lunes, 10 de agosto de 2015

PRD sin brújula, ni idea de lo que pretende a futuro.

No basta con desactivar a Carlos Navarrete, para que la embarcación denominada “Sol Azteca” recobre su rumbo. Es necesario ir por mucho más si desean realmente mantenerse en la conciencia y en las expectativas de la ciudadanía no sólo de la izquierda, sino en la gran mayoría de la población.
Es fundamental que todos aquellos que fueron parte del derrumbe del PRD en el proceso electoral de junio pasado, deben ser los primeros en dimitir, pero muchos de ellos, ya cuentan con un espacio de representación y la gran mayoría por la vía plurinominal, todos ellos, fueron parte del desastre y serán los primeros beneficiarios de su crisis interna y como institución política.
De nada sirve que un Consejo Nacional del PRD haya avalado el relevo anticipado de toda su dirigencia nacional, el cual tendrá que ser materializado a más tardar a principios de octubre de este año en el marco de un congreso nacional, es necesario ir por aquellos que hoy cuentan con un espacio de representatividad obtenido a base del fracaso del propio PRD.
El PRD se encuentra en la encrucijada de transformarse con plenitud o desaparecer en el corto plazo, sus fuerzas, sus aliados y sus simpatizantes se han esfumado, buscando arribar a Morena, pero ese hecho será muy difícil de concretarse, si antes, no realizan un cambio completo de actitud y se transforman de manera individual dejando los vicios, la prepotencia y las mañas que lograron aprender en el Sol Azteca.
El éxodo de militantes y simpatizantes sigue su marcha a Morena, pero el Movimiento Regeneración Nacional deberá de generar controles que permita que viejos lobos de mar o aprendices de brujos pretendan ingresar o posicionarse en espacios sin haber realizado una labor de casa por casa, participado en diversas asambleas y logrado sobresalir pos su trabajo real y efectivo. Las simulaciones en Morena no se permiten.

Es así como el PRD se encuentra a la deriva Rumbo al 2016 donde el proceso electoral que se avecina puede ser el presagio de su desaparición. Veremos, si la respuesta perredista es digna de responder ante la debacle que presenta en estos momentos.

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