jueves, 22 de agosto de 2013

Gobierno de Peña Nieto en caída libre. Sálvese el que pueda.

Hay que hacer cambio de timón antes que el barco se hunda

Novatos y aprendices de brujos son los actuales titulares del Gabinete de Peña Nieto que no logran entender que la situación de México sigue debilitándose de manera vertiginosa.
Ni las cruzadas contra el hambre, llámese repartición de despensas oficiales a los que menos tienen, podrá levantar al país de su verdadero problema generado por los gobiernos panistas, que simplemente destruyeron las pocas condiciones propicias que había dejado el PRI del ayer.
Instituciones debilitadas, semiprivatizadas y concesionadas dan un marco de que el México de hoy seguirá en caída libre.
En estos momentos, el campo continúa en quiebra, la emigración se ha detenido no por que existan fuentes de trabajo, sino por que las condiciones para emigrar a los Estados Unidos son cada vez más complejas y no representan ya en estos momentos una alternativa real de cambio de vida para miles y miles de compatriotas.
En cuanto a la generación de empleos, la iniciativa privada tanto nacional como extranjera muestran con todo su esplendor su inoperancia y falta de capacidad para generar los espacios necesarios de ocupación para millones de trabajadores, aunado a lo anterior, los salarios de miseria colocan a la clase trabajadora al borde del colapso financiero.
La inseguridad que sigue incrementándose derivado de múltiples factores, entre los que destacan el narcotráfico, contrabando, bandas organizadas y delitos del fuero común, todo ligado a conseguir recursos económicos a como de lugar.
En lo relativo a la educación, la falta de una visión real de lo que requiere el país en materia educativa, da lugar a que los legisladores copien recetas ajenas de otros países, esperando que den resultados en nuestra nación. Tratan de profesionalizar a los maestros, pero no se profesionalizan en ningún momento los aspirantes a ser diputados o senadores, al contrario siguen fomentando su incapacidad de respuesta ante las necesidades reales de la población. Son ciegos, sordos e inoperantes.
En cuanto a la industria, esta se encuentra debilitada y desmoronada, no hay interés por avanzar en esta materia y se vive en una constante dependencia que da lugar a lo que ahora se tiene, que es nada.
En los pasados días, el Banco de México (Banxico), dio a conocer los resultados del trimestre abril-junio de 2013, en el cual se considera un ajuste a la baja en el crecimiento anual del PIB, al pasar de entre 3.0 y 4.0 a entre 2.0 y 3.0 por ciento. Este hecho viene a confirmar la desaceleración de la economía mexicana.
El gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto tiene un problema de tal dimensión, el cual puede convertirse en la mayor preocupación de su sexenio.
Los 53 millones de mexicanos que se encuentran en el umbral de la pobreza, ya no están dispuestos a esperar a que la iniciativa privada o el propio gobierno generen los empleos que necesita el país.
El horizonte de esperanza se acorta y la desesperación de millones de mexicanos se acrecienta. El hambre es una mala consejera.
La ineficiencia, corrupción, omisión y dilación de las autoridades federales para generar las condiciones de crecimiento, ya no es aceptable, millones de familias que cotidianamente se esfuerzan para medio comer y medio vivir, ya no pueden seguir esperando, ni mucho menos se pueden conformarse con la entrega de una despensa, la cual se agota en un santiamén.
El salvador no es la iniciativa privada ni los capitales extranjeros, que en muchos de los casos son golondrinos. Ahora requerimos disponer de una industria propia cimentada en inversión gubernamental en donde el margen de ganancias se distribuya en bienestar social.
Uno de los principales derechos que se encuentra todavía en la carta magna de la nación que es el derecho a una vida digna, carecen los más de 53 millones que refiere el estudio del Coneval.
La insensibilidad e la falta de inteligencia política del grupo en el poder está desmoronando al país y llevándolo a un cause que puede significar un despertar violento. Esperamos que el Gobierno de Peña Nieto reaccione, asuma el verdadero papel que le corresponde como Presidente de la República y responsa de manera inmediata a las necesidades y requerimientos de la población.

En menos de un año, Peña Nieto se encuentra en caída libre y amarrados a intereses que hoy por hoy lo colocan, en un gobierno sin imaginación y sin destreza. Tantos años que estuvo el PRI en el poder, para dar resultados de novatos y aprendices de brujo. 

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