencial del 2018. Nada para nadie, fue el resultado y quizá se formo la percepción de que es necesario que tres de los cuatro candidatos contenientes a AMLO, deban dejar el espacio por su pobre actuación.
¿Quién gano el Debate? Una buena pregunta y la respuesta es el puntero, Andrés Manuel López Obrador, que aguanto a pie firme la embestida de cuatro competidores que buscaron por todos los medios desacreditar a AMLO, bajo los mismos argumentos que han venido esgrimiendo desde el 2006. Nada del otro mundo y siempre lo mismo.
La falta de argumentos y visión política, coloca a los competidores de Andrés Manuel en una posición en donde deben decidir con prontitud su permanencia en la competencia electoral. Están generando en la percepción de la ciudadanía que existe un verdadero “complot” de la mafia del poder, para tratar de evitar a toda costa que López Obrador arribe a los comicios electorales con una gran ventaja que derivará en un triunfo contundente. La única opción que les queda es de unir fuerzas y dejar de comportarse como una pandilla de “malosos” que se han unido para derrotar al protagonista de la película.
La Estrategia empleada por los contendientes de AMLO fue fallida y confirmo con plenitud que sus intereses giraron en torno al golpetear al líder. Los temas que utilizaron fueron débiles y simplistas que deja muy mal parados a quienes esgrimieron tales denuncias y preguntas.
El estar en contra de la Amnistía, el cuestionar la presencia de Gómez Urrutia en Morena, así como decir que también esta Elba Esther Gordillo, el hecho de no aceptar la revocación del mandato y cuestionar la honorabilidad de un personaje como es de Andrés Manuel argumentando que dispone de tres departamentos, nos indica la falta de imaginación de los contendientes y los equipos de campaña de los candidatos presidenciales. El hablar de combatir la corrupción y tener a sus espaldas grandes cuentas pendientes en sus instituciones políticas no ayuda en nada para que la gente pueda confiar en los subordinados del sistema económico y la continuidad de una política económica y social que lastima y hiere a la población.
Margarita Zavala, simplemente fue gris en su actuación. Fue una espectadora más en el debate.
Jaime Rodríguez, mostró su lado caricaturesco cuando habla de “mochar las manos” a los rateros. Dirá lo mismo, en torno a los “tramposos” que utilizan copias de credencial falsas y vencidas para estar en la contienda Presidencial, creemos que no. Pedirá que le corten la lengua a los que mienten y hieren a través de la palabra.
En cuanto a José Antonio Meade, nos recuerda a Ernesto Zedillo, simplemente, no conecta, no emociona, no dispone de esa palabra que pueda generar confianza y simpatía. Es un tecnócrata que no sabe comunicarse con la población y la audiencia.
Meade no logra conectar con la ciudadanía, la pregunta es ¿como ha logrado conectar con la clase empresarial y financiera del país y a nivel internacional?, quizá sea  porque en ese ámbito de actuación hablar de ganancias, utilidades, rendimientos y demás delicias financieras, son los temas preferidos. Más sin embargo, atender las problemáticas de inseguridad, corrupción, femincidios, salud, violencia, educación y demás temas de interese nacional, no se le da, son temas que implica tener sensibilidad y consciencia ciudadana, lo cuál carece el candidato del PRI – Verde y PANAL.
Y que decir de Ricardo Anaya, que quiso ser un fajador como los amarrillos del Sol Azteca, pero sus propuestas son malas copias de lo que ha dado a conocer Andrés Manuel López Obrador. En el tiempo de Debate busco respuestas de AMLO a un cúmulo de cuestionamientos, a sabiendas de que en tiempos tan reducidos, difícilmente se puede dar respuestas concretas y adecuadas. Mostró su verdadero rostro de desesperación y falta de estilo político, ya que quiso enganchar y fue enganchado con sus propios argumentos sin sustento.
En cuanto a AMLO, se mantuvo firme en una estrategia de esquivar los golpes, los dimes y diretes, así como, no responder a los cuestionamientos que fueron una lluvia de misiles que explotaron antes de llegar a su objetivo, coloco la agenda del debate asumiendo el control de la contienda. Su manejo político fue el adecuado, salió por cuerdas y pudo comprobar, que sus oponentes son tan débiles que en el siguiente round (segundo debate), si se lo propone, los pondrá fuera de combate.
Ricardo Anaya, solo le queda ir en contra de Meade y tumbarlo en la contienda electoral, esta tocado José Antonio, es cuestión de darle un pequeño empujón.
Jaime Rodríguez, es un relleno barato en una contienda donde nada tiene que hacer un personaje que busca revivir a un Fox del 2000. Nada que hacer en esta competencia.
Margarita Zavala, perdida en el anonimato, fue una espectadora más que se diluyo en la contienda al pasar los minutos del Debate.
José Antonio Meade, no puede mostrar un rostro de político, le falta mucho para lograr esa caracterización de Representante Social, tiene, es un Representante Financiero. Su verdadero problema esta que no ha caminado con la gente, ni lo va a hacer.

Finalmente, Andrés Manuel mantuvo la calma, capoteo el temporal y esperará el momento en poner fuera de combate a sus contrincantes de manera simultánea, tiene la experiencia, la capacidad y el talento para lograrlo, simplemente es esperar el momento preciso de dar el golpe definitivo de nocaut. 

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