lunes, 10 de febrero de 2025

Ceremonia del 112 Aniversario de la Marcha de la Lealtad.

 


La Presidenta de México y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, Claudia Sheinbaum Pardo, encabezó la ceremonia por el 112 Aniversario de la Marcha de la Lealtad en el Castillo de Chapultepec. 



Realizó el pase de Lista de Honor a los Héroes de las Gestas Heroicas de 1847 y 1914 del Heroico Colegio Militar: teniente Juan de la Barrera, cadetes Juan Escutia, Agustín Melgar, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez; del Colegio Naval al teniente José Azueta y el cadete Virgilio Uribe. 

El secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Trevilla Trejo, destacó que es un orgullo que la Presidenta de México Claudia Sheinbaum sea la primera mujer en ser Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas por su valentía, sensatez y nacionalismo. 



“Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, en esta primera Ceremonia de la Marcha de la Lealtad que preside usted, le expresó a nombre de todas y todos los integrantes de las Fuerzas Armadas que es un orgullo que sea nuestra Comandanta Suprema, no solo por ser la primera mujer en ocupar este cargo, sino por su valentía, sensatez y amplio nacionalismo”, señaló. 

Recordó que la Marcha de la Lealtad y la gesta heroica en el Castillo de Chapultepec en 1847, conforman los cimientos que sostienen a las Fuerzas Armadas modernas de México. 

“Comprendemos la trascendencia que vive nuestro país; por ello, las instituciones armadas ponemos a disposición de las y los mexicanos nuestra gran lealtad para contribuir en la seguridad y en el desarrollo nacional. Así ha sido y así será siempre”, resaltó.  



Discurso del General Ricardo Trevilla Trejo, Secretario de la Defensa Nacional, el 9 de febrero de 2025 

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas; 

Diputado Sergio Gutiérrez Luna, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; 

Senador Gerardo Fernández Noroña, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores; 

Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, Secretario de Marina; 

Licenciada Clara Brugada Molina, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; 

Compañeras y compañeros del Gabinete legal y ampliado del Gobierno de la República; 

Agregados de defensa, militares, aéreos, navales y policiales acreditados en nuestro país; 

Funcionarios y compañeros de armas de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina; 

Invitados especiales; 

Maestros y alumnos de los diversos planteles educativos que nos acompañan; 

Representantes de los medios de comunicación; 

Jóvenes cadetes; 

A todas y todos muy buenos días. 

Un domingo como hoy, pero de hace 112 años, en este mismo lugar, se inmortalizó “La Marcha de la Lealtad”; significativo episodio de nuestra historia que fue enmarcado por la valentía y determinación de los alumnos del Colegio Militar, ante la sublevación que intentaba derrocar al presidente Francisco I. Madero, poniendo en riesgo el orden constitucional. 





Derivado de esta revuelta el Apóstol de la Democracia recurrió a los jóvenes cadetes, para que lo escoltaran en columna de honor desde este alcázar hasta Palacio Nacional, para demostrar al pueblo de México que la confabulación había sido suprimida. 

Este acto de lealtad de los jóvenes cadetes ya tenía antecedentes en nuestra historia: durante los disturbios del Plan de Montaño en 1827, en el Motín de la Acordada en 1828 y en la rebelión encabezada por José Urrea en 1840. 

En este último evento, poco conocido, también los cadetes hicieron uso de las armas para combatir a los sublevados y proteger a la figura presidencial. 

Después de este episodio en el que perdiera la vida Juan Rico, a la edad de 15 años, primer cadete caído en un acto de lealtad, el valor y la entrega demostrados por los jóvenes alumnos, fueron reconocidos por el entonces Teniente Coronel Mariano Monterde, Subdirector del Plantel, en un informe escrito el 30 de julio de 1840, en el que puntualizó lo siguiente: 

Inicio cita“En todas partes se vieron rasgos de heroicidad y valor, y estos hechos pronostican lo que vendrá a ser con el tiempo el Ejército Mexicano, todos los que han concurrido a los puestos avanzados en estos días de lucha, han visto batirse a los alumnos de manera que han acreditado su pericia no solo para lucir en un día de parada, sino para sostener, cuando se ofrezca, con su sangre, los caros derechos de la patria”… fin de la cita. 

