Tal parece que la capacitación express que recibió Pepe
Meade en torno a Ser Candidato Presidencial, no incluyo un principio básico que
debe tenerse en cuenta en un Debate Democrático y Propositivo que en estos
momentos desea la ciudadanía por parte de quienes desean ser Presidente de
México.
Los debates presidenciales en México adolece de poca
tradición respecto de países con democracias más consolidadas, concretamente
Estados Unidos, Francia, Alemania, y otras naciones europeas, tanto en la era
premediática de la política, como en la contemporánea.
En México, los debates presidenciales televisados son
recientes; se realizan dos en cada contienda presidencial. La realización de
los debates no se da por contentillo de ningún candidato, ni la presión de los
medios, aunque hay que decirlo, en muchas ocasiones, existe presión no de la
ciudadanía, sino de los medios para que se realicen, ya que para ellos, no les
interesa en realidad que proponen o exponen los candidatos, lo que realmente
les interesa es el que se incremente su audiencia, el cual en los años
recientes ha venido a la baja dramáticamente.
Una de las formulas que se persigue en torno a los
debates democráticos y propositivos es que estos contribuyan a ser un espacio
ideal para comunicar propuestas y construir el discurso político de los
candidatos, y como una alternativa respecto de otros formatos de comunicación
política (spots, intervenciones en noticieros) donde se presentan en muchos de los
casos se presentan los rasgos negativos del oponente.
Los debates televisados son, desde el punto de vista
democrático, espacios idóneos para comunicar propuestas concretas, con cierto
nivel de detalle, en un tono de diálogo propositivo. Este es el ideal que se
persigue, ya que un actor político se desempeña mejor en este formato en la
medida en que lo utilice para hacer propuestas de manera clara, detallada,
explícita, y no se concentre, como en otros formatos mediáticos (spots o
declaraciones en los medios), en la exaltación de características personales,
en propuestas superficiales o ambiguas y en ataques hacia sus contendientes.
Por ello, cuando escuchamos decir al candidato
presidencial de la coalición ‘Todos por México’, José Antonio Meade, que
establece un reto a sus rivales como lo es Andrés Manuel López Obrador, de
la coalición ‘Juntos haremos historia’, y Ricardo Anaya, de ‘Por México al
Frente’, a debatir públicamente sobre sus situaciones inmobiliaria y
patrimonial. Genera una preocupación, ya que su esquema no es debatir de manera
democrática y propositiva, lo que realmente pretende es simplemente llamar la
atención y buscar a toda costa la confrontación y los ataques hacia sus
contendientes.
Por ello, cuando AMLO menciona como respuesta “Amor y
PAZ” y que no va a caer en procaciones, no es que desee evitar un debate
democrático y propositivo, al contrario busca precisamente que si va a haber
debates sean bajo dichas características.
No podemos olvidar, que hay fechas y lugares aprobados
por el INE para los debates oficiales, los cuales están programados para que se
realicen el 22 de abril en la Ciudad de México, el 20 de mayo en Tijuana, y el
12 de junio en Mérida. Si existe esta programación, ¿cuáles son los motivos que
orillan a Meade a buscar un debate antes de tiempo?. Pues la respuesta es
clara, su tercer lugar en las encuestas. Hay preocupación y temor que ese nivel
de aceptación se profundice y por ello buscará la confrontación.
El primer debate se realizará el 22 de abril en el
Palacio de Minería, Ciudad de México, y abordará temas sobre política y
gobierno, corrupción y seguridad pública.
El segundo será el 20 de mayo en la ciudad de Tijuana,
Baja California, y estará enfocado en comercio exterior e inversión y temas de
migración.
Mientras que el tercer debate se realizará el 12 de
junio en Mérida, Yucatán, para hablar sobre economía y desarrollo.
Estos debates tendrán un formato flexible y una
moderación activa para que sean eventos en los cuales se divulgue la mayor
cantidad de información relevante para que el electorado decida su voto.
La duración de cada debate será entre 90 y 120 minutos
dependiendo del formato final de cada uno y el número de participantes.
Ante lo expuesto, fue correcto como Andrés Manuel
abordo el tema del reto de Meade, ya que al finalizar su evento en Santa
Catarina, Nuevo León, el candidato de la coalición 'Juntos haremos historia'
dijo que no "caerá en provocaciones" como este tipo de debates.
"No voy a caer en provocaciones. Amor y paz, ese
es el consejo que me dan mis asesores en los pueblos", enfatizó.
Ya llegará su momento, para medir fuerzas y estar frente
a frente.
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