Peña Nieto
tiene razón, la gran batalla en las elecciones del 2017 y 2018 se habrá de dar
en las calles, en los retornos, en las avenidas, en las colonias, en las
regiones entre las estructuras partidistas de morena y el Revolucionario
Institucional.
Peña
Nieto, apuesta a la gallardía de sus militantes y miembros de la estructura que
dispone, sabe a ciencia cierta que el PRI ha sabido regresar por sus fueros una
y otra vez en los momentos difíciles, el inquilino de los Pinos considera que
en estos momentos la situación que atraviesa el Revolucionario Institucional es
pasajero, que volverán a retomar el rumbo y mantenerse en las preferencias
electorales por otros, quizá 100 años.
Peña
Nieto apuesta una vez en su maquinaria electoral que ha logrado mantener al PRI
por más de 80 años gobernado la entidad mexiquense. Las condiciones serán
diferentes en el 2017, ya que la batalla que habrá de emprenderse por el
Gobierno del Estado de México será total.
Morena,
ha logrado brillar con luz propia fortaleciendo de manera importante la
Revolución de las Conciencias, una revolución que se encamina en fortalecer los
valores, la honestidad y la dignidad.
La
Revolución de las Conciencias esta creciendo a pasos agigantados en uno de los
principales estados que mantiene el PRI el control absoluto; sin embargo, este
hecho podría cambiar en los próximos meses.
El
Revolucionario Institucional ha iniciado un fuerte operativo electorero, con la
plena intensión de hacer sucumbir a la población con los encantos de apoyos,
despensas y dinero, corrompiendo las consciencias de miles de mexiquenses que
por sus necesidades económicas o falta de valores, acuden a recibir lo poco que
les ofrecen.
Pero
hay otro dato que debe tenerse en cuenta, los operadores políticos del PRI han
iniciado un proceso de detectar e identificar aquellas personas que por sus
características pueden ser convencidas para recibir apoyos de diferentes
programas sociales que implementa el Gobierno Federal o aquellos programas que
son propiamente del Estado. La promesa de apoyo que ponen a consideración de la
ciudadanía, cada día se intensifica en diferentes zonas y regiones del Estado
de México. La operación “frijol con gorgojo” esta en marcha pretendiendo
comprar consciencias y voluntades. Pero cometen un grave error, lo hacen sin
tocar casa por casa, ya que si lo hicieran de esa manera, los recursos que
disponen y cuenta el PRI Gobierno, no les alcanzaría para cubrir por lo menos a
la mitad de la población. Su labor es selectiva buscando disminuir las
posibilidades de organización y mayor participación de ciudadanos conscientes
para morena.
Por
otra parte, los priistas se reagrupan y tratan de conformar sus comités de base
por sección, la orden es clara y contundente, conformar comités de manera
urgente.
Mientras
tanto, morena, que ha logrado casi concluir su labor de disponer de una
estructura electoral mínima por cada sección, no solo ha avanzado en esta
materia de organización; además, se dispone de ciudadanos conscientes,
comprometidos, honestos e incorruptibles, los cuales marcaran la gran
diferencia entre la estructura del PRI con relación a morena.
Las
calles, serán tomadas por los morenistas y priistas en los primeros meses del
2017, los primeros casa por casa, generando acciones que permita recorrer el
estado con vigor y armonía; además, de una eficiente organización de informar y
concientizar; mientras que los segundos en la clandestinidad, temerosos que la
propia sociedad muestre con plenitud su “mal
humor” ante las diversas
problemáticas que padecen de inseguridad, pobreza, marginación, desempleo y
deficientes servicios municipales y estatales, alzas indiscriminadas de los
pagos de luz, aumento del combustible y el incremento de los homicidios, robo a
casa habitación y feminicidios. Los priistas están asustados ante los posibles
reclamos de la población.
Por lo
que se refiere, a los huestes del PRD, la situación es confusa, por una parte
la idea de ir en alianza con el PAN, simplemente es inaceptable y convencer a
los militantes perredistas y simpatizantes será una labor titánica y deberán
ofrecer algo más que buenos deseos. Mientras que los panistas, a pesar de las
encuestas, brillan por su ausencia, están tan escondidos que esperan que ocurra
un milagro como el 2000, de obtener la victoria por pura casualidad, quieren
abanderar la alianza, pero será difícil que los perredistas cedan ese espacio
de representación, ya que sería su tumba electoral Rumbo al 2018.
Por
consiguiente, la batalla en el Estado de México será en las calles, entre las
estructuras electorales del PRI contra morena, unos acostumbrados a los apoyos,
mientras que los otros pondrán a prueba su dignidad, sus valores y el deseo de
Transformar con Cambio Verdadero a la entidad mexiquense.
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