viernes, 10 de junio de 2016

La traición interna y de sus aliados empresariales, al igual que la propia iglesia, principales causas de la debacle del PRI el 5 de junio.

Primera Parte
Bien lo dice Manlio Fabio Beltrones, hay que escuchar a las urnas para saber que es lo que verdaderamente sucedió en las contiendas electorales del pasado 5 de junio, las urnas electorales tienen mucho que decir, hasta donde los resultados reflejan el éxito y los fracasos de los diversos partidos políticos que participaron en las contiendas de las 12 entidades federativas.
Manlio Fabio Beltrones, se le señala como el mayor responsable de la derrota del PRI, su poca pericia en el manejo electoral que mostro debe ser entendido como una muestra de que su labor estuvo acotada y hasta cierto punto ignorada por las altas esferas del tricolor. Pero se equivocan, su experiencia en la arena política y las altas esferas del poder son muestras claras de que el derrumbe del Revolucionario Institucional no se derivada en consecuencia de una sola persona, al contrario hay diversos factores que determinan los verdaderos motivos de la debacle y el cobro de facturas.
El ganador de la contienda electoral fue Acción Nacional, el cual se presenta como el paladín de la democracia, argumentando que su modelo de alternancia a través de las alianzas electorales les permite sacar del poder a un partido que por décadas se mantuvo dirigiendo el destino de los estados; pero para decir verdad, en esta ocasión se durmió, se dejo arrebatar sus espacios políticos, así como ha sido despojado de su identidad y de sus principios que fueron los principales estandartes a los inicios de su recorrer como institución política.
El PRI fue el primer partido político que puso en practica el modelo de las alianzas para sostenerse en el poder y mantener quietos a los partidos opositores.
El PAN ya lo había hecho en diversas ocasiones con otros partidos políticos de menor envergadura, pero no le resulto.
En el 2010 el PRD y PAN ya habían transitado por esa variable de unir fuerzas, logrando magros resultados y obteniendo ciertas victorias que favorecieron a Acción Nacional. En esta ocasión repiten la formula, pero con un PRD debilitado y un PAN sin fortaleza. Que fue lo que realmente aconteció para que dicha alianza y propiamente el PAN logrará obtener victorias inesperadas, pues la respuesta se encuentra en otros factores que nada tienen que ver con alianzas partidistas.
Uno de los factores que han dado al traste con la imagen de partido hegemónico del PRI se encuentra, en que dicho Instituto Político ha perdido su identidad, sus siglas son simples letras muertas que no representan lo que en el pasado fue, ya no son ni Revolucionarios ni Institucionales, se han desdibujado ante la música angelical del progreso y el desarrollo que el libre comercio y libre mercado les ha venido prometiendo por décadas, pero no aparece en un territorio nacional que se encuentra desolado y lleno de impunidad, corrupción y marginación.
El PRI desecho su pasado apostando por un futuro de transformación; sin embargo, ese futuro fue un espejismo que lo esta llevando a su descomposición y decadencia.
El PRI cedió espacios de manera infantil al permitir su cambio de imagen, su cambio de actitud, su cambio de ser partido hegemónico para convertirse en una triste caricatura que empieza a desdibujarse ante resultados negativos.
A partir del salinismo, el PRI inicio su debacle como institución política. Hoy en día, el Nuevo PRI hace poca alusión a sus héroes, a sus verdaderos precursores de lo que son y fueron, renegar de su pasado es renegar de su presente y de su futuro.
El PRI ha olvidado y no quieren recordar a sus verdaderos héroes como Hidalgo, Morelos, Juárez y algunos otros, a sus presidentes de la República gestores de un pasado de instituciones a favor de las mayorías.
Quienes ahora reniegan y derrumban la obra de Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdez, Adolfo Ruiz Cortínez, Adolfo López Mateos, principales gestores de la época de oro del PRI, están renegando a una historia de grandeza que se ha diluido por promesas incumplidas de un futuro mejor. Desde ese momento de pretender borrar su pasado generaron la traición partidista que ha sido seguida por militantes que toma como claro ejemplo que la principal causa no es el partido ni la población, sino las posiciones políticas y el poder.
En cuanto al PAN, logro convencer una vez más a la clase empresarial del norte del país y a la propia Iglesia de que son los paladines de la democracia y que sus inversiones, riquezas y negocios seguirán floreciendo y creciendo como el espuma estando ellos con el control del poder político de la nación.
La clase empresarial del norte, le cobra la factura al PRI en las principales plazas que por décadas mantenía el tricolor, el PRI esta siendo desechado por su falta de pericia de generar riqueza a favor de los dueños del dinero y por imponer una Reforma Fiscal que fue en contra de sus propias ganancias.
Y que decir del juego sucio de los altos jerarcas de la iglesia que no perdonaron la Iniciativa del derecho al matrimonio igualitario, dado a conocer por Peña Nieto, para muchos este hecho significo perdida de votos desde el púlpito.
Es en lo anterior donde se encuentra la verdadera respuesta de lo que acontece al PRI, los estados del norte y Quintana Roo desean sacudirse de un partido que no logra cristalizar sus sueños de riqueza y bonanza empresarial, las traiciones internas y las traiciones empresariales de sus aliados, causaron los estragos que hoy tienen como partido político, el gran perdedor es el PRI desde el mismo momento que se alejo de sus principios básicos y el pretender ser un Nuevo PRI al servicios de los grandes intereses económicos que existe y persiste en la nación.
En cuanto a las traiciones internas, estas se derivan al alto nivel de corrupción y descomposición política que tiene su dirigencia, los cuales no les preocupa ni la población ni el partido, les preocupa los cargos y los puestos que puedan obtener a través de la deslealtad.
No podemos desechar que de los siete triunfos que logro Acción Nacional el pasado 5 de junio, en tres, aliado con el PRD, cinco de los candidatos triunfadores provienen de las filas priistas y algunos como en el caso de Quintana Roo, salidos de las filas tricolores para ingresar a Acción Nacional a fin de aceptar la candidatura que les ofrecieron.
La lealtad, la no traición y la identidad como la pertenencia, quedaron en el olvido por aquellos que ahora habrán de gobernar.

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