Estos actos de honor y de lealtad fueron evocados más adelante por el presidente Madero, quien el 4 de diciembre de 1911, en un mensaje también les expresó a los cadetes lo siguiente: 

Inicio cita: …Es un orgullo nacional este plantel, en donde los alumnos adquieren conocimientos tan profundos, una educación tan sólida y llegan a amoldar su carácter para servir en el Ejército Nacional y para estar siempre dispuestos a derramar la sangre por la patria a la primera voz de mando… fin de la cita. 

Los pensamientos de Mariano Monterde y del Presidente Madero, fueron visionarios; hoy en día, el Colegio Militar, con esas hazañas heredadas, principalmente la de la batalla de Chapultepec de 1847 acontecida en este recinto, conforman los cimientos de lealtad que sostienen a las fuerzas armadas modernas de México y que intentaré resumir en dos frases: 

  • Lealtad siempre a la figura presidencial y a las instituciones de la República; 

  • Pero sobre todo, lealtad siempre a la nación mexicana misma, libre, íntegra, soberana e independiente. 

Amable auditorio: 

La historia nos ha enseñado que la lealtad hacia la nación, no solo atañe a los militares, se encuentra arraigada en cada mexicana y mexicano, que aspira a heredar un mejor país a las generaciones futuras. 

Por ello, hoy día la lealtad obliga a quienes la practican a ser íntegros, honestos, honorables y valientes… muy valientes, a cultivar un sentimiento de confianza mutua, de respeto, de unidad y de nacionalismo que promueva la cohesión social para alcanzar los objetivos nacionales. 

Este es el anhelo que une a las instituciones, a la sociedad, a cada mexicana y mexicano, y que impulsa a las fuerzas armadas a cumplir con determinación y firmeza nuestra misión más importante: “Defender la integridad, independencia y soberanía de la nación”, porque estamos conscientes que como lo ha señalado nuestra Comandanta Suprema y es una convicción compartida por la sociedad mexicana: “nuestra soberanía no es negociable”. 

A esta misión toral, se suman otras relevantes en beneficio del pueblo de México, como son: el apoyo a la estructura de seguridad pública; la construcción de obras estratégicas; y la aplicación del Plan DN-III-E. 

Tareas que realizamos con humanismo, guiados por la razón y el derecho, y pensando siempre en el bienestar del pueblo, ese mismo pueblo que nos brinda su confianza y respaldo; principales fortalezas del instituto armado, que nos permiten, aún con recursos modestos, tener el temple y la certeza para encarar cualquier amenaza que atente contra el país. 

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo: 

En esta primera ceremonia de la Marcha de la Lealtad que preside usted, le expreso en nombre de todos los integrantes de las fuerzas armadas, que es un orgullo que sea nuestra Comandanta Suprema, no solo por ser la primera mujer en ocupar este cargo, sino por su valentía, sensatez y amplio nacionalismo. 

Comprendemos la trascendencia del momento que vive nuestro país, por ello, las instituciones armadas ponemos a disposición de las y los mexicanos, nuestra gran lealtad, para contribuir en la seguridad y en el desarrollo nacional… así ha sido y así será siempre. 

Hoy, a 112 años de la Marcha de la Lealtad, civiles y militares debemos continuar reavivando el espíritu virtuoso de nuestros héroes; 

Debemos inspirarnos en ellos, para seguir fortaleciendo día con día, nuestra justicia, democracia y libertad; 

Marchemos con lealtad juntos hacia las mejores causas de México. 

Muchas gracias.  

Fuente: Discurso obtenido de la página oficial del Gobierno Federal.

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