Mañana 10 de Febrero se cumple
66 años del natalicio de Luis Donaldo Colosio Murieta, un mexicano, que dejó
una huella profunda en la consciencia y en la memoria de México en 1994.
Luis Donaldo Colosio, fue sin
lugar a dudas un referente para una juventud que en esos años de crisis
económica, devaluaciones, tratados de libre comercio e inicio de la relación
Iglesia – Estado, surgió como una esperanza para cambiar al país y darle rumbo
y fortaleza. Sin embargo, su voz, sus
sueños y anhelos fueron callados con cobardía generando una sensación de
desesperanza e incertidumbre que hasta estos momentos continua envolviendo al
país.
Su discurso del 6 de Marzo de
1994, fue quizá para millones de mexicanos, un discurso de gran impacto que no
entendieron las principales elites que gobernaban nuestra nación, se sintieron
ofendidos, tachándolo de querer borrar de un “plumazo” lo hecho por el Gobierno
de Salinas de Gortari, que a la postre sería la causa eminente del error de
Diciembre de 1994 que le “exploto” a Ernesto Zedillo de León.
En ese discurso, del 6 de
Marzo Luis Donaldo Colosio, hablo claro de lo que realmente acontecía en el
territorio nacional y como lo dijo de manera plena “Yo veo un México con sed y
hambre de justicia”, mientras que Salinas de Gortari se empeñaba en ver que
México tenía sanas finanzas públicas, que se hacían inversiones históricas en
educación y salud, así como, se edificaba el mayor número de viviendas y
existían grandes apoyos al campo.
En esos días, existían dos
visiones de un México, el de Luis Donaldo Colosio Murrieta y el de Carlos
Salinas de Gortari. La historia, le dio la razón al sonorense, indudablemente,
y la historia continua dando la razón aquel hombre que fue asesinado, el cual
deseaba transformar y cambiar a nuestro México.
Luis Donaldo Colosio, el 6 de
Marzo, tomo la decisión de cortar el cordón umbilical con el Presidente Carlos
Salinas de Gortari, pero al mismo tiempo, logro impulsar en la consciencia de
los priistas la importancia de su esencia Revolucionará y los verdaderos
atributos de su partido que forjo y formo instituciones al servicio de la
población.
Colisio, lo dijo bien y lo
dijo claro, los priistas sienten, resienten y repudian, cuando el Gobierno ha
pretendido concentrar la iniciativa política, debilitando al PRI.
Hoy en día, ese hecho de
concentrar la iniciativa política sigue vigente, la Cámara Federal se encuentra
postrada ante los requerimientos y mandatos del Gobierno, que ha logrado
desmembrar y destruir todas aquellas instituciones que fueron “orgullo” del
Viejo PRI.
Luis Donaldo Colosio, en su
caminar por territorio mexicano, vio a ese México, donde las comunidades indígenas, “no pueden esperar
más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; donde las comunidades
indígenas tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura y de que están
dispuestas a creer, a participar, a construir nuevos horizontes”, diría con
exactitud Colosio en su momento.
En este 2016, esas comunidades
indígenas siguen esperando que las palabras de Colosio se cristalicen y les
permita ser parte del desarrollo del país.
Luis
Donaldo, percibía un México de campesinos que aún no lograban obtener las
respuestas del Gobierno a sus demandas. Por ello, mencionó en su discurso, ese
panorama que lo marco, al referir “He visto un campo empobrecido, endeudado,
pero también he visto un campo con capacidad de reaccionar, de rendir frutos si
se establecen y se arraigan los incentivos adecuados”.
“Veo
un cambio en el campo; un campo con una gran vocación productiva; un campo que
está llamado a jugar un papel decisivo en la nueva etapa de progreso para
nuestro país.” Colosio sabía bien, que el campo era el espacio olvidado y que
era necesario brindar los apoyos necesarios para levantarlo y fortalecerlo.
Colosio
Murrieta, al igual que un gran número de jóvenes de aquellos años “Vio un México
de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan;
pero también vio un México de trabajadores que se suman decididamente al
esfuerzo productivo, y a los que hay que responderles con puestos de trabajo,
con adiestramiento, con capacitación y con mejores salarios”.
