Múltiples preguntas de gran importancia surgen sobre los
resultados que arroja la elección del 2 de junio, una de ellas es lo relativo
al abstencionismo.
Sin lugar a dudas, el nivel de abstencionismo que se
alcanzo en la reciente elección, son una muestra clara de que la ciudadanía
sigue enojada con los partidos políticos, pero también con los personajes
políticos.
Los partidos políticos están en crisis, no sólo por quienes
perdieron, sino también por los que obtuvieron el triunfo, ya que el nivel de
abstencionismo alcanzo niveles de alarma.
El movimiento regeneración nacional debe estar bien
consciente que los resultados obtenidos el 2 de junio, tienen un mensaje muy
claro por parte de la ciudadanía, no hay un aliciente real, claro, contundente,
motivador que incida en provocar que la ciudadanía, el electorado, salga a las calles
a emitir y depositar su voto en torno a un personaje en especial, del color que
sea y del genero que sea, ni mucho menos en cuanto a la plataforma política
electoral que cada candidato puso a consideración del electorado.
Y es que si bien las dos gubernaturas en juego, Baja
California y Puebla, las ganó Morena, en ninguno de los dos estados la
participación llegó al 40%.
En Puebla, por ejemplo, sólo 33.41% del padrón
electoral del INE acudió a las urnas a emitir su voto, lo que quiere decir que
hubo 66.50% de abstencionismo. Puede argumentarse, que era una elección
extraordinaria, donde gran tiempo se vivió un ambiente político de tensión y
hartazgo.
En ese sentido, Miguel Barbosa apenas ganó con 14.86%
de los votos ciudadanos que decidieron sufragar.
En cuanto a Baja California, el abstencionismo
fue de 70.44%, por lo que el morenista Jaime Bonilla gana los comicios con
sólo 13.49% del 100% de la población con registro ante el INE.
En los estados donde se llevaron elecciones de su
congreso local y presidencias municipales, el Estado de Tamaulipas ocupo el
tercer lugar en abstencionismo electoral, dentro de los seis estados en los que
se vivieron las elecciones el pasado domingo, de acuerdo a la información
publicada por el Instituto Nacional Electoral (INE). Tamaulipas tuvo una
participación ciudadana del 33.15 por ciento.
El estado que registro un nivel más alto de participación
ciudadana fue Durango con un 45.34 por ciento, de los cerca de un millón 298
mil 587 ciudadanos.
En cuanto a Aguascalientes, la participación ciudadana
no superó el 40 por ciento, al tener 38.98 por ciento de una lista nominal, que
fue de 966 mil 755 personas.
Y finalmente, la entidad que registró una pobre
participación de la ciudadanía en su proceso electoral fue Quintana Roo, apenas
logró el 22.15 por ciento.
Que nos indica las urnas electorales, pues de entrada
que no existe un motivo real que permita a la ciudadanía salir a la calle y
emitir su voto libre y secreto.
Segundo, que hay una crisis de credibilidad de los partidos políticos.
Tercero, que los gobiernos municipales, diputados locales gobernadores, no han
logrado cumplir con cabalidad los anhelos y la esperanza de millones de
mexicanos, provocando con ello la pasividad.
Aunado a lo anterior, la mala imagen de candidatos que
una vez con los rojos, otra vez los ves con los amarrillos, luego con los
azules y después están con el verde para finalmente decir que representan al
guinda. Desmotivan la contienda electoral, la falta de identidad y principios
genera en los electores una percepción de simulación e intereses de grupos,
corrientes, tribus y personales.
Cuarto, el despliegue de los esfuerzos y las voluntades sin objetivos comunes,
claros y elocuentes, genera expectativas de desunión e intereses mezquinos.
Las alianzas y coaliciones, están dando lugar a que la
ciudadanía tome decisiones plenas. Se refleja en los resultados obtenidos por
cada partido político de manera individual, por cada forma de
La ciudadanía no esta ciega, no es tonta y tampoco des
memorizada, esta más pendiente en cuanto a los resultados que cada partido
político presenta en su quehacer político y de poder, así como, en las
propuestas y compromisos que han dejado de cumplir por ineficacia o corrupción.
El modelo del acarreo y compra de votos, empieza a rezagarse,
ya sea porque los partidos políticos viven una crisis financiera que les impide
seguir con dichas practicas; además, de que ya es un delito corromper a la
ciudadana a través de prebendas, despensas o cualquier tipo de acción que incida
en la compra de consciencias. Quizá aún persisten modelos de acarreo ilegales
practicados en años pasados, que deben seguir diluyéndose, lo que provocará
menor asistencia a las urnas.
Que se puede hacer al respecto, para que las urnas
electorales, reflejen mayor participación y muestren el estado de animo de la
gente en cuanto a cada uno de los contendientes, pues de entrada reflexionar lo
que se ha hecho y lo que se ha dejado de hacer.
La Revolución de las Consciencias es el antídoto,
informar permanentemente de los logros avances y resultados que las
administraciones públicas de los tres niveles están logrando. Informar casa por
casa que logros y acciones cada diputado esta logrando en su trabajo
legislativo que favorece a la comunidad, a la población, al municipio, la
región, el estado.
Seguir de manera permanente con la ciudadanía y
conocer los avances y resultados que las políticas públicas y de desarrollo
social implementadas provoca en las familias mexicanas, en las comunidades, en
los diversos sectores de la sociedad.
Es importante que todo lo que se emprenda
y se realice muestre resultados palpables y sean modelos a seguir.
Lo importante de todo es que el bienestar y el
desarrollo se refleje en cada mujer y hombre, y determinen a través de su voto
la confianza y anhelo de redoblas esfuerzos para que los beneficios se
extiendan a más lugares y lleguen a más familias.
Morena debe tenerlo muy presente, que no solo es
administrar el caos, como nuevos responsables de la administración pública o
legisladores, es generar bienestar y desarrollo a favor de la población.
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