viernes, 10 de junio de 2016

La traición interna y de sus aliados empresariales, al igual que la propia iglesia, principales causas de la debacle del PRI el 5 de junio.

Segunda Parte
Hoy más que nunca el discurso de Luis Donaldo Colosio retumba en los odios y conciencia de los priistas, cuando en su discurso del 6 de marzo de 1994 menciono con claridad:
“Es la hora de la confianza para todos, la de traducir las buenas finanzas nacionales, en buenas finanzas familiares.
Es la hora de convertir la estabilidad económica en mejores ingresos para el obrero, en mejores ingresos para el campesino, para el ganadero o para el comerciante, para el empleado o para el oficinista, para el artesano o el profesionista, para el intelectual y para las maestras y los maestros de México.
Es la hora de los apoyos efectivos y del impulso al esfuerzo que realizan las mujeres y los hombres al frente de micro, pequeñas y medianas empresas. Que se les lleve a superar sus dificultades, que se les apoye a ampliar sus negocios con mejores tecnologías para que sean más competitivos en los mercados.
Es la hora del gran combate a la desigualdad, es la hora de la superación de la pobreza extrema, es la hora de la garantía para todos de educación, de salud, de vivienda digna. Esa es la reforma social de la que hablé en Huejutla.
Es la hora de hacer justicia a nuestros indígenas, de superar sus rezagos y sus carencias; de respetar su dignidad. Como lo dije en San Pablo Guelatao, Oaxaca: es la hora de celebrar un nuevo pacto del Estado mexicano con las comunidades indígenas.
Es la hora de nuevas oportunidades para el campo de México, como lo comprometí en Anenecuilco, Morelos. Es la hora de enfrentar con decisión y con firmeza la pobreza, y mejorar los niveles de vida de los campesinos.
Es la hora de que el Artículo 27 de la Constitución se exprese en bienestar, en justicia, en libertad para los hombres del campo. Y es la hora de acabar para siempre con todo vestigio de latifundio; es la hora de dar certidumbre al ejido, a las tierras comunales y a la pequeña propiedad.
Es la hora de impulsar la reforma agraria para nuestro tiempo. Es la hora de promover más y mejor inversión en el campo; de alentar de manera mejor y más eficaz, con libertad, la participación de los campesinos.
Es la hora de dar solución a los problemas de la cartera vencida en el campo, del crédito escaso y caro.
Es la hora de asociar los esfuerzos de los productores; es la hora de constituir más cajas de ahorro, más uniones de crédito y de poner en marcha nuevos mecanismos de comercialización.
Es la hora de las regiones de México, para aprovechar mejor los recursos, para aprovechar mejor la capacidad y el talento de cada una de las comunidades del país, de cada ciudad de nuestro país, de cada estado de la República.
Un desarrollo regional que abra las esperanzas de cada rincón de México, que canalice recursos para mantener la infraestructura carretera, ferroviaria, portuaria, hidráulica y energética.
Es la hora de superar la soberbia del centralismo, como lo dije en Jalisco; de apoyar decididamente al municipio. Es la hora de un nuevo Federalismo; es la hora de dotar de mayor poder político y financiero, a nuestros estados, como lo dije en Tabasco; es la hora de garantizar plenamente la conservación de nuestros recursos naturales, de nuestro medio ambiente, de nuestra ecología.
Es la hora de una educación nacionalista y de calidad; es la hora de una educación para la competencia; es la hora de nuestras escuelas, de nuestros tecnológicos; es la hora de la universidad pública en México; es la hora de la gran infraestructura para la capacitación de todos los mexicanos que quieran progresar.
La educación es nuestra más grande batalla para el futuro. A ella destinaremos mayores recursos.
Es la hora de reformar el poder, de construir un nuevo equilibrio en la vida de la República; es la hora del poder del ciudadano. Es la hora de la democracia en México; es la hora de hacer de la buena aplicación de la justicia el gran instrumento para combatir el cacicazgo, para combatir los templos de poder y el abandono de nuestras comunidades.
¡Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad!”
Sin embargo, esa hora que dio a conocer Luis Donaldo Colosio aún no ha llegado para los mexicanos, porque el Viejo y Nuevo PRI dejo de ser un partido a favor de México y cercano a la gente.
Y este hecho, lo esta capitalizando morena, un movimiento que parte de principios e identidad, que busca ser parte integrante de un movimiento donde la esperanza y el cambio verdadero pueda llegar a cada hogar de la familia mexicana, que exista empleo, alternativas de desarrollo y crecimiento económico que incida favorablemente en promover y fomentar un país que esta llamado a ser protagonista en el concierto internacional de las naciones.