Ese México de injusticia
laboral y de falta de empleos sigue vigente, ya que miles de trabajadores a
nivel municipal, estatal y federal son expulsados de sus fuentes de trabajo
ante la caída de los precios del petróleo, la devaluación monetaria y la
incapacidad de un Gobierno para fortalecer al Gobierno mismo, para ser el
principal promotor de empleos y salarios justos, así como ante la falta de
acciones plenas de la iniciativa privada y los grandes inversionistas que
simplemente no han logrado generar un país competitivo, creativo, innovador y
vanguardistas.
Luis Donaldo Colosio, observo “un
México de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta
de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y
de preparación. Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a
la drogadicción; pero también vio jóvenes que cuando cuentan con los apoyos,
que cuando cuentan con las oportunidades que demandan, participan con su
energía de manera decisiva en el progreso de la Nación.”
Ese México de desesperanza,
sigue prevaleciendo, profesionistas que logran graduarse y no existe espacios
propicios para su desarrollo profesional, no existen las condiciones
empresariales optimas que permitan absorberlos, adiestrarlos y encauzarlos a su
crecimiento, solo existen caminos donde la violencia, la delincuencia y el
abuso se multiplican calificándolos y enjuiciándolos por ser jóvenes y
rebeldes.
En
cuanto al tema de las mujeres, Luis Donaldo expreso con claridad, lo siguiente,
“Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les
pertenecen; mujeres con una gran capacidad, una gran capacidad para enriquecer
nuestra vida económica, política y social. Mujeres en suma que reclaman una
participación más plena, más justa, en el México de nuestros días.”
Y que
decir sobre los empresarios y pequeños negocios, mencionó “Yo veo un México de
empresarios, de la pequeña y la mediana empresa, a veces desalentados por el
burocratismo, por el mar de trámites, por la discrecionalidad en las
autoridades. Son gente creativa y entregada, dispuesta al trabajo, dispuesta a arriesgar,
que quieren oportunidades y que demandan una economía que les ofrezca
condiciones más favorables”.
En su
discurso del 6 de marzo, expreso con contundencia que “Yo veo un México de
profesionistas que no encuentran los empleos que los ayuden a desarrollar sus
aptitudes y sus destrezas.
Un
México de maestras y de maestros, de universitarios, de investigadores, que
piden reconocimiento a su vida profesional, que piden la elevación de sus
ingresos y condiciones más favorables para el rendimiento de sus frutos
académicos; técnicos que buscan las oportunidades para aportar su mejor
esfuerzo.
Todos
ellos son las mujeres y los hombres que mucho han contribuido a la construcción
del país en que vivimos y a quienes habremos de responderles.”
Ante todo el panorama, que
logro observar se pudo percatar de las grandes desigualdades, necesidades y
requerimientos, que no lo logramos detectar estando en las oficinas
gubernamentales, estatales o municipales. Ese panorama se conoce cuando se
avanza y se camina en las comunidades, en las regiones, en los municipios,
Estados y en todo el territorio.
Por ello, los miembros de
morena, que han salido a las calles a tocar casa por casa y recorrer junto con
los vecinos y observar lo que ocurre en sus comunidades y las necesidades que
padece su entorno, sus vecinos, su familia y su comunidad. Logramos percibir,
lo que en su momento conoció Luis Donaldo Colosio y lo que conoce Andrés Manuel
López Obrador que una y otra vez a recorrido el territorio nacional y ha
visitado la totalidad de los municipios y caminado junto a la gente, por eso de
esa labor incansable deseoso de apoyar, coadyuvar y forjar nuevas condiciones
de vida y bienestar social para la población en su conjunto, sean indígenas,
campesinos, trabajadores, obreros, servidores públicos, profesionistas,
egresados, estudiantes, amas de casa, adultos mayores, empresarios, industriales,
investigadores, científicos en fin la diversidad de ciudadanos que se conoce en
el andar y caminar en territorio nacional.
Por lo anterior, Luis Donaldo
Colosio Murrieta tenía razón al expresar, “Yo
veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada,
de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían
de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por
la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
Veo a ciudadanos angustiados por la falta
de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les
cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son
ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para
alcanzar el progreso.
Yo veo un México convencido de que ésta es
la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que
enfrentamos los podemos superar”.
Y
Andrés Manuel López Obrador bien lo sabe que “el Pueblo solo puede salvar al
Pueblo” y, el pueblo somos todos, no hay distinción.
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