martes, 2 de febrero de 2016

Sálvese el que pueda, despidos discrecionales y parálisis sindical genera tensión en el Gobierno Federal ante los mega recortes decretado por Hacienda.

Cuando el rió suena es que algo trae, dice el refrán y no hay que olvidar este otro “cuando veas rasurar las barbas de tú vecino pon la tuya a remojar”. Esto es lo que está pasando en el ámbito laboral de los servidores públicos a nivel federal, que están viendo como sus empleos desaparecen de la noche a la mañana de un plumazo y su futuro inmediato se vuelve incierto y lleno de desventuras al entrar miles de funcionarios públicos que son seleccionados de manera discrecional para salir de la nómina del Gobierno Federal.  Los motivos, la baja del petróleo, la devaluación del peso, la deficiente economía del país que no crece y el deseo de emprender una mega obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) que verá incrementado el costo programado ante el mayor costo del dólar frente al peso. Y como consecuencia lógica, habrá mayores despidos para compensar ese incremento de los costos del NAICM.
La orden que la Secretaría de Hacienda dio a todas las dependencias públicas para que recorten 30 por ciento del personal de confianza en los primeros meses de 2016 ya empezó a ejecutarse. Se elaboraron listas negras y, de hecho, en diversas dependencias se aprovechó el fin de año iniciar ese proceso de restructuración y recorte laboral que afecto a a trabajadores que los años que laboró demostró de manera plena su compromiso y disciplina por la institución laboral, pero eso no cuenta cuando se trata de disminuir el número de personal y ajustarse a los designios que marcan los altos funcionarios de la SHCP.
Y hay denuncias en cuanto a que el mega recorte se está aplicando en forma discrecional; generando tensión laboral en las dependencias y abarca a trabajadores operativos y de enlace, categorías que no deberían entrar en este despido. Y las voces de miles de trabajadores se expresa con vigor, que exista una disminución de los altos sueldos y salarios de los funcionarios de alto nivel y que los Secretarios y todos de alto nivel prediquen con ejemplo, antes de actuar en contra de los propios trabajadores que ven como su fuente de ingreso ha sido arrebatado por una decisión de todos aquellos que siguen cobrando altos y substanciosos sueldos.
Cabe recordar, que el Presupuesto de Egresos emitido por la Secretaría de Hacienda emitió una resolución para que toda la administración pública redujera una tercera parte del personal de confianza que se refiere al capítulo 1000, es decir, de jefe de departamento en adelante. Sin embargo, esta medida se quiere aplicar a niveles operativos y a los enlaces, lo cual daría como resultado que afectaría a la clase trabajadora más desprotegida y a nivel sindical, pero al mismo tiempo, esta medida traerá como consecuencia que los servicios, estudios, análisis e informes que se generan en el ámbito público su nivel de calidad disminuya considerablemente, ya que los que realmente sostienen a las propias dependencias son los empleados de confianza que en estos momentos son despedidos indiscriminadamente.
El número de demandas que los trabajadores despedidos del Gobierno Federal se siguen incrementando ante la medida unilateral de las autoridades gubernamentales, lo que provocará un complicado proceso legal que podría tomar años. Los trabajadores de confianza han asumido el compromiso de luchar por sus derechos laborales y dar la batalla ante despidos injustificados, donde se tomaron decisiones de manera discrecional, sin valor su experiencia, profesionalismo y sobre todo su sentido responsable de servidor público.
Los trabajadores no se oponen a la medida de disminuir los costos que permita ahorrar recursos al gobierno, pero exigen que las medidas de ahorro presupuestal y austeridad presupuestaria empiece desde los responsables de las secretarias de estado, que ellos muestren con el ejemplo disminuyendo sus altos sueldos que existe un compromiso en torno al país, pero que no apliquen una medida en donde los trabajadores sean abandonados y expuestos ante la crisis que padece el país.
Hay medidas que no se aplican con precisión y es la puesta en marcha de un programa de jubilaciones anticipadas, pues hay personal que aceptaría un acuerdo prejubilatorio porque le faltan meses o un año para pensionarse; también hay gente de mayor edad con enfermedades que le impiden realizar ciertas actividades y quizá disminuir su propio sueldo, con el fin de poder ahorrar los recursos ante la emergencia económica que atraviesa el país, pero poner en la calle a trabajadores de a noche a la mañana sin un procedimiento confiable y valorable, esto se llama terrorismo laboral.
Por ello, el llamado de los trabajadores al servicio del estado es que haya equidad y equilibrio en el mega recorte, ya que lo que han emprendido recientemente no distingue a quienes sí están trabajando y a quienes ya no brindan un servicio adecuado. No hay transparencia y no hay una actitud honesta en cuanto a los funcionarios responsables de elaborar las listas.
Lo único cierto de todo esto es que hay un desacuerdo sobre cómo se está determinando quiénes son los que tienen que irse.
Por ello se demanda un análisis de fondo respecto de quiénes se deben incluir en el despido. El proceso tiene que darse de manera seria y responsable, cuidando que este no se realice de manera discrecional y estar perfectamente justificado, sobre todo porque hay trabajadores que por su condición de salud y edad ya no son tan productivos o tienen incapacidades continuas. Están buscando tener las condiciones para poder retirarse. Aunque a decir verdad, todos los trabajadores merecen nuestro respeto.
Sin embargo, los oídos sordos que han mostrados las autoridades y la falta de respeto que tienen sobre la clase trabajadora al servicio del estado, se recicla en Estados y Municipios, lo que está provocando una ola de inconformidades. El empleo es para los trabajadores el único medio posible para atender las necesidades básicas de sus familias, no desean despensas, ayudas, ni mucho menos limosna gubernamentales, desean empleo, los cuales se están perdiendo en una realidad que les está alcanzando a miles de trabajadores.

Una preocupación de los líderes sindicales, es que Morena está entrando en la defensa de los trabajadores y la única forma de detener esta crisis anunciada es la Transformación del país con Cambio Verdadero.

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