México, tiene todo para trascender y escribir su propia historia; sin embargo, esa historia solo la pueden escribir gente honesta, confiable, leal, comprometida, consciente y eficiente, esa gente que poco a poco se ha venido aglutinando a las filas de morena de manera consciente para ser parte elemental para rescatar al país y colocarlo en la competencia internacional basado en la fortaleza y espíritu combativo de su gente.
No estamos en contra de la modernización y el desarrollo, estamos en contra de que pretendan que esa labor lo hagan otros y no tengan confianza a la capacidad de los mexicanos, sean indígenas, sean campesinos, sean obreros, sean especialistas, sean profesionistas, sean investigadores, sean científicos, sean intelectuales… en México contamos con el materia humano necesario para trascender en beneficio de todos los mexicanos, no estamos de acuerdo que sean unos cuantos los que sigan acumulando riqueza a través de la pobreza y miseria de millones de mexicanos, deseamos un México con esperanza y un México con visión social y por ello demandamos que empresarios e inversionistas tengan una visión social que permita atender de manera inmediata las principales necesidades de la población. Hagamos de México un país vanguardista, innovador y creativo donde el principal sustento del éxito sea la propia población.
Avancemos en el desarrollo del país pero teniendo presente satisfacer las necesidades de los mexicanos, generemos condiciones de crecimiento económico pero que realmente se sienta en el bolsillo de los trabajadores de México, impulsemos la industria, la agricultura, nuestro mercado interno y procuremos generar condiciones de Transformación tecnológica y científica en país, pero que esta en verdad coadyuve al bienestar social de la población.
Que los empresarios por su inversión y esfuerzo tengan la posibilidad de obtener ganancias, pero que estas no sean escandalosas, no sean desleales no sean grotescas, que sean ganancias acordes al propio desarrollo y crecimiento económico de la población y de sus diversos sectores.
No deseamos pobreza y marginación en el territorio nacional, desigualdad económica ni social, no deseamos dos México distintos, uno donde exista abundancia y otro donde prevalezca desigualdad. Deseamos disponer de una nación que sea único y ejemplo para nuestros hermanos latinoamericanos donde la unidad, la organización y el trabajo constante y creativo permita que nuestra gente pueda tener aspiraciones de mejor nivel de vida, de satisfacer sus necesidades básicas y poder construir un país con su sello propio, no deseamos que nos impongan reglas, tratados o acuerdos que vayan en contra de nuestra idiosincrasia, principios y valores, no deseamos un México de ocurrencias, deseamos un país compacto que este listo para defender su territorio, su riqueza y su gente.
Deseamos que el pasado de grandeza que existió en este país, renazca en el presente de manera plena y continúe en un futuro de bonanza y crecimiento económico para las nuevas generaciones.
El Futuro de una gran nación no se encuentra en el salvajismo de la globalización, el futuro de un país se encuentra en la fortaleza de un pueblo, en la armonía de una nación y sobre todo en la capacidad creadora, innovadora y vanguardista de su gente. México dispone de eso y más, solo requerimos un Gobierno que este comprometido con su pueblo que sea brindar los espacios, apoyos y condiciones adecuadas para que la propia población realice lo que sabe hacer, un México de grandeza y de vanguardia.

Y finalmente, ¿Porque perdió el PRI?, porque perdió su identidad como institución política y ha convertido a un partido en un espacio en donde la traición, la corrupción y la deslealtad florecen con esplendor derribando una institución política que se derrumba irremediablemente. Aún puede salvarse de una crisis total, para lograrlo deben regresar a sus principios básicos y recuperar su identidad, limpiar la propia casa y retomar lo que Luis Donaldo Colosio dejo para las generaciones futuras, de que ha llegado la hora de estar cercano a la gente.
Pero como no lo harán, queda solo morena para rescatar a una nación que se hunde y la batalla del 2017 en el estado de México sera de grandes ligas para lograr el juego perfecto y tener presente que Todos los partidos políticos podrían unirse para competir con Morena y ese escenario es el más significativo Rumbo al 2018. 

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