lunes, 3 de septiembre de 2018

El regreso de la mayoría en el Congreso de la Unión y los grandes retos de morena en el Poder Legislativo.




Ante los grandes males, grandes remedios. La voluntad del pueblo de México, que se expreso con plenitud el 1 de Julio, dio lugar a que una institución política de reciente creación como es el movimiento regeneración nacional asumiera el poder de manera mayoritaria.
Este 1 de septiembre, prácticamente, se ha dado por concluidos 18 años de pluralismo político en el Congreso de la Unión. Un hecho sin precedentes y una decisión tomada por la ciudadanía, que muestra con todo su esplendor, el hartazgo de una población ante la equivocada política económica y social llevada a cabo en el país.
Es así como, se presenta un nuevo Poder Legislativo, que tendrá de inicio diversos retos que deberá resolver para dar vialidad y sustento a nuevas políticas económicas y sociales que deberán ponerse en marcha de manera inmediata.
Por una parte, la mayoría absoluta que cuenta el movimiento regeneración nacional, no debe ser igual a la aplanadora priista que por décadas se mantuvo en el poder. Nada por consigna, todo por consenso, esa es la tarea que debe emprenderse.  
La nueva mayoría morenista en el Congreso de la Unión, tiene la responsabilidad de generar condiciones propicias para que las principales demandas de la población se atiendan con prontitud y estén contempladas en el Presupuesto de Egresos de la Federación, así como las diversas funciones y actividades que la propia constitución les confiere.
En segundo lugar, es indispensable que exista un respeto a las minorías, que ahora se encuentran representados por aquellos partidos que por décadas estuvieron al frente del poder en México. El PRI es minoría, el PAN es la primera minoría y el PRD es minoría. Ante tal hecho, debe respetarse a las minorías que representan a una parte de la población que pretendió mantenerse en la misma circunstancia de décadas, pero la contundencia de los votos de la ciudadanía, relegaron a segundo termino a esas instituciones que no han logrado generar el bienestar y el desarrollo a un país que reclama y exige un nuevo México.
El tercer reto es demostrar, que a pesar de que los órganos de Gobierno de las Cámaras del Congreso, son encabezados por hombres, existe notables avances en la participación de la mujer y la paridad de género. Y es aquí, donde la participación de las legisladoras deberá ser fundamental, demostrar a propios y extraños que cuentan con la capacidad necesaria para responder a las responsabilidades que ahora asumen en el ámbito legislativo.   
Otro reto fundamental, es que se demuestre que la baja preparación académica y de experiencia legislativa no será un obstáculo para que se realicen acciones de primer nivel que demanda la población. Que todo diputado y senador, realizará su mayor esfuerzo y dedicación para atender con plenitud sus responsabilidades en el ámbito legislativo.
Otro de los temas que causa una preocupación es el hecho de que el 50 por ciento de los integrantes que se encuentran en el Congreso de la Unión, jamás han legislado, esto nos indica que deberán aprender de manera forzada y para lograrlo deberán dedicar mayor tiempo a su preparación y capacitación. Sobre todo, por el hecho de que la austeridad republicana que habrá de implementarse impactará de lleno en la disminución de asesores y consultorías, que de manera recurrente era utilizado por integrantes de las legislaturas anteriores.
Esto puede derivar a que los “expertos” legisladores, así como los “inexpertos” tendrán que dedicarse al 100 por ciento en sus tareas legislativas y prepararse para cumplir con cabalidad su función legislativa. 
Un reto más, será sin lugar a dudas, que la política de austeridad que impondrá Morena en el Congreso de la Unión, provoque la recuperación de la devaluada imagen de los legisladores federales, colocados en el último lugar de reconocimiento ciudadano. Tendrán la responsabilidad de estar más cerca con la ciudadanía y de generar una empatía a través de su proceder, conducta, actitud y forma de actuar con la población. Ya no dispondrán de recursos que permita comprar voluntades, ahora deberán de estar tan cerca con la gente y resolviendo de manera conjunta con la población las imperiosas necesidades que padecen en su comunidad y en el ámbito territorial. Es tiempo de que los legisladores caminen junto con la población.
Asimismo, debemos considerar, que los que ostentaron el poder por décadas y se han pasado el poder de generación en generación, tienen ahora el compromiso de romper esquemas caducos de hacer política, el nepotismo es otro lastre que debe desterrarse de la función pública.
El Congreso de la Unión que se instaló recientemente, nos muestra que 247 diputados federales son representantes de Morena y todos ellos se encuentran ahora legislando por el efecto electoral “Andrés Manuel López Obrador”, sin lugar a dudas, fue así. Que nadie se destroce las vestiduras, por un hecho palpable y pleno. Ni los que están al interior de morena, ni mucho menos los partidos pequeños que conforman la oposición.
Debemos recordar, que hace 30 años, México estuvo tan cerca de un cambio de régimen, donde la izquierda asumiría el poder a través de hombres y mujeres de convicción. Sin embargo, se le cerró el paso a la naciente democracia en México.
Ahora, 30 años después, no hubo caída del sistema, tampoco hubo la necesidad de que se quemarán las boletas electorales, ni que se presentarán momentos de violencia y persecución política.
México, dio su veredicto en las urnas electorales y la voz del pueblo se escucho con plenitud. Morena y sus representantes populares, tienen la gran responsabilidad de responder a las atribuciones que les confiere la población; por tal motivo, deben quitarse de la cabeza que siguen siendo una minoría de la oposición y asumirse como un poder legislativo, responsable, analítico, reflexivo y serio, que cuentan con la mayoría en el Congreso de la Unión concedida por el pueblo.

Morena y sus representantes populares deben crecer, deben desarrollarse, deben asumir sus responsabilidades que les marca la constitución política y deben iniciar un cambio en la forma y estilo de hacer política legislativa y de gobierno. La principal tarea es estar muy cerca del pueblo de México. Quién así no lo hiciera, que la nación se lo demande.

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